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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 59 de 72 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE CINCUENTA Y NUEVE

EL REY CELESTIAL ES PROBADO Y EXAMINADO

(3)

IV. PROBADO POR LOS DISCIPULOS
DE LOS FARISEOS Y LOS HERODIANOS

Después de que el Señor Jesús fue examinado por los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo acerca del origen de Su autoridad, los discípulos de los fariseos juntamente con los herodianos lo interrogaron acerca del tributo que debía pagarse al César (Mt. 22:15-22). Los herodianos eran partidarios del régimen del rey Herodes y le ayudaron a implantar las costumbres griegas y romanas en la cultura judía. Por lo general, estaban del lado de los saduceos y se oponían a los fariseos, pero aquí se unieron a los fariseos con la intención de enredar al Señor Jesús.

Los herodianos se oponían a los fariseos porque éstos eran muy conservadores, mientras que los herodianos eran modernos, tomando partido con los saduceos quienes también eran modernistas en su forma de pensar. Sin embargo, en esta ocasión los herodianos y los fariseos conspiraron para atrapar al Señor Jesús. Ellos esperaban que El cayera en su enredo. En el versículo 17 dijeron al Señor: “Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito pagar tributo a César, o no?” Esta era verdaderamente una pregunta capciosa. Todos los judíos se oponían a dar tributo al César. Si el Señor Jesús hubiera dicho que era lícito hacer esto, habría ofendido a todos los judíos, que seguían a los fariseos. Pero si hubiera dicho que no era lícito, los herodianos, quienes apoyaban al gobierno romano, habrían tenido una base sólida para acusarle. El hecho de que tuvieran que pagar tributo al César era muy desagradable para los judíos; en efecto, lo odiaban. En especial los fariseos estaban en contra de ello. Sin embargo, los herodianos estaban de acuerdo con pagar impuestos al gobierno romano. Así que, uno de los dos partidos se oponía a este asunto y el otro estaba a favor. Según su concepto, ya sea que el Señor contestara a la pregunta afirmativa o negativamente, ellos esperaban que El cayera en la trampa.

No obstante, el Señor Jesús es muy sabio y sabe cómo actuar con cada persona y en cada situación. En el versículo 19 El dijo: “Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario”. El Señor no mostró la moneda romana, sino que les pidió que ellos le mostraran una. Por poseer una de las monedas romanas, ellos fueron sorprendidos. Al presentarle la moneda, ellos ya habían perdido el caso.

Los versículos 20 y 21 dicen: “Y les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Entonces les dijo: Devolved, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”. Pagar a César lo que es de César es darle tributo conforme a sus reglamentos gubernamentales. Y dar a Dios lo que es de Dios es pagarle el medio siclo conforme a Exodo 30:11-16, y ofrecerle todos los diezmos conforme a Su ley. Los judíos se encontraban bajo dos autoridades, la autoridad política de Roma, y la autoridad espiritual de Dios. En Jerusalén no sólo estaba el gobierno romano, sino también el templo de Dios. Por esta razón, los judíos tenían que rendir tributo a ambos sistemas, al gobierno romano y al templo de Dios. Así que, el Señor les dijo que devolvieran a César lo que era de César, y a Dios lo que era de Dios. Esta respuesta asombró a los fariseos y a los herodianos, y ellos fueron derrotados.

V. PROBADO POR LOS SADUCEOS

En Mateo 22:23-33 vemos que el Señor fue probado también por los saduceos. Los saduceos eran los antiguos modernistas quienes no creían ni en los ángeles ni en la resurrección (Hch. 23:8). Ellos eran exactamente como los modernistas y los que se aferran al alto criticismo de hoy, quienes no creen en las Escrituras, en los ángeles ni en los milagros. Aquellos modernistas antiguos se le acercaron al Señor con una pregunta referente a la resurrección. Tal parecía que ellos eran muy listos, pues plantearon al Señor el caso de una mujer que se había casado con siete hermanos, quienes habían muerto uno tras otro, y le preguntaron: “En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?” (v. 28). Desde el punto de vista humano esta era una pregunta difícil de contestar. Sin duda los fariseos, los antiguos fundamentalistas, habrían tenido dificultad para contestarla. Pero el Señor Jesús les dio una respuesta clara.

El versículo 29 dice: “Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios”. Una cosa es conocer las Escrituras, y otra es conocer el poder de Dios. Necesitamos conocer ambos. Conocer las Escrituras aquí se refiere a conocer los versículos del Antiguo Testamento relacionados con la resurrección, y conocer el poder de Dios se refiere a conocer el poder de la resurrección. En Su respuesta a los saduceos, el Señor hizo cuatro cosas: primero, los condenó; en segundo lugar, los reprendió; en tercer lugar, les dio una enseñanza; y en cuatro lugar, con Su respuesta los dejó sin habla. Los condenó al decirles que estaban errados. Todos los modernistas están engañados y, por eso, merecen ser condenados. Los modernistas de hoy deben ser condenados por negar la resurrección, los ángeles y los milagros. Cuando yo era joven, tales enseñanzas se esparcían en China. Por ejemplo, los modernistas decían que las aguas del Mar Rojo no fueron divididas y que el pueblo de Israel no cruzó por la tierra seca. Ellos decían que un fuerte viento sopló en las aguas poco profundas del mar permitiendo así que el pueblo cruzara hacia el otro lado. ¡Qué enseñanza tan demoníaca! Los modernistas antiguos, al igual que los de hoy, pensaban que son muy listos, pero en realidad estaban engañados. Por eso, el Señor los reprendió al decirles que no conocían las Escrituras ni el poder de Dios.

Después de que el Señor condenó y reprendió a los saduceos, le dio una enseñanza. En el versículo 30 El dijo: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como los ángeles en el cielo”. Esto quiere decir que en la resurrección no habrá varón ni hembra. Por lo tanto, no habrá matrimonio. Esto se llevará a cabo por el poder de Dios. Aquellos que niegan la resurrección no conocen el poder de Dios.

Con el fin de ayudar a los saduceos a conocer las profundidades de la verdad contenida en las Escrituras, el Señor dijo: “Pero con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: ‘Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. Puesto que Dios es el Dios de los vivos y es llamado “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”, Abraham, Isaac y Jacob, quienes murieron, serán resucitados. De este modo el Señor Jesús explicó las Escrituras, no sólo conforme a la letra, sino también conforme a la vida y al poder contenidos en ellas.

Aprecio mucho la forma en que el Señor interpretó la Biblia. El dijo que Dios era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Si no fuera a haber resurrección en el futuro, entonces Dios sería un Dios de muertos. Pero el hecho de que Dios sea Dios de vivos, y el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, prueba que Abraham, Isaac y Jacob resucitarán. Si ellos no han de ser resucitados, entonces ¡cómo podría Dios ser un Dios de vivos? Esta es la forma genuina, honesta, viviente y confiable de presentar una exposición de la Biblia. Al dar a los saduceos esta respuesta tan clara, el Señor los dejó sin habla.


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