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Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 38 de 79 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE TREINTA Y OCHO

EL SALVADOR-HOMBRE LLEVA A CABO
SU MINISTERIO EN SUS VIRTUDES HUMANAS
CON SUS ATRIBUTOS DIVINOS
DE GALILEA A JERUSALEN

(16)

Lectura bíblica: Lc. 17:1-37

En este mensaje examinaremos el capítulo diecisiete del Evangelio de Lucas, donde se sigue hablando de los eventos que tuvieron lugar mientras el Señor iba de Galilea en camino a Jerusalén. Al respecto, lo que Lucas narra abarca mucho más de lo que se relata en Mateo y en Marcos. En estos evangelios, el relato de la ida del Señor de Galilea a Jerusalén es algo breve; sin embargo, Lucas es mucho más detallado.

CUATRO ASUNTOS SECUNDARIOS

Después de hablar de las riquezas descritas en el capítulo dieciséis, el Señor abarca cuatro asuntos secundarios en 17:1-10: no hacer tropezar a los demás (vs. 1-2), perdonar a otros (vs. 3-4), la fe (vs. 5-6), y darnos cuenta de que somos esclavos inútiles (vs. 7-10). Respecto al último punto, necesitamos darnos cuenta de que en realidad no somos muy útiles, pues no importa cuánto hayamos hecho por el Señor, debemos considerarnos esclavos inútiles.

Las obras de los fariseos

Me he preguntado muchas veces por qué inmediatamente después del capítulo dieciséis se abordan estos cuatro puntos. Al principio no pude ver la conexión que había entre ellos y lo relatado en el capítulo anterior. Con el tiempo, vi que la conexión consiste en que los cuatro puntos mencionados en 17:1-10 son una enseñanza que el Señor dio a los discípulos como respuesta a lo que los fariseos hacían. Por ejemplo, los fariseos, los hipócritas religiosos, frecuentemente hacían tropezar a los demás. Nadie hace tropezar más a otros que los fanáticos, los religiosos hipócritas. Los fariseos, los líderes falsos de la religión, continuamente hacían tropezar a los demás. Además de hacer esto, por otro, no perdonaban a la gente. Esto indica que aunque ellos ofendían a los demás, una vez que alguien les ofendía, nunca perdonaban al ofensor. Más aún, los líderes falsos de la religión carecían de fe. Si hubieran tenido fe, no habrían llevado la vida que llevaban. Los fariseos eran orgullosos, puesto que se creían muy útiles y servidores.

Podemos ver, entonces, que la enseñanza presentada en 17:1-10 fue dada por el Señor en contraste con los fariseos. Es posible que en estos versículos el Señor dijera a los discípulos: “No seáis como los fariseos, que hacen tropezar a los demás, y aún así, no perdonan a los que les ofrenden. Aunque los fariseos no tienen fe, están orgullosos de sí mismos, y piensan que son útiles”.

Quienes disfrutamos del Señor en el jubileo neotestamentario no debemos hacer tropezar a los demás. Al contrario, debemos hacer lo que podamos para perfeccionar, proteger y preservar a los demás. Segundo, si alguien nos ofende, siempre debemos estar dispuestos a perdonar. Lucas 17:3-4 dice: “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces vuelve a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”. Aquí el Señor recalca la necesidad de estar dispuestos a perdonar. Además, en cualquiera circunstancia, debemos ejercitar nuestra fe, creer en Dios y confiar en El en todo. Igualmente, aunque seamos algo útiles y servidores, debemos humillarnos y no pensar que somos útiles, sino que debemos considerarnos esclavos inútiles.

Enseña en cuanto al servicio

En 17:7-10 el Señor enseña en cuanto al servicio. Dice en los versículos del 7 al 9: “¿Quién de vosotros, teniendo un esclavo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, le dice: Pasa en seguida y reclínate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al esclavo porque hizo lo que se le había mandado?” Esto indica que el esclavo, después de arar o apacentar el ganado, no debe esperar que se le elogie por su trabajo. Inclusive es necesario que vaya a la cocina, prepare comida para su amo y le sirva. Después de todo esto, el esclavo debe darse cuenta de que es un siervo inútil. Por lo tanto, el Señor concluye diciendo: “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Esclavos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (v. 10). Aprecio la enseñanza que el Señor da en 17:7-10, ya que nos fortalece en nuestro servicio.


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