Información del libro

Estudio-vida de 2 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2362-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 28 de 59 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 CORINTIOS

MENSAJE VEINTIOCHO

EL MINISTERIO DEL ESPÍRITU
COMO PROVISIÓN DE VIDA
Y DE LA JUSTICIA
COMO EXPRESIÓN DE DIOS

(2)

Lectura bíblica: 2 Co. 3:8-9, 18; 5:21; Col. 3:10; 1 Co. 1:30; 15:34; Ro. 8:2, 4; 14:17; Fil. 1:19; 3:9; Ap. 19:7-8; Ef. 4:24; Mt. 5:6, 10, 20

Debemos saber la definición correcta de la palabra “justicia”. Los incrédulos, por supuesto, no conocen el significado bíblico de esta palabra; sin embargo, hay muchos creyentes de Cristo que tampoco lo conocen. Hablando con propiedad, en la Biblia la palabra “justicia” alude a la expresión de la imagen de Dios. Esto significa que, según la Biblia, la justicia es Dios expresado.

LA VIVA EXPRESIÓN DE DIOS

¿Cómo podemos afirmar que en la Biblia la justicia alude a la expresión de Dios? Para contestar esta pregunta, debemos ver que en la Palabra, la justicia se refiere primero al hecho de cumplir la ley. Si guardamos la ley y la cumplimos, somos justos, o sea, tenemos justicia. Pero si quebrantamos la ley, o si ofendemos a otros al quebrantar la ley, no somos justos, o sea, no tenemos justicia. Por tanto, en la Biblia el primer significado de la palabra “justicia” es que la justicia equivale al cumplimiento de la ley.

La ley denota los Diez Mandamientos. Pero, ¿cuál es el significado de los Diez Mandamientos? El Antiguo Testamento indica claramente que los Diez Mandamientos son el testimonio de Dios. El arca era llamada el arca del testimonio (Ex. 25:16), y el tabernáculo, el tabernáculo del testimonio (Ex. 38:21). Este testimonio se refiere a la ley; la ley, por lo tanto, es el testimonio de Dios.

Como testimonio de Dios, los Diez Mandamientos eran un retrato de Dios, una descripción de Él. Esto significa que la ley es una clara descripción, definición y explicación de Dios en el sentido de que revela qué clase de Dios es nuestro Dios.

Si usted estudia los Diez Mandamientos, verá que nuestro Dios es santo. Él no es común; Él está separado [de lo común] y es diferente de todo lo demás. Por consiguiente, uno de los mandamientos declara que debemos tener un solo Dios y que no debemos hacernos ninguna imagen ni adorar ídolos. Además, no debemos tomar el nombre del Señor en vano, y debemos reconocer que el sábado es un día para recordar a Dios como el Creador único.

Al estudiar detenidamente los primeros cuatro mandamientos, vemos que ellos indican que Dios es celoso. Él es celoso porque Él es santo y único. La Biblia usa la relación matrimonial para mostrar cuán especial es Dios. Así como una esposa tiene un solo marido, nosotros también, como pueblo de Dios, no debemos tener ningún otro Dios. Dios es nuestro único marido, y no debemos tener otro marido aparte de Él. Así como el esposo de una mujer está separado de todos los demás hombres, y por ende, no es común, también Dios está separado de todo lo demás y no es común. Esto significa que nuestro Dios es santo.

Si leemos los últimos seis mandamientos, veremos que Dios es justo. Él es un Dios recto, un Dios de equidad. Además, Él es un Dios de amor y de luz. Por consiguiente, según la descripción de Dios contenida en los Diez Mandamientos, Dios es santo y justo, y Él es un Dios de amor y de luz. Éste es nuestro Dios.

Los últimos seis mandamientos revelan claramente que Dios es justo y que Él es un Dios de amor y de luz. Honrar a nuestros padres ciertamente es justo. Es justo no matar, no cometer fornicación, no robar, no dar falso testimonio, ni codiciar. Si cumplimos estos mandamientos, seremos justos para con los demás en la sociedad. Además, el cumplimiento de estos seis mandamientos supone el amor. Sin lugar a dudas, una persona que mata no tiene amor. Si usted amara a los demás, no cometería fornicación, no robaría ni daría falso testimonio; tampoco codiciaría las posesiones ajenas. Por tanto, los Diez Mandamientos presentan a un Dios que es santo y justo y que está lleno de amor y de luz.

Si guardamos los Diez Mandamientos, tenemos justicia, y esta justicia es la expresión de Dios, es decir, la imagen de Dios. Por tanto, según el significado bíblico, la justicia consiste en guardar la ley de manera que presente a los demás una imagen, una expresión, de Dios. De esta manera damos a conocer la clase de Dios que adoramos. Si somos justos, llenos de justicia, esta justicia llega a ser la expresión del Dios que adoramos y servimos.

Supongamos que alguien afirma ser de Dios y dice que adora a Dios y le sirve, pero esta persona roba, miente y codicia. Esto hará que los demás digan que ellos jamás creerían en el Dios de ese hombre. Esta persona causa que otros tengan una impresión equivocada de quién es Dios. Pero supongamos que adoramos a Dios, le servimos y afirmamos ser de Él. Supongamos que además llevamos una vida santa, separada para Dios, y una vida justa y llena de amor y de luz, una vida que toma en cuenta a los demás. Honramos a nuestros padres, no robamos, no damos falso testimonio ni codiciamos. En otras palabras, servimos a Dios y adoramos a Dios y también somos justos. Como resultado de esto, tenemos la expresión, la imagen, de Dios. Entonces los que están a nuestro alrededor se darán cuenta de que ciertamente nuestro Dios es el Dios verdadero, y tendrán el deseo de aceptar a este Dios como su Dios.

Cristo, nuestro precioso Redentor, mora ahora dentro de nosotros como Espíritu vivificante para ser nuestra vida y suministro de vida. Ahora tenemos una maravillosa motivación y suministración en nosotros. Como Espíritu, Cristo nos suministra, nos motiva y aun nos sostiene todo el día. Si vivimos por Él y lo expresamos, nuestro vivir manifestará una justicia genuina. Esta justicia es la imagen viva, la expresión viva, de Dios. Ésta es la razón por la cual decimos que el Espíritu está dentro de nosotros como vida y que la justicia es la expresión externa.

El propósito del ministerio del nuevo pacto es ministrar a los santos el Espíritu vivificante y la justicia. Tanto el Espíritu vivificante como la justicia son en realidad Cristo mismo. El Cristo que vive en nosotros es el Espíritu vivificante, y el Cristo que se expresa por medio de nosotros es la justicia, la cual es la imagen de Dios. ¡Cuán maravilloso es esto!

En 3:8 y 9 Pablo habla primeramente del Espíritu y luego de la justicia. En el versículo 8 declara: “¿Cómo no con mayor razón estará en gloria el ministerio del Espíritu?” Aquí leemos del ministerio del Espíritu. En el versículo 9 Pablo añade: “Porque si el ministerio de condenación [vino en] gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de la justicia”. Aquí tenemos el ministerio de la justicia. Por esta razón decimos que el ministerio del nuevo pacto es un ministerio del Espíritu y de la justicia.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top