Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 16 de 185 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE DIECISEIS

LA EXIGENCIA DE DIOS Y
LA RESISTENCIA DE FARAON
(2)

En el libro de Exodo vemos muchos cuadros y nada de filosofía. En la primera parte de Exodo, los cuadros describen la vida en el mundo bajo la usurpación de Satanás. Mediante estos cuadros, la naturaleza de esa vida queda expuesta. En este libro, los cuadros revelan también el deseo del corazón de Dios acerca de Su pueblo escogido. Dios dijo a Faraón: “Deja ir a Mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto” (5:1). El pueblo de Dios había caído en una vida mundana bajo la usurpación de Satanás. Como lo revela el libro de Exodo, Dios los liberó de esto y los llevó al desierto y al monte, donde recibieron una visión celestial del modelo de la morada de Dios en la tierra. Dios quería que el tabernáculo fuese Su morada. Esto fue el deseo de Su corazón.

El libro de Exodo describe doce conflictos entre Jehová y Faraón para exponer la verdadera situación de la vida en el mundo bajo la usurpación de Faraón. En el primer conflicto no hubo ningún milagro, plaga, ni juicio. Por el contrario, hubo solamente una negociación entre Jehová y Faraón. Dios exigía que Faraón dejara ir a Su pueblo al desierto en un viaje de tres días para celebrarle fiesta. Sin embargo, Faraón rehusó reconocer a Jehová y obedecer Su exigencia.

En el segundo conflicto hubo un milagro, pero ninguna plaga; algo quedó expuesto, pero sin juicio. En 7:9, el Señor dijo: “Si Faraón os respondiere diciendo: mostrad milagro; dirás a Aarón: toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra”. El propósito de este milagro consistía en exponer la verdadera situación de la vida en el mundo. Por esta razón, el segundo conflicto exponía algo, pero sin juicio.

Después de los primeros dos conflictos, las plagas empezaron a caer sobre Faraón y su pueblo. En Exodo, vemos dos grupos de diez cosas: las diez plagas que cayeron sobre los egipcios, y los diez mandamientos que fueron dados al pueblo de Dios. Podemos clasificar las diez plagas en cuatro categorías. El primer grupo incluye las plagas de sangre, ranas, y piojos; el segundo grupo, las moscas, muerte del ganado, y úlceras; el tercer grupo, el granizo, langostas, y tinieblas; y finalmente, la plaga de la muerte de los primogénitos. Cada plaga era más grave que la anterior. Las plagas del primer grupo molestaban, pero no lastimaban. Las plagas del segundo grupo causaron daños tanto a los animales como a los hombres. Las plagas del tercer grupo destruyeron el entorno, y la última plaga acabó con la vida mundana. En la última plaga, todos los primogénitos de Egipto murieron, desde el primogénito de Faraón hasta el primogénito de sus siervos (11:5).

En Apocalipsis 16, vemos las siete últimas plagas que Dios mandará a la tierra al final de la gran tribulación. Estas siete plagas serán “las siete copas de la ira de Dios” (Ap. 16:1). En muchos aspectos, las siete plagas de Apocalipsis se parecen a las diez plagas de Exodo. Mediante las diez plagas, Dios obtuvo el éxodo de Su pueblo escogido fuera de Egipto. Durante la gran tribulación, las siete plagas permitirán al pueblo de Dios emprender su éxodo final del mundo. Al final de esta era, la mayor parte del pueblo de Dios todavía estará en Egipto, es decir, en el mundo. En los tiempos de Abraham, Isaac y Jacob no era necesario el éxodo. Del mismo modo, los vencedores en los tiempos del fin no lo necesitarán tampoco. Por consiguiente, ellos serán arrebatados antes de la tribulación. No obstante, la mayoría de los cristianos necesitarán un éxodo. Con las siete últimas plagas, Dios sacará a Su pueblo del mundo.

II. EL SEGUNDO CONFLICTO

A. En cuanto a Dios

Estudiemos ahora el segundo conflicto entre Jehová y Faraón (7:8-14). Exodo 7:10 dice: “Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra”. Dudo que Faraón y sus siervos se hayan dado cuenta de que el significado de este milagro consistía en exponer el hecho de que su vida estaba bajo la mano usurpadora de Satanás, que su vivir en Egipto se encontraba bajo la usurpación y la posesión del diablo. Faraón y su pueblo confiaban en los recursos naturales de Egipto, y particularmente en el rico suministro del Nilo. Este suministro era su “vara”, una vara que en realidad era una culebra, el diablo. A los ojos de Dios, Faraón y los egipcios confiaban en Satanás y vivían bajo su mano usurpadora.

El hecho de exponerlos no era un castigo, sino la expresión de la misericordia de Dios. En Su misericordia, Dios expuso la verdadera naturaleza del vivir egipcio. El quería que los egipcios supieran que todas las cosas en las cuales confiaban pertenecían al diablo. Al exponerlos, la intención de Dios consistía en que ellos rechazaran esta clase de vida. El principio es el mismo hoy en día. Cuando Dios se presenta a nosotros, El primero no castiga el ego, ni la carne, ni el viejo hombre. En Su misericordia, El primero expone la naturaleza satánica de nuestra vida caída.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top