Información del libro

Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 24 de 69 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE VEINTICUATRO

EL REPOSO SABÁTICO
QUE QUEDA PARA EL PUEBLO DE DIOS

(7)

La Biblia, y especialmente el Nuevo Testamento, presenta una revelación completa. En el Nuevo Testamento vemos cómo el Salvador vino, fue revelado a nosotros y logró la redención por nosotros, y también vemos cómo podemos creer en Él, recibir la salvación y ser regenerados. El Nuevo Testamento también nos dice que quienes hemos sido salvos conformamos la iglesia y que podemos vivir la vida de iglesia hoy en día sobre la tierra. Además de todo esto, el Nuevo Testamento nos hace una advertencia: después de ser salvos y regenerados, debemos asirnos a la gracia de Dios y disfrutar de todo lo que Dios ha preparado para nosotros en Su gracia, ya que, si no nos asimos de la gracia de Dios ni disfrutamos de Sus riquezas, sufriremos pérdida y seremos castigados. La advertencia que nos hace el Nuevo Testamento es muy clara y definitiva, y también nos motiva a ganar el premio. Y para ganar este premio debemos pagar el precio. Así pues, delante de nosotros tenemos un premio o un castigo. El hecho de recibir un premio o un castigo no depende en absoluto de nuestra salvación, sino de cómo vivimos y laboramos después de ser salvos. Si vivimos y laboramos de la manera apropiada que Dios ha ordenado, ciertamente recibiremos un galardón. Pero si descuidamos la gracia de Dios, sufriremos pérdida, y nos esperará cierto castigo. Como decíamos en mensajes anteriores, el Evangelio de Mateo nos dice que cuando el Señor Jesús regrese, Él nos recompensará conforme a nuestros hechos (16:27). Las parábolas de Mateo 25 también nos dejan muy claro este asunto.

XXVII. LAS CINCO ADVERTENCIAS
DEL LIBRO DE HEBREOS

En el libro de Hebreos encontramos cinco advertencias, cada una de las cuales son iguales en naturaleza. En las siete epístolas mencionadas en Apocalipsis 2 y 3 también encontramos algunas advertencias. Las siete advertencias de Apocalipsis 2 y 3 son iguales en naturaleza a las cinco advertencias del libro de Hebreos. Por tanto, podemos decir que en total hay doce advertencias, cinco en el libro de Hebreos y siete en Apocalipsis 2 y 3. Por supuesto, en cada una de estas advertencias hay cierta promesa, y si prestamos atención a ellas, recibiremos un premio. La primera advertencia que nos hace Hebreos se encuentra en 2:1-4, y nos dice que “es necesario que con mayor empeño atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que vayamos a la deriva”, y añade que no debemos descuidar “una salvación tan grande”. La segunda advertencia la hallamos en Hebreos 3:7—4:13, y nos exhorta a no dejar de alcanzar el reposo sabático prometido, sino que “procuremos, pues, con diligencia entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”. En cierto modo, los mensajes que hemos dado acerca del reposo sabático venidero han estado basados en la segunda advertencia. La tercera advertencia tiene que ver con el hecho de llegar a la madurez (5:11—6:20), y nos dice que no debemos ser como la tierra que produce “espinos y abrojos”, porque “es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es ser quemada”. En la cuarta advertencia se nos dice que nos acerquemos al Lugar Santísimo y que no retrocedamos al judaísmo (10:19-39). Y en la quinta advertencia nos anima a correr la carrera con perseverancia y a no caer de la gracia (12:1-29). Los arminianos se basan en estas cinco advertencias para decir que una persona salva puede perderse de nuevo. Pero si estudiamos cuidadosamente estos pasajes de la Palabra, veremos que no se refieren al hecho de que uno pueda perderse, sino a la recompensa, ya sea positiva, la de obtener un galardón, o negativa, la de recibir un castigo.

XXVIII. UNA ADVERTENCIA ACERCA DE PECAR VOLUNTARIAMENTE

Ahora examinemos la cuarta advertencia. Hebreos 10:26 dice: “Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio de toros y machos cabríos por los pecados”. ¿Qué significa “pecar voluntariamente”? Para entender esto debemos regresar al versículo 25 como lo indica la palabra porque al comienzo del versículo 26. El versículo 25 dice: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Pecar voluntariamente, según se menciona en el versículo 26, equivale a dejar de congregarse, como lo indica el versículo 25. Esta advertencia debía ser tomada muy seriamente por los creyentes hebreos. Cuando se escribió el libro de Hebreos había muchos creyentes hebreos que estaban en el borde entre el judaísmo y la iglesia, no sabían si abandonar la iglesia y regresar al judaísmo, o renunciar al judaísmo y adherirse a la iglesia. ¿Dónde está la iglesia? La iglesia está dondequiera que nos congreguemos, ella está en cada una de las reuniones que tienen los creyentes de Cristo. El hecho de que los creyentes hebreos dejaran de asistir a las reuniones de los creyentes en Cristo significaba que habían abandonado la iglesia. Si aquellos tambaleantes cristianos hebreos abandonaban las reuniones de la iglesia, eso equivalía a pecar voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad. El escritor parecía decirles: “En esta epístola os he presentado el conocimiento de la verdad. Debéis asistir a todas las reuniones de la iglesia, pues, de lo contrario, estaréis pecando voluntariamente. Si pecáis voluntariamente abandonando las reuniones de la iglesia y regresando al judaísmo para seguir ofreciendo sacrificios por el pecado, debéis entender que ya no queda más sacrificio por el pecado, ya que todas esas ofrendas son tipos que han caducado”. Esto es lo que realmente significa la frase: “ya no queda sacrificio [...] por los pecados”. Esto no quiere decir que si llegamos a pecar no seremos perdonados, o que no haya más remisión por nuestros pecados. Más bien, quiere decir que los tipos habían caducado y que ya habían sido reemplazados con Cristo, y por tanto, que los creyentes hebreos debían permanecer en la iglesia y no abandonar las reuniones. No obstante, si ellos abandonaban la iglesia y regresaban al judaísmo para seguir ofreciendo sacrificios por los pecados, estarían pecando voluntariamente y ofreciendo sacrificios en vano, pues tales sacrificios por el pecado no tienen más cabida en la economía de Dios.

El escritor les advirtió a los creyentes hebreos que ya no quedaba más sacrificio por los pecados, “sino una terrible expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (10:27). Si los creyentes hebreos abandonaban la iglesia, sufrirían el castigo preparado para los adversarios.

Los versículos 28 y 29 añaden: “El que desecha la ley de Moisés, por el testimonio de dos o tres testigos es condenado a muerte sin compasión. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por común la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ultraje al Espíritu de gracia?”. ¿Qué significa pisotear al Hijo de Dios? Significa que si los creyentes hebreos regresaban al judaísmo para seguir ofreciendo sacrificios por los pecados, y ponían su confianza en esos sacrificios, ellos de hecho estarían pisoteando al Hijo de Dios, es decir, lo estarían menospreciando. Los sacrificios que se ofrecían por el pecado eran un tipo de Cristo. Ya que Cristo vino a cumplir y a reemplazar los sacrificios por el pecado, los creyentes hebreos debían permanecer con Él y no regresar al judaísmo para ofrecer más sacrificios por los pecados. Si ellos volvían al judaísmo estarían teniendo por común la sangre del pacto, considerándola igual a la sangre de las ovejas y de los toros. Por tanto, los creyentes hebreos fueron advertidos a no regresar al judaísmo para volver a ofrecer los sacrificios por los pecados. Si ellos hacían eso, estarían menospreciando al Hijo de Dios en quien habían creído y cuya sangre los había santificado, y estarían teniendo Su sangre por común, igual que la de los sacrificios de animales. Al hacer esto, ellos también estarían ultrajando al Espíritu de gracia. El Espíritu de gracia estaba obrando y moviéndose en ellos, y los estaba ungiendo; por ende, ellos debían hacerle caso. Por eso, el escritor les advirtió diciendo: “Pues conocemos al que dijo: ‘Mía es la venganza, Yo daré el pago’. Y otra vez: ‘El Señor juzgará a Su pueblo’. ¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!” (vs. 30-31). Éste no es el juicio del Señor sobre los incrédulos, sino Su juicio sobre “Su pueblo”, es decir, sobre Sus creyentes, quienes han sido salvos.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top