Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 62 de 120 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE SESENTA Y DOS

SIN MADUREZ EN VIDA

La Biblia es una revelación completa, cuyo contenido es el propósito eterno de Dios. Ya dijimos varias veces que el propósito eterno de Dios consiste en forjarse en un hombre corporativo para tener una expresión corporativa en el universo. Si queremos entender correctamente toda la Biblia, debemos tener esto presente.

En este mensaje llegamos a Génesis 25. Hace muchos años, no me gustaba la primera parte de este capítulo. Sin embargo, esta sección de Génesis 25 debe ser muy importante puesto que la Biblia no desperdicia palabra. Si no conservamos delante de nosotros el propósito de la revelación en la santa Palabra, no podremos ver el significado de este pasaje. El Señor, en Su misericordia, nos ha mostrado la profundidad de este pasaje de la Palabra.

Tanto en Génesis como en Romanos vemos claramente que Abraham era muy viejo cuando engendró a Isaac. Romanos 4:19 dice que Abraham consideraba su cuerpo como ya muerto. Sin embargo, cuarenta años después del nacimiento de Isaac, Abraham se volvió a casar (25:1), y cuando llegó a la edad de ciento cuarenta años, engendró otros seis hijos (25:2). ¿Cómo podemos explicar eso? Si él tenía la vejez de un difunto a los cien años de edad, ciertamente él debe haber estado más que muerto cuando se volvió a casar a la edad de ciento cuarenta años. En el capítulo veintitrés Sara murió y fue sepultada, en el capítulo veinticuatro Abraham consiguió esposa para Isaac, y en el capítulo veinticinco él mismo se volvió a casar. ¿Qué significa esto?

Génesis 25 incluye también el relato del nacimiento de Jacob y de Esaú. ¿Por qué un relato tan maravilloso consta en el mismo capítulo que enumera los seis hijos de la concubina de Abraham? El relato de los seis hijos de Abraham es algo negativo, mientras que el relato del nacimiento de Jacob y Esaú es positivo. Si usted hubiese redactado este capítulo, ¿juntaría usted estos dos relatos? Ninguno de nosotros habría escrito este capítulo de esta manera. No obstante, debe de tener un significado importante según la inspiración del Espíritu Santo.

e. Sin madurez en vida

Si consideramos todos estos asuntos, veremos en lo profundo de nuestro espíritu que la intención del Espíritu Santo en este capítulo consiste en mostrar que Abraham no era una persona madura en vida. El tenía una edad avanzada en su vida física pero no era maduro en su vida espiritual.

Ya vimos que el propósito de Dios consiste en forjarse en una persona corporativa para tener una expresión corporativa. Para cumplir eso, Dios creó los cielos, la tierra y al hombre, en quien puso un espíritu como órgano receptor (Zac. 12:1). El hombre fue creado a la imagen de Dios para expresarlo y con Su dominio para representarlo en Su autoridad. En Génesis 3 vemos que Satanás se inyectó en el hombre, y en consecuencia éste cayó. En los capítulos del tres al once el hombre experimentó por lo menos cuatro caídas. Después de la cuarta caída, Dios sacó a Abraham del linaje caído y lo estableció como padre del linaje llamado. Al hacer de Abraham el padre del linaje llamado, Dios tenía la intención de forjarse en ese linaje a fin de cumplir Su propósito. Dios no tuvo la oportunidad de forjarse en el hombre creado, el linaje adámico, pero ahora tenía una oportunidad de forjarse en el linaje llamado, el linaje de Abraham. El relato que abarca la última parte del capítulo once hasta la primera parte del capítulo veinticinco muestra cuánto obró Dios con esta persona. Sin embargo, cuando llegamos al final de la vida de Abraham, ¿vemos una persona madura en vida y expresando a Dios en todos los aspectos? No. Abraham no era tal.

Muchos cristianos aprecian demasiado a Abraham. Yo respeto a Abraham y no quiero menospreciarlo, pero debo hacer notar que, como lo indica el relato de Génesis, él no fue maduro en la vida divina. El capítulo veinticuatro es maravilloso, pero no lo es en lo relacionado con la vida de Abraham sino en el relato de sus actividades. Abraham hizo algo maravilloso al escoger la esposa apropiada para su hijo; no obstante, inmediatamente después de eso, se volvió a casar. Génesis 25 no dice: “Después de haber encontrado una buena esposa para Isaac, Abraham vivió con ellos en la presencia del Señor por más de treinta años. Un día, él llamó a Isaac y Rebeca, impuso sus manos sobre ellos, los bendijo, y luego se fue con el Señor”. Si el relato fuese así, todos lo apreciaríamos y diríamos: “He aquí un santo maduro en vida”. ¿Cuál es la prueba de la madurez en vida? Es bendecir a los demás. Cuando somos jóvenes, recibimos bendiciones de otros. Pero cuando maduramos, impartimos bendiciones a los demás. Abraham era anciano, pero no bendijo a nadie. Esto demuestra que no tenía madurez en vida.


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