Información del libro

Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 55 de 72 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE CINCUENTA Y CINCO

EL TRONO DEL REINO Y LA COPA DE LA CRUZ

Después de que el Señor habló acerca de los requisitos del reino y de la recompensa del reino, a El aún le preocupaba la situación espiritual de Sus seguidores. Por lo tanto, después de dar a Sus discípulos una definición de la recompensa del reino, les habló de nuevo acerca de Su inminente crucifixión y resurrección. El Señor también conoce nuestra verdadera situación actual. Aunque nosotros pensemos que no necesitamos una palabra adicional o más revelación, el Señor conoce nuestra verdadera necesidad.

I. CONOCER LA CRUCIFIXION Y
RESURRECCION DE CRISTO

En Mateo 20:17-19 el Señor reveló por tercera ocasión Su crucifixión y resurrección. La primera ocasión fue en Cesarea de Filipo, antes de Su transfiguración (16:13, 21); la segunda fue en Galilea después de Su transfiguración (17:22); y la tercera, en el camino hacia Jerusalén. Esta revelación fue una profecía, completamente ajena al concepto natural de los discípulos, mas cumplida literalmente en cada detalle.

Me parece muy inusual que después de que el Señor dio la definición de la recompensa del reino, El volviera a revelar el hecho de que iba a ser crucificado y luego resucitaría. Aparentemente esto no tiene sentido, pero si entramos en las profundidades de este libro, veremos que está lleno de significado. Para recibir la recompensa del reino necesitamos experimentar la crucifixión y la resurrección. Aunque conozcamos todo lo relacionado con el reino, necesitamos entender bien el significado de la crucifixión y resurrección del Señor. Sin experimentar la cruz y la resurrección del Señor, es imposible experimentar Su vida y así obtener la recompensa del reino. En Filipenses 3 Pablo dijo que por causa de Cristo él contaba todas las cosas como estiércol. Luego dijo que deseaba conocer a Cristo y el poder de Su resurrección para poder ser conformado a la semejanza de Su muerte. Pablo tenía un adecuado entendimiento de la muerte y resurrección del Señor. Basándonos en este entendimiento, podemos experimentar a Cristo como nuestra vida para el reino. A fin de obtener la recompensa del reino necesitamos experimentar la crucifixión y resurrección del Señor. Con esto vemos que Mateo 20:17-19 es una continuación de la sección anterior.

La tercera vez que el Señor reveló Su crucifixión y resurrección, se lo reveló de nuevo a Sus discípulos. Mientras iba en camino a Jerusalén, El apartó a Sus doce discípulos y les dijo que Su crucifixión y resurrección estaban cerca. El Señor debe haber tenido un propósito específico para hacer esto. Específicamente les dijo a los doce que debía ir a Jerusalén, y que allí sería entregado a los principales sacerdotes y escribas, quienes le condenarían a muerte, le entregarían a los gentiles para que le escarnecieran, le azotaran y le crucificaran; y que luego El resucitaría al tercer día. El habló a Sus discípulos acerca de Su muerte y resurrección de una manera detallada.

II. EL TRONO DEL REINO

¿Cuál fue la reacción de los discípulos ante la revelación plena de Su crucifixión y resurrección? Ellos no dijeron: “Amén, Señor. La primera y segunda vez no vimos esto. Gracias, Señor, por habernos tomado aparte esta vez y a propósito hablarnos de este asunto. Ahora comprendemos que Tú debes pasar por la muerte y resurrección. No hay duda de que esto nos incluye a nosotros. Finalmente nosotros también experimentaremos esta maravillosa muerte y resurrección”. Los discípulos definitivamente no reaccionaron de esta manera. En cambio, los versículos 20 y 21 dicen: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándole y pidiéndole algo. El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Di que estos dos hijos míos se sienten uno a Tu derecha y otro a Tu izquierda en Tu reino”. La madre de los hijos de Zebedeo era la tía del Señor, la hermana de Su madre; y los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, eran Sus primos. Así que, existía una relación natural entre ellos y el Señor. Inmediatamente después de que el Señor había revelado Su muerte y resurrección por tercera vez, la madre de Jacobo y Juan vino a El pidiéndole que sus dos hijos se sentaran uno a Su derecha y el otro a Su izquierda en el reino. Aunque el Señor había hablado de Su crucifixión y resurrección, la mente de ellos estaba fijada en el trono. A menudo nosotros actuamos como Juan y Jacobo. Una y otra vez ellos oyeron de la crucifixión y resurrección, pero en ellos y en su madre sólo estaba el deseo por el trono. Esta es la ambición que busca una posición. La madre de Jacobo y Juan podía haber pensado para sí: “Un día, cuando el Señor sea entronizado, tal vez mis dos hijos se sentarán uno a Su derecha y el otro a Su izquierda. ¡Qué glorioso sería esto!” Esta fue la reacción hacia lo que el Señor dijo acerca de Su muerte y resurrección.


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