Información del libro

Estudio-vida de Hechospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1419-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 70 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HECHOS

MENSAJE SETENTA

LA PROPAGACION EN ASIA MENOR Y EUROPA MEDIANTE EL MINISTERIO DE LA COMPAÑIA DE PABLO

(36)

Lectura bíblica: Hch. 27:1-44

En los capítulos veintisiete y veintiocho de Hechos, Lucas presenta un extenso relato del viaje de Pablo, desde Cesarea hasta Roma. Tal vez nos preguntemos por qué Lucas incluyó un relato tan extenso y tan detallado. Para con ciertos eventos él fue muy breve, pero este viaje lo describió de forma detallada y vívida. Después de reflexionar sobre esto, creo que la razón era que Lucas quería comunicar algunos asuntos cruciales.

LOS ATAQUES DE SATANAS

Lo primero que Lucas comunica por medio de su extensa narración sobre el viaje de Pablo, es el ataque de Satanás contra el apóstol. Satanás estaba continuamente detrás de todo, oponiéndose a Pablo. Esta es la razón por la que el viaje fue tan difícil y demorado. En particular, vemos que el clima fue inclemente. Leamos Hechos 27:4: “Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios”. Más adelante, se embarcaron en una nave alejandrina, “navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido” (v. 7). Luego leemos que con dificultad llegaron a un lugar llamado Buenos Puertos, y finalmente, después de salir otra vez a la mar, “dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidón” (v. 14). Ciertamente Satanás se encontraba detrás de todo esto, atacando al apóstol.

EL CUIDADO PROVIDENCIAL DEL SEÑOR

En el cuadro descrito en Hechos 27 y 28, también vemos el cuidado providencial del Señor. El Señor está por encima de todas las cosas, incluso por encima el viento y las tormentas. El Señor fue soberano sobre el centurión llamado Julio que llevó a Pablo hasta Roma, y sobre todos los soldados que le acompañaban. En Su providencia, el Señor motivó a este centurión para que tratara a Pablo con amabilidad. Hechos 27:3 dice al respecto: “Al otro día arribamos a Sidón; y Julio, tratando amablemente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos”. Probablemente algunos soldados lo acompañaron y es posible que aun estuviera encadenado, sin embargo, el Señor en Su providencia tuvo cuidado del apóstol.

En Su soberanía, el Señor también envió un ángel a Pablo en medio de aquella tormenta violenta, cuando todos los que estaban en la nave habían perdido toda esperanza de salvarse (vs. 20, 23). Pablo testificó que el ángel le había dicho: “No temas, es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo” (v. 24). Como veremos, las palabras del Señor indicaban que Pablo, en la nave, tenía un pequeño reino de doscientos setenta y seis ciudadanos.

Lucas y Aristarco, un macedonio de Tesalónica, acompañaban también a Pablo en la nave. Lucas ejercía las funciones de médico y de cronista. Como médico, cuidaba la salud de Pablo, y como cronista, redactaba los detalles del viaje. Damos gracias al Señor por este relato. Cuanto más lo leemos, más nos damos cuenta de lo significativo que es. El recuento detallado que hizo Lucas de este viaje, revela que el Señor neutralizó todos los ataques de Satanás, interviniendo siempre en el momento más oportuno para preservar la vida de Pablo.

LA VIDA DE PABLO

En estos capítulos de Hechos vemos también la vida de Pablo, su comportamiento y carácter, en el control que ejercía sobre las distintas situaciones. También vemos la sabiduría y la dignidad de su vida humana. Indudablemente Pablo vivía a Cristo continuamente y lo magnificaba.

Si leemos detenidamente este pasaje, veremos que verdaderamente Pablo llevaba la vida a la que aspiraba en Filipenses 3. En dicho capítulo, él declaró que seguía a Cristo con el fin de ser hallado en El (vs. 9, 12). Cuando leo Hechos 27 y 28, puedo ver a un Pablo en Cristo. A pesar de todas las penurias y dificultades de su viaje, Pablo mantuvo una vida reinante, digna y llena de sabiduría. Pese a que viajaba como prisionero, se conducía como un rey. Además, poseía el discernimiento y la sabiduría que se requería para manejar la situación.

Indudablemente, el Señor estaba con Pablo. Por una parte, él era un prisionero, uno más entre los doscientos setenta y seis pasajeros; por otra, él era el centro de atención, tanto en la nave como en la isla donde invernaron después de la pérdida de la nave. En cada circunstancia, vemos que Pablo llevaba una vida en la ascensión de Cristo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top