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Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1446-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 56 de 68 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE APOCALIPSIS

MENSAJE CINCUENTA Y SEIS

EL REINO MILENARIO

En este mensaje llegamos al tema del reino milenario. Muchos versículos del Antiguo Testamento están relacionados con el reino milenario (Sal. 2:6, 8-9; Is. 2:2-5; 11:1-10; 65:20-25; 30:26; Zac. 8:20-23; Sal. 72:1-17; Is. 4:2-6; 9:7; 12:1-5; 16:5; 32:1-2; 40:9-11; 61:4-9; Zac. 14:16-21). El reino era la buena nueva que proclamada a través de los profetas en el Antiguo Testamento para la humanidad.

Entre el arrebatamiento de los vencedores y el comienzo del reino milenario sucederán muchas cosas. Inmediatamente después del arrebatamiento del hijo varón, una gran voz del cielo dice: “Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de Su Cristo” (12:10). Sin embargo, el reino no viene en ese momento, pues los tres años y medio de la gran tribulación todavía no habrán venido. No obstante, a los ojos de quienes ya fueron arrebatados a los cielos, el reino ya vino. Durante los últimos tres años y medio de esta era sucederá lo siguiente: el arrebatamiento de la mayoría de los santos; la destrucción de la Babilonia religiosa, esto es, el aniquilamiento del catolicismo; la destrucción del judaísmo, y la caída de la Babilonia material. Después se peleará la batalla de Armagedón. Toda la tierra tiene que ser purificada como preparación para la venida del reino de Dios. Ya para el capítulo veinte casi todo estará limpio. Solamente quedará Satanás, el origen de todos los problemas. Por eso, lo primero que se menciona en el capítulo veinte, el cual se relaciona con el milenio, es atar a Satanás.

I. SATANAS ES ENCARCELADO

En 20:1-3 vemos que Satanás es encarcelado. Después de la derrota del anticristo, Satanás es atado y encarcelado a fin de limpiar la tierra rebelde para que venga el reino de Cristo (vs. 4-6). Satanás será atado y lanzado al abismo, que está en el corazón de la tierra. Estará encerrado allí por mil años, después de los cuales “debe ser desatado por un poco de tiempo” (v. 3). El Señor Jesús arrojará al anticristo y al falso profeta directamente al lago de fuego porque ya no le serán útiles. Sin embargo, aun después de la batalla de Armagedón, Satanás le será útil en cierta medida al Señor.

Después de la batalla de Armagedón, el Señor establecerá Su trono de gloria en Jerusalén y reunirá ante El a las naciones que queden en la tierra y ejecutará Su juicio sobre ellas. Ya dijimos que éste será el juicio que Cristo ejecutará sobre los que estén vivos, el cual se llevará a cabo según el evangelio eterno predicado por un ángel en medio del cielo (14:6). Los “cabritos” irán al fuego preparado para el diablo y sus ángeles, y las “ovejas” entrarán al reino milenario como ciudadanos (Mt. 25:34). Aunque estas “ovejas” serán restauradas, no serán regeneradas. Conservarán la naturaleza rebelde, así que necesitarán una prueba adicional mil años después. Puesto que el Señor usará a Satanás para ponerlos a prueba, no lo echará al lago de fuego al comienzo del milenio, sino que será encerrado en el abismo por mil años. Cuando hayan pasado los mil años, el Señor soltará a Satanás del abismo y lo utilizará para poner a prueba a los ciudadanos que hayan quedado en la tierra durante el milenio. En el mensaje siguiente veremos que Gog y Magog, los rusos, no pasarán la prueba. Bajo la instigación de Satanás, se rebelarán una vez más contra Dios. En esto podemos ver que Satanás sigue siendo útil en las manos de Dios para purgar a la humanidad.

II. EL MILENIO

Hechos 3:21 se refiere a “los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de Su santos profetas desde tiempo antiguo”. Esta restauración afectará no solamente al hombre, sino también a toda la creación: los cielos, la tierra, los animales y hasta los árboles. Todo lo que fue maldito en la caída del hombre será restaurado. Isaías 30:26 dice: “Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días”. Hoy el sol y la luna no están en su condición normal debido a que fueron malditos cuando Satanás se rebeló y el hombre cayó. Según se indica en Génesis 3:17 y 18, la tierra fue maldita por causa de la caída del hombre. Es por eso que la tierra hoy no es normal.

Cuando los hijos de Israel se preparaban para entrar en la buena tierra, la tierra donde fluyen leche y miel, Moisés envió doce espías a reconocer la tierra (Nm. 13:1-2). Estos regresaron con un racimo de uvas tan grande que se necesitaban dos hombres para cargarlo (Nm. 13:23). En 1958 visité esa región, y traté intencionalmente de ver qué clase de uvas eran ésas. El guía trajo un racimo de uvas pequeñas. Pregunté por qué eran tan pequeñas, y se me respondió que el suelo no es fértil y la lluvia escasa. Con el paso de los siglos el viento ha ido arrastrando la capa fértil del suelo. Por esta razón no se puede cultivar casi nada allí. Según las profecías de Deuteronomio, esta tierra ha sido maldita por causa del pecado de los hijos de Israel. Así que la tierra se ha vuelto anormal. De la misma manera, el universo en su totalidad es anormal. Sin embargo, cuando el milenio venga todo será restaurado.

En Isaías, Zacarías y en los Salmos hay muchas profecías acerca del milenio. En el tiempo de la restauración, no solamente la humanidad sino también toda la creación será restaurada a su condición original. Las fieras y el ganado serán restaurados a tal extremo que “morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará” (Is. 11:6). Esto no será un milagro, sino una relación común y normal. Isaías 11:8 dice: “Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora”. Hasta los molestos zancudos serán incluidos en la restauración. Cuando un zancudo me pica, recuerdo que los zancudos necesitan ser restaurados. Después que sean restaurados, harán sonidos musicales, y no picarán a nadie. No debemos odiar a los zancudos, las moscas ni los topos. Debemos culpar a Adán, ya que su caída trajo la maldición a toda la creación. Pero cuando Cristo vuelva, todo será restaurado. Los árboles florecerán abundantemente. Isaías 35:1-2 dice: “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo”. Más aún: “aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manantiales de aguas” (Is. 35:6-7). Además dice: “Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad” (Is. 35:8). El libro de Isaías es una descripción completa del milenio.

De acuerdo con las profecías de la Biblia, el reino milenario consta de dos secciones, a saber, la parte superior, que es la celestial, y la parte inferior, que es la terrenal. A la sección superior del milenio se le llama el reino del Padre (Mt. 13:43), y la sección inferior es llamada el reino del Hijo del Hombre (Mt. 13:41). El reino del Mesías, o el reino mesiánico, es otro nombre dado a la sección terrenal del milenio.

En el reino milenario habrá tres pueblos. El primero constará de los santos que venzan, incluyendo tanto a los vencedores del Antiguo Testamento como a los del Nuevo. Estos vencedores serán correyes de Cristo. Cristo es el Rey supremo, y nosotros seremos Sus correyes. Por lo tanto, la porción celestial será conformada por la realeza del milenio.

El segundo grupo, que se halla en la sección inferior, son los judíos legítimos que hayan sido preservados, los cuales serán salvos cuando venga el Señor. Según Zacarías 12:10-14 estos judíos mirarán a aquel a quien traspasaron y se arrepentirán. Ellos serán la tercera parte que será pasada por fuego para ser refinada (Zac. 13:9). Estos judíos salvos entrarán en el milenio como sacerdotes, y enseñarán a las naciones a buscar y conocer a Dios. Isaías 2:2-3 se cumplirá en ese entonces. El versículo 3 dice: “Y vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacobo; y nos enseñará Sus caminos, y caminaremos por Sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. Las naciones recibirán instrucción de Dios mediante la enseñanza de los judíos, quienes serán los sacerdotes. Isaías 61:6 dice expresamente: “Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados”. Esto también se cumplirá durante el milenio, cuando las naciones reconozcan a los judíos como sacerdotes de Dios.

Zacarías 8:23 dice: “Así dice Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”. Este versículo indica que cada judío será valioso. En ese entonces los judíos salvos serán tan escasos que diez personas de cada nación tomarán del manto a un judío y le dirán: “Ayúdanos a conocer a Dios. Queremos que tú nos enseñes; hemos oído que Dios os ha bendecido. Queremos participar de vuestras bendiciones. Queremos que nos enseñéis a conocer a Dios y a adorarlo”. En esos días los judíos serán muy bien recibidos.

El tercer grupo de personas que estará en el reino milenario será las “ovejas” de las que habla Mateo 25. Hemos visto que estas “ovejas” serán trasladadas al reino milenario y serán los ciudadanos allí.

En la parte inferior del reino milenario, llamado el reino del Hijo del Hombre, Jesús como la simiente de David será rey de los judíos y por medio de ellos reinará sobre todas las naciones. El estará en el trono de David, a fin de ser Rey de las naciones a través de los judíos. Este es el reino del Hijo del Hombre y el reino del Mesías; también es el tabernáculo de David del cual se habla en Hechos 15:16. El tabernáculo de David está caído. Pero cuando el milenio venga, Cristo lo erigirá de nuevo. El tabernáculo de David es el reino de David. En 2 Samuel 7:16 Dios prometió establecer el reino de David para siempre. Este reino eterno será la parte terrenal durante el milenio, el reino del Hijo del Hombre y del Mesías. Los vencedores, que serán reyes, estarán en la parte superior, y los sacerdotes judíos y los ciudadanos estarán en la parte inferior.

Es una gran ayuda entender claramente estos asuntos. Si uno los entiende, entonces al leer la Biblia sabrá cuáles versículos se refieren a la parte superior y cuáles a la parte inferior. Sabrá cuáles versículos se refieren a los reyes, cuáles a los sacerdotes y cuáles a las naciones.


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