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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
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ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE VEINTITRES

LA PASCUA
(1)

Lectura bíblica: Ex. 12:1-10, 13, 23, 46b; 13:4; Lc. 22:7-8, 14-15; Jn. 19:33, 36; 1 Co. 5:7

La Biblia presenta la revelación de Dios de manera práctica, y no como conocimiento doctrinal. Debido a esto, la revelación divina es siempre viviente. No obstante, si se presentara de una manera doctrinal, el resultado sería la muerte. En particular, la Pascua no se presenta como doctrina, sino como algo relacionado con una necesidad práctica. La Pascua descrita en Exodo 12 es una tipología clara, apropiada y aún, todo-inclusiva de la redención de Cristo. En ninguna otra parte de las Escrituras se presenta la redención de Cristo de una manera tan completa.

I. UN TIPO DE CRISTO

Todos los cristianos saben que Cristo es el Cordero de Dios y que realizó la redención por nosotros (Jn. 1:29). No obstante, pocos han visto claramente a Cristo como el Cordero redentor de Dios. Este cuadro se presenta en Exodo 12.

Tal vez no entienda el significado de algunos detalles de este cuadro. Por ejemplo, ¿por qué la sangre fue puesta en el dintel y en los postes (12:22) y no en el techo? ¿por qué pidió Dios a los hijos de Israel que usaran un manojo de hisopo para untar la sangre en el dintel y los postes? ¿por qué razón tuvieron que comer las hierbas amargas junto con la carne del cordero? Podríamos hacer muchas preguntas, pero pocos cristianos podrían contestarlas.

Todos debemos ver un cuadro claro de la redención de Cristo. El Nuevo Testamento revela los diferentes aspectos de la redención, pero estos no están sistematizados de una manera doctrinal. Juan 1:29 dice que Cristo es el Cordero de Dios, y en 1 Corintios 5:7, Pablo se refiere a Cristo como la Pascua. En diferentes ocasiones podemos ver en el Nuevo Testamento, aspectos de la redención de Cristo. Sin embargo, en Exodo 12, tenemos un cuadro completo. Debemos estudiar este cuadro detenidamente; luego debemos acudir a otras porciones de la Palabra, particularmente al Nuevo Testamento para interpretarlo correctamente.

La Pascua es un tipo de Cristo. En 1 Corintios 5:7, Pablo dice que “Cristo, nuestra Pascua, fue sacrificada”. Aquí Pablo no dice que Cristo es nuestro cordero; él dice que Cristo es nuestra Pascua. Pero ¿cómo podía la Pascua ser sacrificada? Esta es la respuesta: Cristo no es solamente el cordero pascual, sino también todos los aspectos de la Pascua. El cordero, el pan y las hierbas amargas guardan relación con Cristo. Por tanto, en principio, Cristo no es solamente el cordero de la Pascua, sino la Pascua misma.

La palabra Pascua significa que el juicio de Dios pasa sobre nosotros. En Exodo 12:13, el Señor dice: “Veré la sangre y pasaré de vosotros”. Finalmente, la Pascua llegó a ser un sustantivo. El sustantivo Pascua tiene su raíz en la frase “Pasar de vosotros” en 12:13.

¿Por qué Cristo es llamado nuestra Pascua? Según Exodo 12, Dios pasó por encima de los hijos de Israel porque la sangre del cordero pascual había sido untada en el dintel y los postes de sus casas. Los hijos de Israel habían recibido el mandato de comer la carne del cordero en sus casas. Esto indica que la casa sería la cubierta dentro de la cual podían comer la carne del cordero pascual. La casa que los cubría debía tener sangre untada en el dintel y en los postes. Cuando Dios vio la sangre, El pasó por encima de los hijos de Israel. Por tanto, el hecho de pasar por encima se debía a la sangre untada.

No obstante, Pablo nos muestra que la Pascua no se relaciona sólo con la sangre, sino con Cristo mismo. Hoy, ¿estamos bajo la sangre o en Cristo? Tecnicamente, decir que estamos bajo la sangre no es bíblico. Esta expresión no se encuentra en el Nuevo Testamento. Sin embargo, el Nuevo Testamento afirma en muchas ocasiones que estamos en Cristo. Según 1 Corintios 1:30, Dios fue El que nos puso en Cristo. Puesto que estamos en Cristo, El se convierte en nuestra Pascua. Esto significa que antes de poder ser nuestra Pascua, Cristo primero debe ser nuestra cubierta. Nuestra cubierta hoy en día no es la sangre, sino Cristo mismo. En Exodo 12, la Pascua se basaba en la sangre. Pero hoy en día, nuestra Pascua se basa en Cristo. Esta es la razón por la cual Pablo dijo que Cristo es nuestra Pascua.

Si le pidieran que enumerara las cosas que componían la Pascua en Exodo 12, usted probablemente mencionaría al cordero, la carne, la sangre, los panes sin levadura y las hierbas. Probablemente no incluiría la casa. La casa en Exodo 12, tipifica a Cristo. Al final de Génesis 3, vemos que Dios usó pieles para cubrir a Adán y a Eva (v. 21). En Génesis 4, Abel “trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas” y las presentó al Señor (v. 4). Mediante esta ofrenda, Dios aceptó a Abel. Más adelante, vemos que Noé recibió el mandato de construir un arca lo cual se puede considerar una casa flotante. El arca tipificaba a Cristo dentro del cual Dios nos ha colocado. Noé y su familia entraron en el arca, y en ella se salvaron del diluvio. Estos ejemplos indican que la revelación bíblica es progresiva. En Génesis 3:21, tenemos las túnicas de pieles; en Génesis 4:4, la ofrenda de los primogénitos de las ovejas; y en Génesis 6 y 7, el arca que hizo Noé.

En las vidas de Abraham, Isaac y Jacob, no vemos un relato claro de la redención. Por esta razón, debemos ir a la experiencia de los hijos de Israel presentada en Exodo 12. Aquí vemos el pleno desarrollo de la redención de Dios que fue indicada por primera vez en Génesis 3. En Génesis 3, tenemos las pieles, en Génesis 4 tenemos la ofrenda, y en Génesis 6 y 7 tenemos el arca. Ahora en Exodo 12, tenemos delante de nosotros el pleno desarrollo de la redención de Dios. Aquí el arca se convierte en la casa, un tipo de Cristo, la cual cubría a los hijos de Israel. Esta es la razón por la cual ningún versículo del Nuevo Testamento afirma que estamos bajo la cubierta de la sangre de Cristo. Sin embargo, muchos versículos, particularmente en las epístolas, indican que estamos en Cristo. Según Gálatas 3, Dios nos ha puesto en Cristo, y ahora estamos en Cristo. Puesto que Cristo es una casa que nos cubre, El es nuestra Pascua. El no es solamente el cordero, los panes sin levadura y las hierbas, El es también la casa cuyo dintel y postes fueron untados con la sangre redentora.


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