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Estudio-vida de 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemónpor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2769-X
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Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 28 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 TIMOTEO

MENSAJE SIETE

EL INCENTIVO DEL VACUNADOR

Lectura bíblica: 2 Ti. 4:1-8

En este mensaje hablaremos acerca del incentivo de aquel que administra la vacuna (4:1-8). Como veremos, este incentivo es la recompensa venidera.

I. EL ENCARGO DEL APÓSTOL

En 2 Timoteo 4:1 Pablo le dice a Timoteo: “Delante de Dios y de Cristo Jesús, que juzgará a los vivos y a los muertos, te encargo solemnemente por Su manifestación y por Su reino”. Dios le dio a Cristo todo el juicio debido a que Él es un hombre (Jn. 5:22, 27; Hch. 10:42; 17:31; Ro. 2:16). Como Juez justo (2 Ti. 4:8), Cristo juzgará a los vivos en Su trono de gloria, en Su segunda manifestación (Mt. 25:31-46), y juzgará a los muertos en el gran trono blanco después del milenio (Ap. 20:11-15).

En 4:1 Pablo habla de la manifestación de Cristo y de Su reino. La manifestación de Cristo tiene como fin juzgar, o sea, darnos a cada uno nuestro pago (Mt. 16:27; Ap. 22:12), y Su reino tiene como fin que Él reine junto con Sus vencedores (Ap. 20:4, 6). Por causa de estos dos eventos, el apóstol le encargó a Timoteo que cumpliera fielmente el ministerio de la palabra, el cual le había sido encomendado. Era como si Pablo le estuviera diciendo: “Timoteo, debes comprender que tu vida y tu obra tienen mucho que ver con la manifestación del Señor y con Su reino. Cuando Él se manifieste, ¿serás alabado por el Señor, o recibirás de parte de Él una reprensión? ¿Recibirás una recompensa o un castigo? ¿Serás tenido por digno de participar en el reino divino y reinar con Cristo por mil años, o serás tenido por indigno de reinar con Él? Timoteo, debes pensar seriamente acerca de estos asuntos. Por lo tanto, te encargo solemnemente por la manifestación del Señor y por Su reino”.

Es de suma importancia el que se le encargue a uno algo por la manifestación del Señor y por Su reino. Puesto que somos cristianos genuinos, somos salvos eternamente, pero ¿cómo llevamos nuestra vida cristiana, y cuán eficientemente estamos cumpliendo nuestros deberes como cristianos? ¿Estamos llevando a cabo la economía neotestamentaria de Dios? ¿Practicamos la vida de iglesia apropiada, la vida corporativa en el Cuerpo de Cristo, a fin de expresar a Dios en Cristo por medio del Espíritu? Estas preguntas merecen nuestra atención, porque la manera en que las contestemos podría determinar nuestro futuro con respecto a la manifestación del Señor y Su reino venidero. No preste atención a aquellas enseñanzas supersticiosas y superficiales, que dicen que mientras usted sea salvo, no tendrá ningún problema con el Señor a Su venida. Es posible que tenga serios problemas cuando esté delante de Él en Su tribunal. Todo creyente de Cristo, toda persona que haya sido verdaderamente salva, tendrá que comparecer ante el tribunal de Cristo y ser juzgado por Él, no con relación a si ha de ser salvo o si ha de sufrir la perdición eterna, sino con respecto a si ha de recibir una recompensa o un castigo. Por tratarse de un asunto tan solemne, Pablo le da este encargo a Timoteo delante de Dios y de Cristo Jesús y por la manifestación del Señor y por Su reino.

En el versículo 2 Pablo continúa su exhortación: “Que proclames la palabra; que te mantengas preparado a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende, exhorta con toda longanimidad y enseñanza”. La palabra que Timoteo debía proclamar incluía lo que él había aprendido tanto de Pablo como del Antiguo Testamento (3:14-15). Esto comprueba que los versículos 1 y 2 son la continuación de 3:14-17. Al cuidar de una iglesia local, especialmente en los tiempos de la decadencia de la iglesia, la proclamación de la Palabra es vital.

La palabra que Timoteo debía proclamar no se trataba meramente de la salvación que nos libra del infierno y nos lleva al cielo; al contrario, él había de proclamar la palabra que completara la revelación divina en lo tocante a Cristo y la iglesia. Una palabra sana como ésta es equivalente a la verdad, a la realidad del contenido de la economía neotestamentaria de Dios. A Timoteo se le encargó que estuviera preparado para proclamar esta palabra a tiempo y fuera de tiempo. Predicar a tiempo y fuera de tiempo significa predicar en cualquier situación, sea ésta oportuna o inoportuna, conveniente o inconveniente, ya sea que uno sea bien recibido o rechazado. Además de esto, Timoteo tenía que convencer, reprender y exhortar con toda longanimidad y enseñanza. La palabra “convencer” significa reargüir. El adjetivo “toda” modifica tanto a longanimidad como a enseñanza, y quiere decir “enseñar en muchos aspectos y desde diversas perspectivas”. Para enseñar de esta manera se requiere longanimidad.


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