Información del libro

Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 46 de 79 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE CUARENTA Y SEIS

EL SALVADOR-HOMBRE SE ENTREGA
A LA MUERTE PARA EFECTUAR LA REDENCION

(3)

Lectura bíblica: Lc. 20:1—21:4

UNA PREGUNTA ACERCA DE CRISTO

En 20:1-38 el Salvador-Hombre es examinado por los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos (vs. 1-19), por los fariseos y los herodianos (vs. 20-26), y por los saduceos (vs. 27-38). En 20:39-44 el Señor hace callar a todos los examinadores. Los escribas respondieron: “Maestro, bien has dicho” (v. 39). Se nos dice que “no osaron preguntarle nada más” (v. 40). En 20:41-44 el Señor les hizo una pregunta a los examinadores acerca del Cristo.

En 20:1-38 el Señor estaba rodeado por los principales sacerdotes, los ancianos, los fariseos, los herodianos y los saduceos, quienes trataron de enredarlo con preguntas capciosas. Primero, los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, que representaban la autoridad del pueblo judío, le preguntaron acerca del origen de Su autoridad (v. 2). Esta pregunta provenía de su concepto religioso. Segundo, los fariseos conservadores y los herodianos, un grupo con intereses políticos, le hicieron una pregunta relacionada con el gobierno. Tercero, los saduceos le preguntaron con respecto a la resurrección. Después de contestar sabiamente todas las preguntas, el Señor les hizo una pregunta acerca del Cristo. Esta es la gran pregunta. Los interrogantes que ellos presentaron tenían que ver con la religión, la política y las creencias. La pregunta que El hizo tenía que ver con el Cristo, quien es el centro de todas las cosas. Ellos conocían la religión, la política y las creencias, pero no prestaban atención al Cristo.

En los versículos del 41 al 44 el Señor les dijo a los examinadores: “¿Cómo es que dicen que el Cristo es hijo de David? Pues David mismo dice en el libro de los Salmos: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a Mi diestra, hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies”. David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?” Cristo en Su divinidad es el Señor de David, y en Su humanidad es el Hijo de David. Sus examinadores conocían sólo parcialmente las Escrituras con respecto a la persona de Cristo; es decir, sólo sabían que El era el Hijo de David en el aspecto humano. No tenían un conocimiento cabal con respecto a la divinidad de Cristo como Hijo de Dios. La intención que el Señor tenía en 20:41-44 era ayudar a Sus examinadores a que vieran que Aquel que ellos estaban interrogando era en realidad el Señor.

EL DIOS-HOMBRE ES EXAMINADO

Tenemos que entender que Aquel que estaba siendo examinado era el Dios-Hombre. Ciertamente, en aquella situación el Salvador-Hombre era un hombre, pero también era Dios. Esto significa que como Dios estaba rodeado por los opositores quienes le estaban examinando. ¡Qué ciegos, insensatos e ignorantes eran! No entendieron que el que ellos estaban examinando era Dios mismo.

Si entendemos esto, veremos cuánta paciencia tuvo el Dios-Hombre cuando estaba siendo examinado por los principales sacerdotes, los escribas, los ancianos, los fariseos, los herodianos y los saduceos. El fue franco, directo y sabio, pero no se enfadó con ellos. Aunque El era Dios, estuvo dispuesto a ser examinado por Su creación.

Nos debe impresionar profundamente que quien estaba siendo examinado era el Dios-Hombre. El propio Creador de todo estaba rodeado por Sus criaturas y estaba siendo examinado por ellas de una manera capciosa e insultante. Sin embargo, fue paciente y no se enojó. Les respondió con propiedad y con sabiduría.

En este capítulo vemos un cuadro bien claro en cuanto al nivel supremo de moralidad. Dicha moralidad está expresada en las virtudes humanas del Señor junto con Sus atributos divinos. Aquí vemos las riquezas en las virtudes humanas del Salvador-Hombre junto con Sus atributos divinos. Después de ser examinado por Sus examinadores, El intentó ayudar a Sus criaturas a comprender que El era tanto hombre como Dios, el hijo de un ser humano y del Señor Dios. La pregunta que El hizo acerca de Cristo les dejó callados.

En la tipología, el cordero pascual era examinado cuatro días antes de ser inmolado (Ex. 12:3-6). El Salvador-Hombre también como el verdadero Cordero pascual (1 Co. 5:7), fue examinado cuatro días antes de ser inmolado. Llegó a Betania seis días antes de la Pascua (Jn. 12:1; Mr. 11:1). Al día siguiente entró en Jerusalén y regresó a Betania (Jn. 12:12; Mr. 11:11). El tercer día fue otra vez a Jerusalén (Mr. 11:12-15) y comenzó a ser examinado por los líderes judíos, según la ley judía (Mr. 11:27—12:37; 14:53-65; Jn. 18:13; 19-24), y por Pilato, el gobernador romano, según la ley romana (Jn. 18:28—19:6) hasta el día de la Pascua, cuando fue crucificado (Mr. 14:12; Jn. 18:28). Esta examinación insidiosa y capciosa, que provino de muchas direcciones, duró exactamente cuatro días. El Salvador-Hombre pasó la examinación, lo cual comprueba que El satisfacía todos los requisitos para ser el Cordero que Dios requería para efectuar la redención, y sobre esta base Dios no juzgó a los pecadores, tanto judíos como gentiles.


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