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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 66 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE SESENTA Y SEIS

LA ARMADURA SE APLICA
POR MEDIO DE LA ORACION

En este mensaje llegamos a 6:18-20, que abarca específicamente el tema de la oración.

I. LA ORACION ES EL MEDIO POR EL CUAL APLICAMOS LOS COMPONENTES DE LA ARMADURA DE DIOS

Ya vimos que la armadura de Dios se compone de seis piezas: el cinto de la verdad, la coraza de justicia, el firme cimiento del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu. Cuando estamos equipados con una armadura tan completa como ésta, podemos estar firmes contra los ataques del enemigo e incluso arremeter contra él. Después de describir los componentes de la armadura de Dios, Pablo se dirige al tema de la oración.

El versículo 18 dice: “Con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu, y para ello velando con toda perseverancia y petición por todos los santos”. La frase “con toda oración y petición” califica la palabra “recibir” mencionada en el versículo 17. Con toda oración recibimos tanto el yelmo de la salvación como la palabra de Dios, lo cual indica que debemos recibir la palabra de Dios por medio de toda oración y petición. Debemos orar mientras recibimos la palabra de Dios. Ya vimos que la armadura completa de Dios se compone de seis piezas. La oración puede considerarse la séptima; es el medio por el cual aplicamos los otros componentes.

La frase calificativa “con toda oración y petición” del versículo 18 está relacionada con las seis piezas de la armadura presentadas en los versículos del 14 al 17. Con toda oración y petición nos ceñimos de la verdad, nos ponemos la coraza de justicia y nos calzamos los pies con el firme cimiento del evangelio de la paz. Además, con toda oración tomamos el escudo de la fe y recibimos el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios. Cada vez que queramos vestirnos de toda la armadura, o usar cualquier parte de ella, necesitamos orar. No podemos ni debemos intentar usar ninguno de sus componentes sin la oración. La oración es el único medio para aplicar la armadura de Dios. Es la oración la que pone la armadura a nuestra disposición de una manera práctica. Por ejemplo, si bien tenemos el yelmo de la salvación, es la oración la que lo hace disponible y prevaleciente. Vemos así que la oración es crucial y vital.

II. ORAR

En el versículo 18 Pablo no habla de una sola clase de oración, sino de toda oración y petición. La oración es general, mientras que la petición es específica. Debemos orar de una manera ordinaria y también, cuando sea necesario, de una manera extraordinaria, si es posible, renunciando al sueño o a la comida para pedirle al Señor con respecto a cierta situación.

A. En todo tiempo

En el versículo 18 Pablo dice que debemos orar “en todo tiempo”. Algunos piensan que la frase “en todo tiempo” se refiere simplemente al momento en que oramos, mientras que para otros significa todo el tiempo. Orar siempre corresponde a lo que dijo Pablo en 1 Tesalonicenses 5:17, donde habla de orar sin cesar.

B. En el espíritu

En el versículo 18 Pablo declara específicamente que debemos orar en el espíritu. Este espíritu es nuestro espíritu regenerado, en el cual habita el Espíritu de Dios. Puede considerarse el espíritu mezclado: nuestro espíritu mezclado con el Espíritu de Dios. Siempre que estamos en nuestro espíritu, estamos también en el Espíritu Santo, porque nuestro espíritu es uno con el Señor (1 Co. 6:17). Por tanto, la exhortación de Pablo en cuanto a orar en el espíritu implica que debemos también orar en el Espíritu de Dios, porque los dos espíritus están mezclados en nosotros.

Al orar, la principal facultad que debemos emplear es nuestro espíritu. Si nuestra mente está muy activa o si nuestras emociones no están moderadas, nos será difícil orar. Cuando oramos, nuestra mente debe estar en reposo y nuestras emociones, reguladas, es decir, no deben ser ni muy fervientes ni muy frías. Conforme a mi experiencia, si mi mente está ocupada con otras cosas, me distraigo fácilmente cuando oro. Del mismo modo, si mi parte emotiva no está moderada, me es difícil decir algo desde mi espíritu cuando oro. Por ello, para poder orar en el espíritu, necesitamos una mente recalibrada y una parte emotiva equilibrada. Esto requiere muchísimo ejercicio interior.

Además, si deseamos orar en el espíritu en todo tiempo, nuestra voluntad debe ser fuerte. Una persona que tiene una voluntad de medusa no puede orar. Aparentemente orar es fácil, pero en realidad no lo es. Es muy fácil hablar o leer, pero no es fácil orar. A esto se debe que la oración requiera el ejercicio de nuestra voluntad.

Un cristiano debe ser una persona que ora. Es pecado no orar. Si usted no ora por los demás, sean los santos, o los miembros de su familia, está pecando. Sin embargo, muy pocos cristianos consideran que no orar sea un pecado. Para poder ser personas de oración es necesario que ejercitemos nuestra voluntad. Si deseamos tener una vida de oración, nuestra mente debe ser sobria, nuestras emociones, reguladas, y nuestra voluntad, fortalecida. Entonces podremos orar en todo tiempo en el espíritu.


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