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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 64 de 72 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE SESENTA Y CUATRO

LA PROFECIA ACERCA DEL REINO

(4)

Hemos visto que esta sección, cuyo tema es la profecía del reino con respecto a la iglesia, abarca dos aspectos: velar y estar preparados, y ser fieles y prudentes. El aspecto de velar y estar preparados se relaciona con nuestra vida cristiana, ya que todos debemos vigilar y estar listos para la venida del Señor. Sin embargo, una vida cristiana adecuada debe poner atención no sólo al aspecto de la vida, sino también al aspecto del servicio. En cuanto al servicio debemos ser fieles y prudentes; se muestra fidelidad para con el Señor, pero se ejerce prudencia para con los creyentes. Como ya hemos visto, el capítulo veinticuatro trata ambos aspectos: en cuanto a la vida, debemos velar y estar preparados; y en cuanto al servicio, debemos ser fieles y prudentes.

Aunque en el capítulo veinticuatro se presentan ambos aspectos, no se explican por completo; por tanto, en el capítulo veinticinco todavía existe la necesidad de dar una palabra complementaria de cada aspecto que se presenta en el capítulo veinticuatro. Mateo 25:1-30 completa la sección que se inicia en el capítulo veinticuatro respecto a los creyentes. La parábola de las vírgenes (25:1-13) complementa el aspecto de velar y estar preparados, porque esta parábola revela cómo podemos vigilar y estar listos. Mateo 25:13, el último versículo de esta parábola, dice: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora”. Esta palabra se parece mucho a la de Mateo 24:42, lo cual indica que 25:1-13 complementa la sección de 24:40-44 acerca de ser vigilantes aguardando el mo- mento para ser arrebatados.

Mateo 24:32-44 trata sobre el tema de velar y estar preparados. Mateo 25:1-13 trata también de lo mismo; por consiguiente, es un complemento de la sección anterior. Bajo el mismo principio, tanto 24:45-51 y 25:14-30 son secciones que presentan el tema de ser fieles y prudentes. Mateo 25:30, que habla de echar al esclavo inútil a las tinieblas de afuera, es un pasaje paralelo a Mateo 24:51; esto indica que Mateo 25:14-30 es el complemento de 24:45-51, donde se habla de la fidelidad en la obra del Señor. Mateo 24:45-51 muestra la infidelidad del esclavo malo en realizar la comisión que recibió del Señor; sin embargo, Mateo 25:14-30 todavía se necesita porque trata de la infidelidad del esclavo en utilizar el talento que recibió del Señor. Aunque Mateo 24:45-51 dice que debemos ser fieles y prudentes, no nos muestra cómo podemos lograrlo; más bien, esto se revela en la parábola de los talentos.

La manera de velar consiste en ser llenos del Espíritu Santo, esto es, en tener una doble porción de aceite. Por nuestro propio esfuerzo no podemos velar ni estar preparados. La única manera de obtener una doble porción de aceite consiste en ser llenos del Espíritu Santo; ésta es la forma de ser vigilantes y estar listos. De igual modo, la manera de ser fieles y prudentes en el servicio del Señor es por medio de los dones espirituales. Sin los dones espirituales, no tenemos la capacidad de ser fieles y prudentes. Nuestra fidelidad y prudencia depende de los dones que recibimos del Señor. Por consiguiente, en el capítulo veinticinco vemos tanto la experiencia de ser llenos del Espíritu como la de usar los dones del Espíritu. El Espíritu nos llena para que tengamos vida y también nos suministra dones para hacernos aptos en el servicio. Todo depende del Espíritu. ¿Cómo podemos velar? Sólo cuando el Espíritu nos llena. Y ¿cómo podemos ser fieles? Sólo por los dones que nos da el Espíritu.

Los números dos y diez son indicios de que las parábolas del capítulo veinticinco complementan a Mateo 24:32-51. Mateo 25:1 dice: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes”. Diez constituye la mayor parte de doce (Gn. 42:3-4; 1 R. 11:30-31; Mt. 20-24). Así que, las diez vírgenes representan la mayoría de los creyentes, los cuales habrán muerto antes de la venida del Señor. Los dos hombres o las dos mujeres que se mencionan en Mateo 24:40-41 representan a los demás creyentes, quienes permanecerán vivos hasta la venida del Señor.

Los dos hombres en el campo o las dos mujeres en el molino representan a los creyentes vivos; sin embargo, cuando llegue la parusía del Señor, la mayoría de los creyentes ya habrán muerto. El capítulo veinticuatro presenta el arrebatamiento de los creyentes vivos pero no menciona nada de los creyentes muertos, ya que este tema lo abarca la parábola de las vírgenes en 25:1-13. El hecho de que las vírgenes “cabecearon todas y se durmieron” (v. 5), indica que murieron. A los ojos del Señor, cuando un santo muere, sólo duerme. Por tanto, las diez vírgenes, que se durmieron, representan a todos los santos que han muerto.

En la Biblia el número doce se relaciona con el pueblo de Dios, pues este número representa el conjunto completo de Su pueblo. En la Biblia, una manera en la que se forma el número doce consiste en sumar diez más dos. El número diez representa la mayor parte de doce, y los dos restantes representan el remanente. Por ejemplo, dos de los doce apóstoles pidieron al Señor que les permitiera sentarse uno a Su derecha y el otro a Su izquierda, mientras que los otros diez se indignaron por ello. En el Antiguo Testamento diez tribus se rebelaron contra la casa de David, mientras que sólo dos de las doce permanecieron fieles. El principio aquí en los capítulos veinticuatro y veinticinco de Mateo es el mismo. En el capítulo veinticuatro vemos el número dos, y en el veinticinco, el diez. Al sumar el diez y el dos, tenemos todo el cuerpo de creyentes. En el tiempo de la venida del Señor, la mayoría de los creyentes ya habrá muerto. Sólo un pequeño número, el remanente representado por los dos hombres en el campo o las dos mujeres en el molino, permanecerá vivo. Por consiguiente, Mateo 25:1-13 es el complemento de Mateo 24:40-41.

Otro indicio de que el capítulo veinticinco complementa al veinticuatro radica en el hecho de que uno de los hombres y una de las mujeres fueron tomados, y el otro hombre y la otra mujer fueron dejados. ¿Por qué fue uno tomado y el otro dejado? La respuesta no se encuentra en el capítulo veinticuatro, sino en el veinticinco. La razón por la que uno fue tomado se debe a que estaba lleno del Espíritu Santo, y la razón por la que uno fue dejado se debe a que no tenía una porción extra de aceite. Consideremos ahora versículo por versículo esta parábola de las vírgenes, la parábola que habla de la necesidad de velar.


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