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Estudio-vida de 1 y 2 Pedropor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2858-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 46 de 47 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 PEDRO

MENSAJE DOCE

EL GOBIERNO DIVINO

(4)

Lectura bíblica: 2 P. 3:10-12

En los libros de 1 y 2 Pedro hay solamente dos capítulos que son cruciales en cuanto a la vida divina. El primer capítulo y medio de 1 Pedro y la primera mitad del capítulo 1 de 2 Pedro son importantes en este respecto. Los pasajes restantes de estas epístolas tienen que ver con el gobierno de Dios.

En este mensaje examinaremos 2 Pedro 3:10-12, donde Pedro habla acerca del juicio de Dios sobre los cielos y la tierra. Esto, por supuesto, forma parte de la administración gubernamental de Dios. Aunque estos versículos no están directamente relacionados con el crecimiento en la vida divina, ciertamente pueden ayudarnos en nuestro deseo de crecer en vida. Además, nos sería muy provechoso entender adecuadamente lo que Pedro escribe en estos versículos.

EL DÍA DEL SEÑOR VENDRÁ COMO LADRÓN

En 3:10 Pedro dice: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo se disolverán, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”. El día del Señor vendrá principalmente en un sentido de juicio (1 Ts. 5:2) por causa del gobierno de Dios. Lo que dice Pedro acerca del día del Señor es principalmente una advertencia. En el Nuevo Testamento, el día del Señor se menciona principalmente con relación al juicio del Señor (1 Co. 1:8; 3:13; 5:5; 2 Co. 1:14; 2 Ti. 4:8). El día que el Señor tiene reservado para Su juicio (1 Ts. 5:3-4) vendrá antes del milenio (Ap. 18:1; 19:11; 20:4-6).

En el día del Señor, los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos se disolverán, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Esto acontecerá después del milenio (Ap. 20:7, 11). Lo que dice Pedro tocante al día del Señor en el versículo 10 es otro indicio de que Pedro pasa por alto los mil años del milenio, así como lo hizo anteriormente en este capítulo, cuando habló de la venida del Señor en el versículo 4 y del juicio del trono blanco en el versículo 7. Las palabras grande estruendo se refieren a un sonido o ruido impetuoso. Tal vez sea la proclamación de un gran cambio efectuado en el universo, de lo viejo a lo nuevo. La frase los elementos se refiere a los elementos físicos que componen los cielos.

Podemos comparar las palabras disolverán y quemadas de este versículo con las palabras envolverás y mudados halladas en Hebreos 1:12, la palabra huyeron y la frase ningún lugar se encontró para ellos de Apocalipsis 20:11, y el vocablo pasaron de Apocalipsis 21:1. El intenso calor con el cual arderán y serán disueltos los cielos y la tierra es el procedimiento que Dios usará para envolver los cielos y la tierra y hacerlos pasar a fin de que sean cambiados de lo viejo a lo nuevo (2 P. 3:13; Ap. 21:1). Éste será el juicio consumado y final que Dios ejercerá sobre Su creación según Su gobierno. En aquel entonces, todo lo material pasará, pero la palabra eterna de Dios permanecerá para siempre (Mt. 24:35; 1 P. 1:25). La palabra de Su profecía permanecerá y se cumplirá en el tiempo que Él ha designado que se cumpla Su voluntad eterna, independientemente del cambio que ocurrirá en el universo físico.

Las obras mencionadas en 3:10 bien pueden referirse tanto a las obras de Dios en la naturaleza como a las obras de arte del hombre.

Hemos señalado que la expresión el día del Señor alude principalmente al juicio. Así que, el día del Señor equivale al juicio del Señor. Este día de juicio vendrá como ladrón en la noche.

Pedro dice en el versículo 10 que, en el día del Señor, los cielos pasarán. Al igual que en 3:7, Pedro pasa por alto el milenio, puesto que el tema que él nos presenta aquí es el juicio gubernamental de Dios, y, en lo que respecta a la economía de Dios, el milenio no está relacionado con este propósito.

Si hacemos un estudio exhaustivo del Antiguo y Nuevo Testamentos, veremos que el día del Señor probablemente durará cerca de siete años. Será un período casi equivalente a la última de las setenta semanas mencionadas en Daniel 9:24-27. Las primeras sesenta y nueve semanas, un período de cuatrocientos ochenta y tres años, concluyeron cuando el Señor Jesús fue crucificado, cuando a Él, el Mesías, le fue quitada la vida. Pero hay un intervalo entre la semana sesenta y nueve y el comienzo de la semana setenta, y la Biblia no nos dice cuánto dura. Lo que sí sabemos es que después de ese intervalo habrá un período de siete años, el cual será la semana setenta, antes del milenio. La venida del Señor acontecerá durante esos años.


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