Información del libro

Estudio-vida de 1 y 2 Tesalonicensespor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2821-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 31 de 31 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 TESALONICENSES

MENSAJE SIETE

PALABRAS DE CONCLUSIÓN

Lectura bíblica: 2 Ts. 3:6-18

En este mensaje nos concentraremos en 2 Tesalonicenses 3:6-18. En 3:6-15 Pablo corrige a los que andan desordenadamente, y en 3:16-18 él concluye su epístola.

PALABRAS DE CORRECCIÓN A LOS QUE ANDAN DESORDENADAMENTE

Las secciones en las que concluye este libro ciertamente tienen un tono apropiado para nuevos creyentes. Después de que Pablo aborda asuntos profundos en 2:13—3:5, escribe una palabra de corrección a los que andan desordenadamente. En 3:6 él dice: “Ahora bien, os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según las instrucciones que os fueron entregadas y que recibisteis de nosotros”. Un andar desordenado no sólo es conforme a la carne (Ro. 8:4), sino que además es contrario a la edificación de la vida de iglesia (1 Ts. 5:11; Ro. 14:19; 1 Co. 10:23).

Tal vez nos parezca que andar desordenadamente es un asunto secundario; no obstante, es muy práctico. Yo creo que el desorden de Tesalónica surgió de los conceptos erróneos que había respecto a la venida del Señor. Algunos creyentes pensaban que el Señor Jesús regresaría pronto y que, por ende, no necesitaban trabajar. Es probable que entendieran que mientras tuvieran un poco de comer, apenas como para sobrevivir, eso sería suficiente. Quienes abrigan este tipo de concepto se convierten en “supercreyentes”, pues van más allá de los límites de la espiritualidad adecuada.

Hace algunos años, hubo un grupo de jóvenes que pensaban que en tanto que amaran al Señor Jesús y llevaran la vida de iglesia, no tendrían necesidad de procurar una educación alta. Pensaban que era suficiente desempeñar trabajos sencillos. Yo me enteré de esa situación y de inmediato supe que ese concepto era absolutamente erróneo. La época en la cual vivimos exige que tengamos una buena educación. Si hemos de vivir apropiadamente en esta época, necesitamos una buena educación. Sin una educación apropiada, nos será difícil ganarnos la vida. Así, pues, les hablé con franqueza a estos jóvenes y les aconsejé asistir a la universidad. Incluso les dije que, de ser posible, debían hacer un posgrado. Les recomendé además a que estudiaran carreras tales como medicina o abogacía. Me siento muy agradecido al Señor porque ellos recibieron mis palabras. En los años subsiguientes, muchos terminaron sus estudios. Hoy ellos mismos pueden dar testimonio de cómo les ayudó este consejo.

No debemos pensar que mientras seamos espirituales, busquemos al Señor y nos entreguemos por completo al testimonio del Señor y Su recobro, no necesitamos adquirir una buena educación para trabajar. Vivimos en una época en la que se da mucha importancia a la educación, al conocimiento, a la ciencia y a la industria. Si los jóvenes no adquieren una educación apropiada, les será difícil llevar una vida humana apropiada. Por lo tanto, insto a todos los jóvenes a que obtengan una buena educación.

En el versículo 6 Pablo manda a los creyentes que se aparten de todo hermano que ande desordenadamente. Esto indica que para Pablo, el andar desordenadamente era un asunto serio, pues esto trae perjuicio a la vida de iglesia.

Al respecto, quisiera añadir que es mejor no hacer ninguna cosa con la cual los hermanos no estén de acuerdo. Si usted desea hacer algo y a los hermanos no les parece bien, usted debe detenerse y reconsiderarlo. La comunión de los hermanos es su protección y salvaguardia. Ella lo guardará en la vida de iglesia. Tal vez usted piense que sabe más que los hermanos; de hecho, es posible que así sea. Sin embargo, siempre es más seguro prestar atención a los hermanos, pues esto es una protección y salvaguardia para nosotros.

Pablo nos ordena que nos apartemos de todo el que ande desordenadamente. Si seguimos andando con este tipo de personas, es posible que esto las anime a que continúen viviendo desordenadamente. Pero si nos apartamos de ellas, esto les servirá de advertencia, y, a nosotros, nos guardará de cometer el mismo error.

Un andar desordenado trae malestares a la vida de iglesia. Si queremos tener una vida de iglesia apropiada, debemos aprender a llevar una vida ordenada y a apartarnos de todo el que ande desordenadamente.


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