Información del libro

Estudio-vida de Josué, Jueces y Rutpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6224-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Rut 8 de 8 Capítulo 8 de 33 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE RUT

MENSAJE OCHO

PALABRAS DE CONCLUSIÓN

Lectura bíblica: Jue. 13:24-25; 14:6, 19; 15:14; 16:28-30; Rt. 1:16-17, 20-21; 2:10-16; 3:1, 7-13; 4:9-15

Al dar estas palabras de conclusión sobre el libro de Rut, tengo la carga de abordar un punto muy crucial en Josué, Jueces y Rut.

EL MOVER QUE DIOS REALIZA
EN EL ESPÍRITU DE PODER
Y EL MOVER QUE DIOS REALIZA
EN EL ESPÍRITU DE VIDA

Este punto crucial es que estos libros nos muestran un cuadro de dos facetas. Una de las facetas concierne al mover que Dios realiza en Su Espíritu económico, el Espíritu de poder; la otra faceta concierne al mover que Dios realiza en Su Espíritu esencial, el Espíritu de vida. Con todos los jueces, e incluso con Josué y Caleb, podemos ver únicamente la obra, el mover, que Dios realiza en poder. En los libros de Josué y Jueces es difícil encontrar algún indicio del mover que Dios realiza en Su vida.

SANSÓN COMO EJEMPLO TÍPICO

Sansón es un ejemplo típico de una persona que actúa en el Espíritu de poder, pero no en el Espíritu de vida. Sansón era muy poderoso, incluso en el momento de su muerte (Jue. 16:28-30), pero en él no vemos nada relacionado con la vida. Sí, él era un nazareo, por lo cual mantenía una larga cabellera como signo de sumisión a Dios, su Cabeza, no bebía vino y no comía nada inmundo. No obstante, él hacía esto para sujetarse a reglamentos divinos; tales cosas no indican que él estuviese relacionado con la vida divina. Aunque Sansón era un nazareo, no sabía cómo dominar las concupiscencias de su carne. El tema del sexo fue un gran tropiezo para él, pues tanto entre el pueblo santo de Dios en la Tierra Santa como entre los gentiles, él solía dar rienda suelta a sus concupiscencias. Esto muestra que él no era una persona llena de vida.

Más aún, el relato de Sansón, el último de los jueces, como conclusión de los jueces, indica que la situación imperante en el tiempo de los jueces consumó en que se ejerciera poder sin que se manifestara la vida. Es difícil entender cómo un nazareo podía ser una persona tan carnal. Sansón estaba lleno de poder, pero también estaba repleto de concupiscencias. En su caso, ambas cosas iban juntas.

Este cuadro sirve para responder una pregunta que yo tuve por muchos años. Cierto número de predicadores pentecostales han actuado de manera irresponsable, sin ejercer restricción ni control sobre las concupiscencias de su carne. Pero al mismo tiempo, ellos han sido verdaderamente poderosos al predicar. Por un lado, ellos predicaron poderosamente el evangelio fundamental con respecto a Cristo, el Hijo de Dios, como nuestro Salvador; por otro, ellos vivían en fornicación. He sabido de un cierto número de casos así, tanto en China como en los Estados Unidos. Por un período bastante prolongado no podía entender cómo es que se podía dar tal situación. Pero ahora sé que estos predicadores son los “Sansón” de hoy en día. El Espíritu de Jehová vino sobre Sansón (Jue. 13:25; 14:6, 19); y sin duda alguna, él poseía el verdadero poder de Dios. No obstante, él y muchos otros jueces no tenían control sobre sus concupiscencias desenfrenadas, como Gedeón, quien tuvo setenta y dos hijos con muchas esposas (8:30-31; 9:5); Jair, quien tuvo treinta hijos (10:3-4); Ibzán, quien tuvo treinta hijos y treinta hijas, y que tomó de fuera treinta hijas extranjeras para sus hijos (12:8-9); y Abdón, quien tuvo cuarenta hijos y treinta nietos (12:13-14).

EL LIBRO DE RUT
ES UN LIBRO DE VIDA

En cambio, el libro de Rut no trata sobre el poder, sino sobre la vida.

El ejemplo de Noemí

Elimelec, el esposo de Noemí, fue castigado por Dios debido a que él no vivió conforme a la economía eterna de Dios. Él no cometió fornicación; por el contrario, aparentemente cometió apenas un pequeño error al dejar la Tierra Santa. Pero cuando él dejó la buena tierra debido a la hambruna, Dios intervino y lo disciplinó, dejando a su esposa y sus dos nueras sin nada, como viudas sin hijos. Creo que Elimelec, antes de ir a Moab, hipotecó todas sus propiedades, incluyendo la herencia para sus dos hijos. A la postre, Noemí, una viuda con dos nueras viudas, regresó de la tierra de Moab sin tener posesión alguna. A pesar de ello, Noemí no se rebeló en contra del duro trato por parte de Dios; más bien, ella admitió que Dios no sólo había tratado con su esposo sino también con ella, por lo cual dijo: “El trato de Aquel que es todo-suficiente me ha causado gran amargura. Yo me fui llena, pero Jehová me ha hecho volver vacía” (Rt. 1:20b-21a). Estas palabras nos indican que ella era una mujer piadosa. Ella creyó en Dios, tuvo en cuenta a Dios y le temía.

Cuando Noemí regresó a la Tierra Santa, ella volvió al reposo hallado en la economía de Dios para participar nuevamente en el disfrute de la tierra prometida por Dios, lo cual posibilitaría su vínculo con la genealogía de Cristo. El regreso de Noemí revestía gran importancia, pero no se logró en virtud del poder; más bien, ella regresó como una mendiga pobre que tuvo que enviar a su nuera Rut a espigar en el campo.


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