Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 77 de 120 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE SETENTA Y SIETE

UNA VISTA PANORAMICA
DEL EDIFICIO DE DIOS EN LAS ESCRITURAS

LOS SIETE OJOS

El libro de Apocalipsis es la consumación de la Biblia. Sin este libro, la Biblia carecería de la debida conclusión. Como libro de consumación, casi todo lo que contiene Apocalipsis se mencionó anteriormente en el Antiguo Testamento. En las páginas impresas no vemos nada relacionado con el edificio de Dios al que alude Apocalipsis 4 y 5. No obstante, vemos el asunto de los siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios. La clave para entender las señales y los símbolos de Apocalipsis es ésta: cuando aparece un símbolo en este libro, busque dónde lo menciona el Antiguo Testamento. Por ejemplo, en el capítulo uno de Apocalipsis vemos los candeleros como símbolos de las iglesias. Si queremos entender el significado de los candeleros, debemos leer Exodo 25 donde se menciona al candelero por primera vez, y Zacarías 4 donde se menciona por segunda vez. Según el mismo principio, si queremos saber qué son los siete ojos de Dios, debemos volver al Antiguo Testamento.

Los siete ojos se mencionan en Zacarías 3:9 y 4:10. Zacarías da a entender que estos siete ojos, que son las siete lámparas, están relacionados con el Espíritu. Cuando Zacarías le preguntó al ángel: “¿Qué es esto?”, el ángel contestó: “Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:4, 6). Esto implica que las siete lámparas están relacionadas con el Espíritu de Dios. El libro del Apocalipsis nos dice claramente que los siete ojos de Dios, los cuales son las siete lámparas, son los siete Espíritus de Dios. Zacarías revela que los siete ojos de Dios, que son las siete lámparas del candelero, también son los siete ojos de la piedra. Por medio de los siete ojos, Cristo como el León y el Cordero revelados en Apocalipsis 5 está conectado con la piedra mencionada en Zacarías 3. Por consiguiente, Aquel que tiene los siete ojos no es solamente el León-Cordero, sino también la piedra. El es el León-Cordero-piedra: el León que destruye al enemigo, el Cordero que nos redime, y la piedra con la cual se edifica la casa de Dios.

LA META DE LA ECONOMIA DE DIOS

La meta de la economía de Dios no es la salvación. La salvación no es ni la meta ni la consumación de la economía de Dios, sino simplemente un procedimiento, un proceso, para llegar a la meta. La meta de Dios es edificar Su morada eterna. Este edificio es la iglesia hoy, y la Nueva Jerusalén en la eternidad.

CRISTO COMO LA PIEDRA DEL EDIFICIO DE DIOS

Muchos cristianos conocen Hechos 4:12, que declara: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. He usado este versículo muchas veces al predicar el evangelio. Decía firmemente que en todo el universo había un solo nombre por el cual la gente podía ser salva. Este nombre no era Confucio ni Platón, sino el nombre de Jesús. Hace algunos años, me enteré de que Jesús en Hechos 4:12 es la piedra. El versículo anterior declara: “Este Jesús es la piedra menos preciada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo”. Si leemos Hechos 4:10, veremos que esta piedra es claramente identificada con Jesucristo de Nazaret. Jesucristo, el que fue crucificado y resucitó de los muertos, es la piedra menospreciada por los edificadores judíos. Ha venido a ser la piedra que es cabeza del ángulo, y en ningún otro hay salvación. Los que lo rechazaron no sólo rechazaron al Salvador sino también a la piedra del edificio, la propia piedra que es cabeza del ángulo.

La piedra que es cabeza ángulo conecta las paredes de un edificio. En el ángulo de un edificio, hay muchas piedras; entre ellas hay una piedra llamada la cabeza del ángulo. Los judíos de la antigua Palestina, al edificar sus casas, prestaban mucha atención a tres clases de piedras: la piedra que servía como fundamento, la piedra que era la cabeza del ángulo y la piedra cimera. El edificio estaba establecido sobre la piedra que servia de fundamento, los lados del edificio estaban unidos por la piedra que era cabeza del ángulo, y sobre el edificio se encontraba la piedra cimera. Estas tres piedras sostenían y protegían todo el edificio. En Isaías 28:16 Cristo es la piedra que sirve de fundamento en Zacarías 4:7, la piedra cimera [heb.]; y en Hechos 4:10-12, la piedra que era cabeza del ángulo. En Hechos 4 Pedro no solamente predicaba a Cristo como Salvador, sino también como la piedra del edificio, como la cabeza del ángulo que une las paredes. Pedro tenía este concepto porque entendía que la redención que Dios efectúa en Cristo tiene como fin Su edificio. Por lo tanto, Pedro en su primera epístola, podía decir: “Acercándoos a El, piedra viva, desechada por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual” (1 P. 2:4-5).


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