Información del libro

Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 61 de 69 Sección 1 de 5

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE SESENTA Y UNO

LA VARA QUE REVERDECIÓ
(1)

En este mensaje hablaremos sobre el tema de la vara que reverdeció (He. 9:4; Nm. 17:1-10). No muchos cristianos han comprendido el significado completo de la vara que reverdeció. Para muchos, el relato de la vara que reverdeció no es más que una interesante historia bíblica acerca de una vara que estaba seca, y que de la noche a la mañana reverdeció, echó flores y produjo fruto. Sin embargo, este suceso constituye un aspecto crucial de la revelación divina.

Muchos cristianos dan mucha importancia al tabernáculo. Vimos que en el atrio del tabernáculo estaba el altar y el lavacro; que en el Lugar Santo estaba la mesa de los panes de la proposición, el candelero y el altar del incienso; y que en el Lugar Santísimo estaba el Arca del Testimonio. El Arca del Testimonio, que era el único mueble del Lugar Santísimo, representaba a Cristo como el testimonio único de Dios. Vimos también que el Arca contenía tres elementos: el maná escondido, la vara que reverdeció y las tablas de la ley. En los tres mensajes anteriores, profundizamos en el primer elemento, el maná escondido. Hasta cierto punto, muchos cristianos entienden lo que es el maná, pues saben que es un alimento celestial que representa a Cristo como el pan de vida. Sin embargo, es difícil entender el significado de la vara que reverdeció.

TRES SÍMBOLOS DE TRES EXPERIENCIAS

Los hijos de Israel tuvieron muchas experiencias en el desierto, y el Señor les ordenó que pusieran en Su presencia tres elementos que simbolizaban tres experiencias por las cuales ellos pasaron. Estos elementos simbólicos eran: las tablas del testimonio, el maná y la vara que reverdeció. Después de que los israelitas recibieron la ley en el monte de Sinaí, el Señor les dijo que pusieran las dos tablas de la ley dentro del Arca (Éx. 34:1, 29; 25:21; 40:20). Asimismo, un gomer de maná fue depositado en una urna y puesto delante del Señor para ser guardado (Éx. 16:32-34). En el desierto, los hijos de Israel también tuvieron algunas experiencias de rebelión. Números 16 nos relata el caso más grave de rebelión que hubo entre el pueblo. Fue precisamente por esta rebelión que se produjo la vara que reverdeció, la cual también fue puesta delante del testimonio, que estaba en el arca, como una señal (Nm. 17:10-11). Esto nos muestra que cada uno de estos elementos corresponden a experiencias que tuvieron los israelitas. Tales elementos no representaban enseñanzas sino que eran el resultado, el producto, de sus experiencias. De manera que si tratamos de comprender el significado de estos tres elementos basándonos en nuestros propios razonamientos, y con el solo propósito de adquirir conocimiento, no entenderemos su verdadero significado. Solamente podremos entenderlas por medio de nuestras experiencias y para nuestra experiencia.

EL ENFOQUE DE LA REVELACIÓN DIVINA

Si queremos entender el significado de la vara que reverdeció, debemos conocer un poco su contexto. El propósito de Dios consiste en obtener un pueblo que sea Su expresión corporativa, y que le exprese y le represente, a fin de obtener un dominio, un reino, en el cual Él pueda llevar a cabo Su economía eterna. Muchos piensan que Dios solamente ama a los judíos, ya que trabaja para ellos y hace muchas cosas por ellos, pero que a Él no le importan los gentiles. Éste es un concepto religioso, completamente ajeno al enfoque de la revelación divina. El enfoque de la revelación divina es que el Dios eterno tiene un propósito. Dicho propósito consiste en obtener un pueblo, una sola entidad corporativa, que le contenga, que sea uno con Él y le permita a Él ser uno con ella, de modo que dicha entidad llegue a ser la expresión viviente del Dios invisible, y Dios pueda obtener un reino sobre la tierra que lleve a cabo Su economía para Su gloria y destruya a Su enemigo. Éste era el propósito que Dios tenía cuando llamó a los hijos de Israel a salir de Egipto, lo cual hizo de ellos un pueblo escogido y llamado.

LA NECESIDAD DEL LIDERAZGO
CON MIRAS A EDIFICAR EL PUEBLO DE DIOS

Después de haber salido de Egipto, los israelitas andaban por el desierto hacia la meta de Dios. Los hijos de Israel eran al menos unos cuantos millones en número, ya que nada más el número de los guerreros ascendía a más de seiscientos mil (Nm. 1:45-46). Ya que los israelitas eran un pueblo tan numeroso, ciertamente había una necesidad al igual que hoy en día, ésta es, la necesidad de que el pueblo de Dios sea edificado. Así pues, para que el pueblo de Dios pudiera ser edificado era necesario tener cierta autoridad. En otras palabras, se necesitaba el liderazgo. Como veremos más adelante, Dios no sólo levantó este liderazgo, sino que además lo edificó. El liderazgo que hubo entre los hijos de Israel fue un liderazgo corporativo que se componía al menos de dos hombres: Moisés, quien representa el aspecto del señorío y el reinado, y Aarón, quien representa el aspecto de la imagen y el sacerdocio.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top