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Estudio-vida de Romanospor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2929-3
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ESTUDIO-VIDA DE ROMANOS

MENSAJE VEINTINUEVE

LA TRANSFORMACIÓN QUE SE REQUIERE
PARA RECIBIR A LOS CREYENTES

(2)

En este mensaje necesitamos considerar algunos detalles más acerca de la transformación que se requiere para recibir a los creyentes.

III. SEGÚN EL PRINCIPIO DEL AMOR

Debemos recibir a los creyentes conforme al principio del amor. En Romanos 14:13-15 Pablo dice: “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien que vuestro juicio sea esto: no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y estoy persuadido en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida hieres a tu hermano, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se destruya aquel por quien Cristo murió”. Si recibimos a los creyentes en amor, no juzgaremos a otros, no pondremos tropiezo ante ellos, no los afligiremos ni destruiremos a aquel por quien Cristo murió, sino más bien andaremos según el amor. Debemos recibir a todos los creyentes conforme al principio del amor, ya que Cristo murió por ellos. Debemos recordar que el libro de Romanos fue escrito por Pablo poco después de que había escrito 1 Corintios, y que lo escribió mientras estaba en Corinto. Pablo dedicó 1 Corintios 13 al tema del amor, insertándolo entre los dos capítulos que hablan de los dones espirituales. En el capítulo 13 Pablo presentó la manera más excelente de ejercitar los dones, y enumeró muchos de los atributos y características del amor. Creo firmemente que él tenía presente el concepto del amor cuando escribió el capítulo 14 de Romanos. Por lo tanto, en Romanos parece que Pablo les decía a los santos: “Vosotros debéis recibir a los demás según el principio del amor. El amor debe gobernaros, o sea, debe ser el principio gobernante en lo tocante a recibir a los santos”.

IV. PARA LA VIDA DEL REINO

Recibir a los creyentes no es un asunto insignificante. Tiene que ver con el tribunal futuro y está relacionado con la vida del reino en el presente.

A. No sea vituperado vuestro bien

Según el contexto, el versículo 16 se refiere a aquellos que son fuertes en la fe y en términos de su actitud para con lo que comen. Es bueno ser fuerte en la fe y pensar que ninguna comida es común o inmunda, y que podemos comer de todo. Pero no debemos permitir que nuestro bien sea vituperado por causa de rehusarnos a cuidar de los débiles en la fe. Por el bien de ellos debemos ser cuidadosos acerca de lo que comemos, aunque seamos libres para comer de todo. La posición de Pablo con respecto a esto es que, por causa de los más débiles, es preferible restringir nuestra libertad de comer de todo.

B. Vivir la vida del reino de Dios

1. La iglesia es el reino de Dios en esta era

La iglesia es el reino de Dios en esta era (Mt. 16:18-19; 1 Co. 6:10; Gá. 5:21; Ef. 5:5). Entre las diferentes escuelas de enseñanza existe mucha discusión acerca del reino de Dios. Una escuela de opinión sostiene que el reino de Dios no se encuentra con nosotros hoy en día. Según esta enseñanza el reino de Dios quedó suspendido en el tiempo descrito en Mateo 13. Esta escuela afirma que cuando el Señor Jesús vino, trajo consigo el reino de Dios y lo presentó al pueblo judío. Ya que éste rechazó el reino de Dios, el Señor lo suspendió hasta el tiempo de Su regreso. Así que, esta escuela enseña que en el período en que vivimos, el reino de Dios no existe sobre la tierra. Sin embargo, Romanos 14:17 dice: “El reino de Dios es...”. Esto es una prueba contundente de que el reino de Dios está aquí en la actualidad. Otra evidencia de que hoy día la iglesia es el reino de Dios, se halla en Mateo 16:18-19, donde vemos que los términos iglesia y reino son sinónimos, y que el Señor Jesús los usa intercambiablemente. En el versículo 18 el Señor Jesús dice: “Yo edificaré Mi iglesia”, y en el versículo 19 añade: “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos”. Por lo tanto, la edificación de la iglesia es en realidad el establecimiento del reino. Además, Pablo en las Epístolas consideró el reino de Dios como equivalente de la iglesia (1 Co. 6:10; Gá. 5:21; Ef. 5:5). ¡Cuán incorrecto es decir que el reino ha sido suspendido y que regresará sólo cuando el Señor regrese! No debemos aceptar este concepto acerca del reino; al contrario, debemos volver a la Palabra pura que afirma que la vida de iglesia es el reino de Dios.


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