Información del libro

Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1446-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 38 de 68 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE APOCALIPSIS

MENSAJE TREINTA Y OCHO

LA GUERRA EN EL CIELO

La carga y el deseo que tengo es que recibamos la visión que hay en el capítulo 12 de Apocalipsis. No piensen que el cuadro presentado allí es algo insignificante que muestra algunos asuntos sin importancia; en absoluto. Es una gran visión que se relaciona con lo que ocurre en el universo. La mujer de esta visión representa al pueblo de Dios desde la caída del hombre, en Génesis 3. La mujer no sólo representa al pueblo de Dios, sino también a Dios mismo. Frente a la mujer está el dragón, que representa al enemigo de Dios. A lo largo de los siglos, ha habido guerra entre la mujer y la serpiente, el dragón.

Esta visión nos revela la verdadera condición del universo. Las personas mundanas sólo pueden ver cosas obvias y externas: el comercio, la política, la industria, la educación, la guerra. Si uno les pregunta qué sentido tiene todo esto, dirán que no saben. Sólo saben que necesitan adquirir cierta educación para luego trabajar y ganarse el sustento. No tienen la visión de lo que está aconteciendo en el universo actualmente. Pero nosotros vemos claramente lo que está ocurriendo. La mujer simboliza el pueblo de Dios y representa a Dios. En un sentido positivo, la mujer siempre representa al marido. Si su esposa no lo representa adecuadamente, usted quedará en vergüenza. Pero es admirable tener una esposa que lo represente a uno bien. Esto significa que nosotros, el pueblo de Dios, somos Su esposa y que lo debemos representar como es debido. Dios es el único esposo, y nosotros, la única esposa, lo representamos a El. Pero Dios tiene un enemigo. Originalmente, este enemigo era una pequeña serpiente. Con el tiempo, llegó a ser un gran dragón que está ahora frente a nosotros. Si uno no tiene esta visión, estará ciego y no sabrá lo que está ocurriendo en el universo. Alabado sea el Señor porque aquí no se trata de la educación, la industria, el comercio, la diplomacia, etc., sino de una guerra entre el pueblo de Dios y el enemigo de Dios. Esta guerra se ha venido librando por siglos y sigue peleándose hoy.

Todos nosotros debemos estar conscientes de la lucha que se libra entre la mujer y el dragón. En realidad, no es la mujer la que lucha, sino la parte fuerte que está dentro de ella. Algunos de los que están en el recobro del Señor pertenecen a esa parte fuerte. La parte fuerte tiene la responsabilidad de pelear la batalla. El medio que usamos para pelear es la oración. En los últimos cuatro mensajes hemos revelado y puesto en evidencia al dragón, y ahora está desnudo ante nuestro ojos. Aleluya, sabemos qué es el dragón y quién es, y sabemos cuál es su destino. Todos debemos predicarle a Satanás al respecto. Esto lo aterrará.

Los cristianos en su gran mayoría saben que el hombre cayó, que Dios amó tanto al mundo que envió a Su Hijo unigénito como Salvador, y que los pecadores necesitan oír el evangelio, arrepentirse y ser perdonados de sus pecados para ser salvos, a fin de que algún día puedan ir al cielo. Pero necesitamos una visión más elevada. El libro de Apocalipsis revela una escena, un panorama universal. El hecho no es sólo que el hombre cayó; el problema es que el enemigo está peleando contra Dios. Dios, dentro de Su economía, escogió un pueblo para que fuese una mujer gloriosa. Nosotros anteriormente éramos pecadores, pero ahora somos parte de la mujer gloriosa. Yo era un pobre pecador antes de ser salvo, pero después de ser regenerado, vine a ser parte de una mujer gloriosa. Miren cuán resplandeciente es ella. En ella no hay nada de tinieblas. En ella todo es luz: la luz del sol, de la luna y de las estrellas. En frente de esta mujer gloriosa hay un dragón asesino y sangriento. No tenemos otra alternativa que pelear contra él. Pero según la visión, no es la mujer en su totalidad quien pelea; la parte fuerte que está dentro de ella es la que lucha contra el dragón.

I. POR HABER SIDO ARREBATADO
EL HIJO VARON AL CIELO

Habrá guerra en el cielo debido a que el hijo varón será arrebatado al cielo. Muchos cristianos tienen un concepto muy pobre en cuanto al arrebatamiento, pues creen que la finalidad del mismo es llevarlos a pasar un tiempo placentero en un lugar agradable. El arrebatamiento no se centra en nosotros; tiene gran importancia en la economía de Dios y dentro de Su estrategia. El enemigo todavía está en los cielos. Este enemigo ya fue juzgado y sentenciado, pero durante los últimos diecinueve siglos Dios no ha obtenido a aquellos que puedan llevar a cabo la sentencia que El pronunció sobre el enemigo. Satanás, el enemigo de Dios, fue juzgado por el Señor Jesús en la cruz (Jn. 12:31; 16:11). Después de esto, es necesario que los creyentes vencedores lleven a cabo el juicio y ejecuten la sentencia. La guerra que hacen los creyentes vencedores contra Satanás, en realidad es la ejecución del juicio que el Señor pronunció sobre él. Finalmente, en la lucha librada por los vencedores, el enemigo será arrojado de los cielos (v. 9). ¿Quién irá a los cielos para llevar a cabo el juicio de Dios sobre el enemigo que ha sido condenado, juzgado y sentenciado, y quién le ordenará que se vaya? Los ángeles no harán esto, puesto que no están calificados. Los ángeles carecen de la posición para hacerlo, ya que por ser ángeles, están al mismo nivel que Satanás, quien anteriormente era uno de ellos. Dios necesita un hombre para lograr esto. Este hombre tiene una Cabeza, el hombre Jesús. Jesús es la Cabeza del hijo varón y el Pionero de todos los vencedores. Dios necesita que este hombre ejecute la sentencia pronunciada sobre Satanás. Dios ha estado esperando que aparezca este hombre desde hace mucho tiempo. El no lo tiene todavía, pero un día lo obtendrá.

Tenemos que ser arrebatados a los cielos para que Dios pueda obtener lo que desea. No debemos preocuparnos mucho por nuestro bienestar. Preocuparnos por nuestra felicidad es un concepto babilónico. Esta también es una idea que el catolicismo extrajo de Babilonia y es muy similar a la filosofía budista. La religión se centra en la felicidad del hombre, en que el hombre viva bien y vaya a un lugar de placer después de la muerte. Este es un pensamiento diabólico. Es lamentable que semejante idea se haya propagado en todo el cristianismo. Los cristianos sólo están interesados en su felicidad y bienestar, y dicen: “Nos agrada tener gozo y una vida feliz. Queremos ir al cielo cuando muramos, pues allí todo será dicha”. En el cristianismo usted probablemente nunca oyó que Dios tiene un propósito eterno y que nosotros tenemos que cumplir dicho propósito. Necesitamos ser arrebatados al cielo, mas no para obtener felicidad, sino para cumplir el propósito de Dios. Tenemos que ir allá para ejecutar el juicio que Dios pronunció sobre Su enemigo. Dios está esperando esto.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top