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Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 84 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE OCHENTA Y CUATRO

REBOSANTES PARA HABLAR

Lectura bíblica: Ef. 5:18b-19; 1 Co. 14:1, 5, 23-24, 31-32

En 5:18 Pablo nos exhorta a “ser llenos en el espíritu”. Como miembros del Cuerpo de Cristo, debemos ser llenos en nuestro espíritu hasta la medida de toda la plenitud de Dios. Si somos llenos en el espíritu, aquello con lo que nos llenemos, rebosará desde nuestro interior.

El versículo 19 hace alusión a ese rebosamiento: “Hablando unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones”. Nosotros no rebosamos meditando o guardando silencio en nuestros asientos durante las reuniones de la iglesia; al contrario, rebosamos hablando unos a otros. Si somos llenos en el espíritu hasta la medida de toda la plenitud de Dios, espontáneamente hablaremos unos a otros acerca de Cristo. Por tanto, para rebosar tenemos que hablar.

UN DIOS QUE HABLA Y UN PUEBLO QUE HABLA

Los cristianos debemos ser personas que hablan. No debemos permanecer mudos o callados, porque el Dios que adoramos es un Dios que habla. Los ídolos, por el contrario, no hablan; ellos son mudos. En 1 Corintios 12:2 Pablo habla de “ídolos mudos”. Puesto que los ídolos no pueden hablar, aquellos que los adoran también son mudos. Un dios mudo necesita adoradores mudos. Si uno visita un país donde se adora a los ídolos, verá que los adoradores de ídolos adoran a sus dioses de una manera muda. Pero nuestro Dios no es mudo; El es el Dios que habla. Por tanto, los que lo adoran también deben hablar. Sin embargo, muchos de los que asisten a los llamados servicios cristianos no hablan; en lugar de ello, adoran al Señor en silencio. ¿Y qué podemos decir de las reuniones de la iglesia? ¿Nos quedamos callados o rebosamos de palabras acerca del Cristo que experimentamos en nuestra vida diaria? En las reuniones deberíamos alabar al Señor y hablar de lo que El es para nosotros en nuestra experiencia.

Muchos cristianos se dan cuenta de que sus servicios religiosos no deberían ser completamente silenciosos, así que preparan solistas, cuartetos y coros que provean la música. Ellos también contratan oradores elocuentes para que prediquen. No obstante, la mayoría de las personas se quedan sentadas en las bancas sin emitir una palabra, y por lo general, son adoradores mudos.

La arquitectura misma de muchos centros de culto cristiano fomenta el silencio. Por ejemplo, tan pronto una persona entra en una catedral católica, siente que debe guardar silencio. La bóveda alta, el ambiente poco iluminado y las vidrieras fomentan esto. Algunos de estos adoradores encienden velas a las imágenes o rezan ante las estatuas. ¡Cuán diabólico es esto! En principio esto es lo mismo que adorar ídolos según la práctica de los países paganos. El cristianismo en su mayoría ha sido impregnado por el concepto de adorar en silencio. De hecho, muchos de los que asisten a los servicios cristianos son adoradores mudos.

Puesto que nuestro Dios es un Dios que habla, nosotros, Sus adoradores, también debemos hablar. A veces deberíamos alzar nuestras voces alegremente al Señor, como se nos exhorta en Salmos 100:1 así como en Salmos 66:1; 81:1; 95:2; y 98:4, 6. Cuando nos reunamos, deberíamos elevar gritos de jubilo al Señor.

Al hablarnos unos a otros acerca de cómo hemos experimentado a Cristo, no debemos esperar a que la reunión empiece de manera oficial. Hacer esto equivaldría a permanecer bajo la influencia del cristianismo tradicional. Si hemos sido liberados de la tradición, debemos hablar en las reuniones de la iglesia de una manera espontánea. De hecho, podríamos empezar a hablar mientras vamos camino a la reunión. En las reuniones se debe hablar mucho acerca de las riquezas de Cristo.

Efesios 5:19 también menciona que debemos cantar y salmodiar al Señor. Cantar y salmodiar no son solamente el producto de estar llenos en el espíritu, sino que también constituyen la manera de ser llenos. Cuando somos llenos en nuestro espíritu hasta la medida de toda la plenitud de Dios, lo primero que hacemos es hablar. Entonces cantaremos y salmodiaremos en nuestro corazón al Señor.

Muchos se enorgullecen de apegarse a las Escrituras. Pero me pregunto si se apegan a ellas conforme a lo que dice 5:19. Este versículo, hallado en un libro que trata de la iglesia, nos dice que después de ser llenos en nuestro espíritu hasta la medida de la plenitud de Dios, debemos hablar. Muchos de los que se consideran como personas que siguen las Escrituras, lo hacen sólo de una manera tradicional. No se apegan a las Escrituras conforme a lo que Pablo dice en el versículo 19.


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