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Estudio-vida de Gálataspor Witness Lee

ISBN: 0-87083-671-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 33 de 46 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GALATAS

MENSAJE TREINTA Y TRES

NACIDOS DEL ESPIRITU
PARA RECIBIR EL ESPIRITU
(2)

Lectura bíblica: Gá. 4:29; 3:2, 5, 14; Jn. 3:6b; 7:39; 14:17; 20:22; 6:63; Ro. 8:15b; Ef. 6:17-18; 1 Ts. 5:17-19; 1 Co. 6:17; Mt. 10:19-20

LA MAXIMA INTENCION DE DIOS

El asunto más crucial y misterioso que se revela en la Biblia es que la intención máxima de Dios es forjarse en Su pueblo escogido. El deseo de Dios tocante a forjarse en nuestro ser es el punto central de la revelación divina de las Escrituras. Debido a que este asunto es muy misterioso, está escondido en las Escrituras, aunque no lo está totalmente. Por un lado, es de verdad un misterio; por el otro, es un misterio que ha sido revelado en la Biblia.

A lo largo de los siglos, los cristianos no han visto este asunto claramente. Muchos lectores de la Biblia han puesto su atención en muchas cosas aparte de este punto crucial y misterioso de la revelación divina. Admitimos que no es fácil ver este punto crucial de la Biblia. Así como la vida física de una persona es misteriosa y está escondida por dentro, así también ocurre en el caso de la intención de Dios de forjarse en Su pueblo escogido. Este asunto está escondido en la Palabra. La vida es el elemento más vital del ser de una persona. Pero, ¿quién puede analizarla o explicarla adecuadamente? En la Biblia, así como en un ser humano, existen muchas cosas que son exteriores y que se identifican fácilmente. Pero también existe un elemento escondido, al cual podemos llamar el factor de vida de las Escrituras. Podemos decir que este factor de vida es Cristo o el Espíritu. Sin embargo, el factor de vida de la Biblia es en realidad la intención de Dios de forjarse en nosotros. Este es el núcleo de la Biblia.

Muchos teólogos y maestros de asuntos bíblicos no han visto el núcleo de la Biblia. En sus escritos ellos hablan de muchas otras cosas, pero no mencionan este básico factor de vida. Ellos no han señalado de manera definitiva y particular que conforme a la revelación divina de la Biblia, la intención de Dios es forjarse en nosotros. A esto se debe que en el recobro del Señor hayamos dado mensaje tras mensaje acerca de este punto. Aun después de centenares de mensajes con respecto al tema de la intención de Dios, todavía no tengo la certeza de que todos los santos tengan un entendimiento adecuado de la intención de Dios o que en verdad la hayan visto. Puedo testificar que la visión de la intención eterna de Dios nunca ha sido tan clara para mí como lo es ahora. A lo largo de los años, esta visión ha venido a ser tan clara como el cristal. La intención de Dios es de verdad forjarse en nosotros.

DOS DONES Y DOS TRAGEDIAS

Dios nos ha dado dos grandes dones por los cuales El se forja en nosotros: el Espíritu y la Palabra. Estos dones son en realidad Dios mismo. Dios es el Espíritu y Dios es también la Palabra. El evangelio de Juan es un libro que claramente revela a Dios, al Espíritu y la Palabra. Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Según Juan 1:14, el Verbo, Dios mismo, fue hecho carne. Con el tiempo, este Dios encarnado fue crucificado y después de Su resurrección, El, el postrer Adán, fue hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). El evangelio de Juan también relaciona la Palabra con el Espíritu. El Señor Jesús dijo en Juan 6:63: “El Espíritu es el que da vida” y “las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida”. Dios es vida, el Espíritu es vida y la Palabra es vida. Según el evangelio de Juan, estos tres son uno. Dios es la Palabra, la Palabra es el Espíritu y el Espíritu es Dios.

Si considera usted la historia de la iglesia, verá que a lo largo de los siglos ha habido dos grandes tragedias, una relacionada con la Palabra y otra relacionada con el Espíritu. La intención de Dios es que la Palabra sea usada para impartir a Dios mismo como vida en Su pueblo escogido. Sin embargo, muchos maestros cristianos han descuidado este uso apropiado de la Biblia y han tomado la Biblia sólo como un libro de conocimiento, no como un libro de vida para que la divinidad se imparta en nosotros. Diferentes opiniones e interpretaciones de la Biblia han conducido a controversia y debate. Muchos de estos debates se han centrado en la cristología, es decir, en el estudio teológico de la Persona de Cristo. En sus argumentos tocante a la Persona de Cristo, algunos de los grandes maestros, incluyendo a algunos de los padres de la iglesia, descuidaron la viviente Persona de Cristo. Pusieron mayor atención a la cristología que a Cristo mismo. La intención de Dios es que la Biblia sea el árbol de vida, pero al usar la Biblia, ciertos maestros la convirtieron en el árbol del conocimiento. Primero se metieron en muerte y luego esparcieron muerte en la iglesia.

Hoy en día todavía hay mucha controversia entre los cristianos acerca de muchos asuntos de la Biblia. Tomemos el bautismo como ejemplo. ¿Quién puede contar cuántas divisiones han sido causadas por las diferentes opiniones respecto al bautismo? Se han hecho argumentos tocante a la clase de agua que se debe usar, tocante a la manera en que las personas deben ser puestas en el agua y tocante al nombre en el cual las personas deben ser bautizadas. ¡Qué tragedia que la Palabra haya sido usada de esta manera y haya llegado a ser un factor de división! Ha sido usada para dividir a los cristianos en millares de grupos. Sin embargo, la Biblia misma no debe ser culpada por esto. La culpa recae en aquellos que ponen atención al conocimiento, pero descuidan a la viviente Persona.

La segunda tragedia ocurrida en la historia de la iglesia concierne al Espíritu. Con respecto a la Biblia y su interpretación ha habido división, mientras que con respecto al Espíritu ha habido confusión. Debido a esta confusión, muchos cristianos conservadores ni siquiera quieren oír hablar del Espíritu. Muchos en realidad tienen miedo hasta de mencionar el Espíritu, pues consideran que el Espíritu es algo demasiado misterioso como para hablar de El. ¡Qué tragedia que se descuide al Espíritu de esta manera!


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