Información del libro

Estudio-vida de Filipensespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0338-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 28 de 62 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE FILIPENSES

MENSAJE VEINTIOCHO

LAS CARACTERISTICAS SOBRESALIENTES
DE LA VIDA CRISTIANA

(2)

Lectura bíblica: Fil. 4:5-9

En el mensaje anterior comenzamos a ver algunas de las características excelentes de la vida cristiana. Mencionamos que Filipenses 4:5-9 presenta varias de las características de una persona que vive a Cristo. Los versículos 5 y 6 revelan que tal persona es comprensiva con los demás y que vive sin ansiedad. En este mensaje daremos continuación al mensaje anterior, y hablaremos de seis aspectos que rigen a una persona que vive a Cristo.

III. LO DEMAS

Pablo enumera estos seis aspectos en el versículo 8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, a esto estad atentos”.

A. Todo lo que es verdadero

“Todo lo que es verdadero” es el primer aspecto que rige a una persona que vive a Cristo. Aquí la palabra “verdadero” denota veracidad moral; no significa verdadero en hecho. Una persona que vive a Cristo no puede ser falsa ni mentirosa. Todo lo que hagamos o digamos debe ser verdadero. Ninguno que realmente vive a Cristo debe practicar la falsedad en ninguna de sus formas. En conclusión, una persona que vive a Cristo debe ser veraz.

B. Todo lo honorable

“Todo lo honorable” es el segundo aspecto. La palabra griega traducida “honorable” significa venerable, digno de reverencia, noble y serio (1 Ti. 3:8, 11; Tit. 2:2); evoca la idea de dignidad, lo cual inspira y produce reverencia. Un creyente que vive a Cristo es honorable, noble, moderado, serio, e inspira respeto y admiración.

No pensemos que sólo las personas de edad son honorables. También los jóvenes y aun los adolescentes deberían inspirar respeto. Incluso un hermano joven debería conservar su dignidad en la escuela, porque Dios mora dentro de él. Puesto que es un vaso que contiene a Dios, Dios mismo es su valor, honor y dignidad.

Actuar con dignidad no quiere decir darse importancia, sino vivir a Dios. Por ejemplo, un cofre tiene valor únicamente si contiene una joya, pues ésta es la que le da el valor. Del mismo modo, nosotros, como vasos que contienen a Cristo, tenemos la verdadera dignidad cuando vivimos a Cristo. De esta manera, cuando los demás observen nuestra conducta, sentirán un profundo respeto por nosotros. La palabra griega traducida “honorable” implica profundo respeto. Este es el segundo aspecto que rige a una persona que vive a Cristo.

C. Todo lo justo

En el versículo 8, Pablo menciona también “todo lo justo”, lo cual tiene el sentido de rectitud, no de equidad. Se refiere a lo que es justo delante de Dios y de los hombres. Actuar correctamente es otro aspecto que rige a un creyente que vive a Cristo.

D. Todo lo puro

Ser puro es ser sencillo en intención y acción, sin ninguna contaminación. Por ende, ser puro significa estar libre de toda pretensión. La pureza también forma parte de los aspectos que rigen a una persona que vive a Cristo.

E. Todo lo amable

“Todo lo amable” constituye otro aspecto que debe gobernarnos. La palabra “amable” significa digno de ser amado, agradable, querido.

F. Todo lo que es de buen nombre

Pablo añade también a la lista: “Todo lo que es de buen nombre”. Esto se refiere a lo que tiene buena reputación, a lo que es atractivo, encantador y cortés. En griego, esta expresión significa “lo que suena bien”.

En el versículo 8, Pablo no habla de la bondad, de la paciencia ni de la santidad, sino que menciona seis expresiones que constituyen los aspectos que rigen a una persona que vive a Cristo. Si vivimos a Cristo, nuestra vida seguramente expresará estas características. Por otra parte, no seremos falsos ni haremos nada con ligereza, sino que en todo seremos honorables, puros, correctos y amables, y todo lo que hagamos será de buen nombre. De entre todas las virtudes cristianas que existen, Pablo sólo seleccionó estas seis como aspectos que deben regirnos.

Aquí, quisiera hacer notar que todas las virtudes humanas fueron creadas por Dios y que, según Génesis 1:26, el hombre fue creado a la imagen de Dios. Nuestras virtudes humanas fueron creadas como un vaso para contener las virtudes divinas, al igual que un guante fue diseñado a la imagen de la mano para contener la mano. Ya que la Biblia revela que Cristo es la imagen de Dios (Col. 1:15; 2 Co. 4:4), el hecho de que el hombre fuera creado a Su imagen, significa que fue creado según la forma de Cristo. El hombre fue creado conforme a Cristo, con el fin de contenerlo y expresarlo. Tal como un guante tiene la forma de la mano con el fin de contenerla, asimismo Dios formó al hombre según el molde de Cristo. Por eso, cuando Cristo entra en una persona, ésta viene a ser el vaso que lo contiene.

En Romanos 9 vemos que somos vasos creados para contener la gloria de Dios. La gloria de Dios denota la expresión de Dios, la cual es Cristo mismo. Las virtudes humanas, tales como la veracidad, dignidad, pureza y belleza tienen que ver con el hecho de que el hombre fue creado como un vaso para contener a Cristo como la realidad.

Basándonos en la declaración de Pablo, que dice: “Para mí el vivir es Cristo” (1:21), podemos afirmar con toda certeza que las virtudes que se enumeran en 4:8, son las características de un creyente que vive a Cristo. Puesto que Pablo mismo vivía a Cristo, no exhortaría a los santos a vivir otra cosa que no fuese Cristo. Por consiguiente, las virtudes de 4:8 deben ser la manifestación de la realidad que él mismo y otros santos vivían. Esta realidad era Cristo mismo.

Además, el capítulo dos revela que Cristo es nuestro modelo, y el capítulo tres nos enseña a seguir en pos de El para ganarlo. Hemos visto que Pablo estimó todo por basura, a fin de ganar a Cristo. ¿Cómo entonces podría él, en el capítulo cuatro, elevar las virtudes humanas a un nivel superior? Esto nos da otro indicio de que no podemos considerar que las virtudes mencionadas en este capítulo son algo aparte de Cristo; por el contrario, dichas virtudes son la manifestación de Cristo mismo, a quien los creyentes viven.

Si examinamos cuidadosamente las virtudes enumeradas en 4:8, confesaremos que por nosotros mismos somos incapaces de llevar una vida tan elevada. Ciertamente las enseñanzas éticas de Confucio son elevadas, pero todavía están por debajo de las instrucciones que Pablo da en Filipenses. Estudié un escrito de Confucio titulado The Highest Learning [La enseñanza más elevada], pero no se compara con las virtudes mencionadas por Pablo. Por nosotros mismos somos incapaces de llevar una vida con tales características. Por consiguiente, debemos prestar atención a lo que Pablo declara en 4:13: “Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder”. Cada una de las virtudes mencionadas en 4:8 son la expresión de Cristo, en quien Pablo podía hacerlo todo. Basándonos en el contexto de Filipenses, podemos afirmar que las seis virtudes incluidas en este versículo constituyen las características de un creyente que vive a Cristo. No se trata de simples virtudes humanas, ni de las virtudes producidas por las enseñanzas de Confucio. Más bien, dichas virtudes son la expresión del propio Cristo, a quien vivimos.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top