Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 128 de 185 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO VEINTIOCHO

LAS VESTIDURAS SACERDOTALES
(13)

Lectura bíblica: Ex. 28:30; Lv. 8:8; Nm. 27:21; Dt. 33:8-10; Esd. 2:63; 1 S. 23:6, 9-12; 28:6

En el pasado mensaje mencionamos que el Urim y el Tumim se añadían al pectoral para hacerlo el pectoral del juicio. También estudiamos las cualidades de aquellos que usan el pectoral y varias personas que lo usaron en el Antiguo Testamento. Además, vimos que el Urim tipifica a Cristo como el iluminador. Ahora continuaremos estudiando el significado del Tumim y como el Urim y el Tumim pueden ser aplicados a nuestra experiencia hoy.

CRISTO COMO EL QUE COMPLETA Y PERFECCIONA

Según un apéndice acerca del Urim y el Tumim en el libro de David Baron titulado The Ancient Scriptures and the Modern Jew (Las antiguas escrituras y el judío moderno), el Tumim contiene las cuatro letras del alfabeto hebreo que no se usaban en los nombres de las doce tribus y que por lo tanto, no se encontraban grabados en las doce piedras preciosas del pectoral. La palabra hebrea Tumim significa los que completan, perfeccionadores, y tipifica a Cristo como el que completa y perfecciona. No sabemos como se añadía el Urim y el Tumim al pectoral. Sin embargo, sabemos que ambos tipifican a Cristo y que el pectoral tipifica a la iglesia. Por lo tanto, el Urim y el Tumim adheridos al pectoral tipifican a Cristo adherido a la iglesia.

Las doce piedras preciosas del pectoral tipifican a los creyentes, los que constituyen la iglesia, grabados con Cristo como las letras del alfabeto espiritual. Según el libro de Apocalipsis, Cristo es el Alfa y el Omega. Ya que El es la primera y la última letra, sin duda es también todas las otras letras. Esto quiere decir que Cristo es el alfabeto utilizado para escribir palabras, oraciones, párrafos, capítulos y libros. Las letras grabadas sobre las doce piedras del pectoral tipifican a Cristo como las letras del alfabeto celestial.

Según el apéndice del libro de David Baron, cuatro de las letras del alfabeto hebreo no estaban grabadas en las piedras del pectoral. Por lo tanto, a fin de tener todo el alfabeto completo, era necesario que se proporcionaran las letras que faltaban. También dice que estas cuatro letras se encontraban en el Tumim. Entonces, el Tumim era algo que completaba, perfeccionaba las letras en el pectoral. Esto indica que no importa cuanto Cristo esté grabado en nosotros, nunca estaremos completos. Nos faltan algunas letras, o sea nos falta Cristo. Necesitamos el Cristo que completa, Aquel que proporciona las letras que faltan.

LA NECESIDAD DE QUE CRISTO SEA AÑADIDO A NOSOTROS

El Urim adherido al pectoral hacía que las piedras preciosas brillaran. Si faltaban algunas piedras, había un espacio oscuro en el pectoral, lo cual indicaba que faltaba algo de Cristo. Pero el punto importante aquí es que aunque se tuvieran todas las piedras con las letras grabadas, las cuales representan a los creyentes que tienen a Cristo grabado en ellos, todavía faltaba algo. Esto quiere decir que aunque la iglesia esté completa, sea perfecta, le falta algo de Cristo. Por lo tanto, existe la necesidad de que Cristo, tipificado por el Tumim, sea añadido a la iglesia, a saber, al pectoral.

A menudo los hermanos encargados en la iglesia se dan cuenta de que no importa cuanto los santos en su localidad experimenten a Cristo o cuanto Cristo sea grabado en ellos, siempre falta algo de Cristo. Todos los creyentes necesitan algo adicional de Cristo. Aunque los santos experimenten a Cristo y lo tenga grabado en su ser, todavía carecen de Cristo. Solamente Cristo mismo puede suplirnos de lo que nos falta. Por lo tanto, necesitamos que Cristo nos complete. Además, no importa cuanto hemos experimentado a Cristo y lo tengamos grabado en nosotros, si dependemos de nosotros mismos permaneceremos en tinieblas. Necesitamos que Cristo sea añadido a la iglesia como la luz, o sea el Urim. Aún cuando las piedras preciosas del pectoral han sido grabadas con los nombres de las doce tribus, todavía faltan algunas letras. De igual forma, aunque tengamos muchas experiencias de Cristo, todavía nos falta algo de El y sólo El lo puede llenar. No debemos pensar que podemos agotar todo lo que Cristo es. El es inagotable. Aún después de experimentarlo por un largo período de tiempo, tenemos que admitir que todavía nos falta algo de Cristo. Por lo tanto, necesitamos que Cristo se añada más a nosotros. Cuando esta porción de Cristo se añade, estamos completos y tenemos el brillo.


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