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Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 34 de 79 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE TREINTA Y CUATRO

EL SALVADOR-HOMBRE LLEVA A CABO
SU MINISTERIO EN SUS VIRTUDES HUMANAS
CON SUS ATRIBUTOS DIVINOS
DE GALILEA A JERUSALEN

(12)

Lectura bíblica: Lc. 15:1-32

En 9:51—19:27 tenemos un relato del Salvador-Hombre que va desde Galilea hasta Jerusalén. El Señor iba a Jerusalén para morir, a fin de traer el jubileo por medio de Su muerte y Su resurrección. En camino a Jerusalén se encontró con los religiosos, especialmente los fariseos y los intérpretes de la ley, que le estorban. Muchos de los casos que sucedieron en el camino de Galilea a Jerusalén tienen que ver con los obstáculos que presentan las personas religiosas. Por ejemplo, los casos mencionados en el capítulo catorce tienen que ver con los fariseos. En el capítulo quince aunque el Señor sacó a la luz los pensamientos oscuros y los razonamientos absurdos de los fariseos, la situación siguió igual.

LA TRINIDAD DESCRITA EN TRES PARABOLAS

En Lucas 15:1 y 2 dice: “Se acercaban a Jesús todos los recaudadores de impuestos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos, diciendo: Este a los pecadores acoge, y con ellos come”. Los recaudadores de impuestos y los pecadores estaban agradecidos con el Salvador-Hombre y se acercaban a El. Pero esto molestó a los religiosos y murmuraron diciendo que el Señor acogía a los pecadores y comía con ellos. Debido a las murmuraciones (v. 3), el Señor contó tres parábolas en el capítulo quince.

Como respuesta a los fariseos y a los escribas, quienes eran justos en su propia opinión y condenaban al Salvador por comer con los pecadores, El les refirió tres parábolas, que revelan y describen cómo la Trinidad divina actúa para devolver los pecadores al Padre, por medio del Hijo y por el Espíritu. El Hijo vino en Su humanidad como el Pastor que busca al pecador, la oveja perdida, y lo trae a casa (vs. 4-7). El Espíritu busca al pecador tal como la mujer busca cuidadosamente la moneda perdida hasta encontrarla (vs. 8-10). Y el Padre recibe al pecador arrepentido que regresa, tal como aquel hombre recibe a su hijo pródigo (vs. 11-32). La Trinidad divina en Su totalidad valora inmensamente al pecador y participa en traerlo de nuevo a Sí. Las tres parábolas recalcan al amor de la Trinidad divina más que la condición caída y el arrepentimiento del pecador. El amor divino es claramente expresado en el cuidado tierno del Hijo como el buen pastor, en la detallada búsqueda del Espíritu como quien valora el tesoro, y en la calurosa acogida del Padre como un padre amoroso.

Cuando yo era joven oí mucho acerca de cómo el padre amoroso recibía al hijo pródigo, y también oí sobre el buen samaritano. Pero no me dijeron que en estas tres parábolas podíamos ver la Trinidad, ni que cada parábola se refería a uno de la Trinidad. Claramente, el Pastor se refiere al Hijo, la mujer al Espíritu, y el padre al Padre celestial. Por lo tanto, vemos claramente los tres de la Trinidad en esta parábola.

La secuencia de la Trinidad mencionada en Lucas 15 es diferente a la de Mateo 28:19. La secuencia de Mateo 28:19 es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Pero en Lucas vemos primero al Hijo como el pastor, luego al Espíritu como la mujer, y finalmente al Padre como el padre que recibe al hijo que regresa. Por lo tanto, en Lucas 15 la secuencia comienza con el Hijo, va al Espíritu, y llega al Padre. Esta secuencia es exactamente la misma que la de Efesios 2:18: “Porque por medio de El los unos y los otros tenemos acceso en un mismo Espíritu al Padre”. Según este versículo, tenemos acceso primero por medio del Hijo y luego, en el Espíritu. Por medio del Hijo y en el Espíritu tenemos acceso al Padre. Es así como tenemos acceso al Dios Triuno: por medio del Hijo, en el Espíritu y al Padre.

Es importante entender por qué en Lucas 15 se menciona primero al Hijo. La razón se debe a que en la obra salvadora de Dios, Aquel que viene es, en realidad, el Hijo. Este viene para llevar a cabo la redención, que es lo que uno necesita primero, ya que la redención es el cimiento de nuestra salvación. La redención que la muerte de Cristo llevó a cabo en la cruz es la base de la obra salvadora de Dios. Una vez que se pone este cimiento, podemos edificar sobre él. Para llevar a cabo la redención, viene primero el Hijo descrito de Lucas 15 como el buen pastor.

Ahora que el Hijo efectuó la redención, el Espíritu viene a buscarnos, lo cual se indica en el libro de los Hechos. En los evangelios el Hijo vino a llevar a cabo la redención. Después de que el Hijo efectuara la redención, vemos en el libro de los Hechos que el Espíritu viene a buscarnos y nos halla. Debido a esto, nos arrepentimos y regresamos a Dios el Padre. Luego, conforme a la tercera parábola de Lucas 15, el Padre nos espera a nuestro regreso.

¡Qué maravillosa secuencia tenemos en Lucas 15! La secuencia no corresponde a las Personas de la Trinidad, sino a las etapas de la salvación, la cual se basa en la redención. La obra salvadora de Dios se lleva a cabo por el Hijo, mediante el Espíritu y conduce al Padre.


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