Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 180 de 185 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO OCHENTA

EL TIEMPO QUE MOISES PASO CON DIOS
(3)

Lectura bíblica: Ex. 34

En el mensaje anterior, vimos que Exodo 34:18-35 presenta tres asuntos importantes: el festejo y el descanso con el Señor, cinco condiciones para disfrutar al Señor como nuestra fiesta, y la impartición de Dios en Moisés por Su hablar. En el mensaje anterior, consideramos el asunto de festejar y descansar con el Señor. En este mensaje, proseguimos y vamos a considerar las cinco condiciones que debemos cumplir si queremos festejar con Dios.

REDIMIR EL PRIMOGENITO
DE UN ASNO CON UN CORDERO

La primera de las cinco condiciones aparece en el versículo 20 “pero redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrará su cerviz. Redimirás todo primogénito de sus hijos; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.” Esto significa que nuestro hombre natural debe ser sustituido por Cristo para que llevemos una vida santificada para Dios. Somos redimidos, pero naturales todavía. Somos unos “asnos”, animales impuros; no somos corderos. Efectivamente hemos sido redimidos, pero no somos puros. Por consiguiente, como “asnos”, necesitamos que nuestro ser natural sea sustituido por Cristo como el Cordero.

En cuanto a la santificación, no somos ovejas ni bueyes; somos asnos. Hemos sido redimidos, pero nuestro hombre natural sigue impuro a los ojos de Dios. Por lo tanto, necesitamos que Cristo sea nuestro sustituto a fin de ser santificados para el Señor. El cordero pascual representa a Cristo como nuestro redentor. Hemos sido redimidos por medio de El, nuestro sustituto. No obstante, y por ser todavía impuros y naturales, no podemos ser un sacrificio viviente que satisfaga a Dios. Necesitamos que Cristo sea nuestro sustituto en santificación. Si usted desea mayor información en cuanto al primogénito de un asno redimido con un cordero, véase el estudio de Exodo, mensaje 27, página 305-307.

Por muy agradables o muy buenos que seamos, somos todavía naturales. Por una parte, me gusta reunirme con personas agradables; por otra parte, veo que cuanto más simpática es una persona, más natural es. Por supuesto, no estoy diciendo que si queremos ser espirituales, debemos ser rudos, y no simpáticos. Deseo hacer hincapié el hecho de que aún nuestra simpatía natural debe ser sustituida por Cristo. Debemos recordar que en nuestra vida natural somos “asnos”. Hemos sido redimidos, pero todavía somos asnos. Muchos “asnos” se han reunido en la vida de iglesia. Ahora todos nosotros debemos ser sustituidos por Cristo: si nuestra “vida natural de asno” no es sustituida por Cristo, eso nos impedirá disfrutar las fiestas y también observar el sábado. El reemplazo de nuestra vida natural por la vida de Cristo es una condición para festejar y descansar con el Señor.

NO OFRECER LA SANGRE
DEL SACRIFICIO DEL SEÑOR CON PAN LEUDADO

Vemos la segunda condición en Exodo 34:25a “No ofrecerás cosa leudada junto con la sangre de Mi sacrificio”. Esto indica que no debemos mezclar la redención de Cristo con nuestra vida pecaminosa. Jamás deberíamos mezclar la redención de Cristo con una vida de pecado. No debemos declarar que somos redimidos y luego seguir viviendo en pecado. Eso equivaldría a ofrecer la sangre del sacrificio del Señor con pan leudado. Una persona que permanece en el pecado no debería jactarse de haber sido redimida.

Hemos señalado que debemos observar la fiesta de los panes sin levadura. Esto significa que debemos eliminar todo lo pecaminoso como evidencia de que hemos sido redimidos por la sangre de Cristo. Cuando un creyente aclara su vida pecaminosa, este es un testimonio de que él ha sido redimido por Cristo.

Nos resulta fácil entender que no podemos disfrutar a Cristo si seguimos viviendo en el pecado, proclamando que hemos sido redimidos. Todos hemos sido redimidos por la sangre de Cristo con el fin de disfrutar a Cristo. No obstante, todavía debemos cumplir la condición de desechar toda levadura, el requisito de no mezclar la redención de Cristo con una vida de pecado.

NO DEJAR HASTA LA MAÑANA NADA
DEL SACRIFICIO DE LA FIESTA DE LA PASCUA

La segunda parte del versículo 25 revela la tercera condición para festejar y descansar con el Señor: “ni se dejará hasta la mañana nada del sacrificio de la fiesta de la Pascua. ” ¿Qué significa el hecho de no dejar hasta la mañana nada del sacrifico de la fiesta de la Pascua? Esto significa que debemos disfrutar de las riquezas de Cristo en esta era y no dejarlas para la próxima era. Debemos disfrutar a Cristo ahora. Debemos disfrutarle plenamente en la presente era. No podemos agotar el disfrute de Cristo. Podemos disfrutar a lo sumo una porción particular de El. Toda porción que recibimos de Cristo, la debemos disfrutar hoy en día. No debemos dejar nada para la siguiente “mañana”, es decir, no debemos posponer el disfrute de Cristo hasta la era venidera. Disfrute a Cristo ahora. No espere disfrutarle a El en el futuro.

Algunos santos piensan que pueden esperar cierto tiempo antes de disfrutar a Cristo. Algunos jóvenes pretenden lo mismo: “todavía soy joven. Voy a disfrutar de las cosas mundanas durante algún tiempo. Más tarde volveré al disfrute de Cristo. ” No cometan este error. Si usted pone a un lado el disfrute de Cristo para el futuro, no cumplirá la tercera condición de festejar con el Señor: el requisito de no dejar hasta la mañana el sacrificio de la fiesta de la Pascua. No se espere para disfrutar de las riquezas de Cristo.


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