Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 69 de 185 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE SESENTA Y NUEVE

LAS DIVERSAS ORDENANZAS DE LA LEY

Lectura bíblica: Ex. 22.28-31; 23:14-19

La Biblia es un libro de mucha dulzura. Tenemos un dulce sentir cuando leemos las numerosas porciones de la Palabra. Salmos 119:103 declara: “¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras!” No obstante, cuando leemos Exodo 21:7—23:19, es posible que no sintamos ninguna dulzura. ¿Le pareció dulce esta porción de Exodo la última vez que usted la leyó? Si indagamos profundamente estos capítulos y tocamos el espíritu con el cual fueron escritos, nos daremos cuenta de que esta parte de la palabra también es muy dulce.

La Biblia no sólo fue inspirada por el Espíritu, sino que fue escrita con un espíritu particular. Esto lo vemos claramente en las leyes y ordenanzas del Antiguo Testamento. La gente habla del espíritu de la ley incluso en el caso de la ley secular de un país. ¡Con más razón se encuentra un espíritu particular en la ley de ordenanzas que promulgó Dios! Si estudiamos cuidadosamente del 21:7—23:19, sentiremos algo dulce. Es fácil tocar el cuerpo de la palabra exteriormente, pero es más difícil tocar el espíritu de la Biblia internamente. Leer solamente las letras impresas equivale a tocar el cuerpo de la Palabra. Debemos profundizar y tocar el espíritu de la Palabra.

La Biblia en su conjunto fue revelada por Dios conforme a Su economía. Sin embargo, vemos que la revelación divina, particularmente en el Antiguo Testamento es dada conforme a la situación del pueblo. Por ejemplo, cuando leí el libro de Exodo en mi juventud, me molestaba el hecho de que Dios en Su ley no abolió la esclavitud. También me preguntaba por qué los esclavos no tenían los mismos derechos que las personas libres. Me preguntaba por qué la ley que Dios dio y todas las ordenanzas que El promulgó todavía permitían desigualdades. Vemos que si el ganado mataba a un esclavo, el dueño tenía que pagar una cantidad menor que si el ganado hubiese matado a un hombre libre (21:28-32). Esto indica que un esclavo no tenía los mismos derechos que un hombre libre. Algunos tal vez duden que las ordenanzas fueran dadas por Dios. Quizás las considere simplemente como las propias ideas de Moisés. No obstante, 21:1 declara claramente: “Estas son las leyes que les propondrás”. Todas las ordenanzas de los capítulos veintiuno al veintitrés fueron escritas por Moisés conforme al dictado de Dios. Por consiguiente, no fueron ideadas por él. Por esta razón, no podemos desecharlas diciendo que sólo son la antigua manera de pensar. Puesto que estas ordenanzas fueron dictadas por Dios, quizas nos preguntemos por qué se permitía la esclavitud. Estas preguntas nos recuerdan que no es fácil entender la Biblia. Si queremos entender la Biblia, debemos conocer el corazón de Dios, también Su economía, propósito y plan.

Las leyes y ordenanzas de Dios en la Biblia están escritas de una manera muy distinta a las leyes escritas por el hombre. A menudo los hombres intentan escribir algo clásico cuando elaboran una ley. Incluso, un abogado intentará redacta los casos de forma clásica. No obstante, los capítulos veintiuno al veintitrés de Exodo no fueron escritos de una manera clásica.

Al leer estos capítulos, nos puede parecer que las ordenanzas están acomodadas de una manera bastante diferente. Por ejemplo, 21:15 afirma que aquel que hiriere a su padre o a su madre morirá. Luego el versículo dieciséis declara que el que le robe a una persona moriría. No obstante, el versículo 17 habla de alguien que maldice a su padre o a su madre y que muere por esta ofensa. ¿Por qué los versículos 15 y 17 no van juntos? ¿por qué se encuentra el versículo 16 entre ellos? Si hubiéramos escrito este capítulo, probablemente hubiesemos puesto el 15 y el 17 juntos, y luego el versículo 16. Pero Dios insertó un versículo que no tiene nada que ver con los padres y lo puso entre los versículos que hablan respectivamente de herir a uno de sus padres o de maldecirlos. Ciertamente, este arreglo tiene un propósito divino.

Creemos que toda la Biblia es el aliento de Dios. Si queremos apreciar correctamente Exodo 21 al 23, debemos tocar las profundidades de estos capítulos y sentir el espíritu con el cual fueron escritos. Como vemos, el espíritu aquí es maravilloso. Ninguna ley humana de ninguna nación o sociedad fue escrita con el espíritu que encontramos aquí. ¡Cuán dulce es el espíritu con el cual fueron compuestas las ordenanzas de Dios!

Hemos visto que los seis primeros versículos del capítulo veintiuno, la primera entre las numerosas ordenanzas acerca de la relación del hombre con los demás, están relacionados con el cautiverio. La composición de estos versículos no es clásica. Además, según el concepto humano, estos versículos no son verdaderamente lógicos en su arreglo. Pero el espíritu de ellos es muy dulce. Hemos mencionado que cuando un esclavo tenía la oportunidad de quedar libre, él podía decir: “yo quiero a mi amo, mi esposa, y mis hijos. No saldré libre”. ¡Qué espíritu más dulce! En Su palabra, Dios no se preocupa por el estilo clásico de los escritos. Por el contrario, El se interesa en la dulzura del espíritu.

En 21:1-6, podemos ver el espíritu de un esclavo, su amor, su obediencia, y también su vida. ¡Cuán dulce es esta ordenanza acerca del cautiverio! No creo que podamos sentir dulzura en ninguna ley humana que leemos. No obstante, si consideramos cuidadosamente todas las ordenanzas de los capítulos veintiúno al veintitrés, nos daremos cuenta de que cada ordenanza es dulce, por ejemplo, 23:4 declara: “Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo”. En lugar de devolver a un animal que pertenece a un enemigo, podemos tener la tentación de alabar al Señor por ejercer Su juicio sobre nuestro enemigo y por justificarnos. Pero según esta ordenanza, un israelita debía devolver un buey o asno que se le perdiera a su enemigo. Además, según 23:5, si un israelita veía a un asno cayéndose por su carga y que pertenecía a su enemigo, el israelita debía dejar lo que él estaba haciendo y liberar al animal de su carga. El no podía poner de excusa que estaba demasiado ocupado. El tenía que dejar a un lado su propia carga para liberar al asno de la suya, aunque pertenecía a una persona que lo aborrecía.

El Nuevo Testamento nos enseña a amar a nuestros enemigos (Mt. 5:44). Pero este mandamiento no es tan dulce en espíritu como las ordenanzas en 23:4-5. Conforme a estas ordenanzas, por una parte, un israelita debía devolver un buey o un asno que pertenecía a su enemigo; por otra parte, él debía laborar con el que lo odiaba para liberar al asno de su carga pesada. En estos asuntos, un israelita tenía que tratar personalmente con su enemigo. Yo sé de hermanos que han ayudado financieramente a sus enemigos, pero que no los visitarían. No obstante, según las ordenanzas que vemos aquí, un israelita debía devolver personalmente el animal perdido a su enemigo. Cuanto más consideramos estas ordenanzas, más nos damos cuenta de la dulzura de espíritu en el cual fueron escritas. ¿Quién habría pensado que las leyes de una nación fueron escritas con este espíritu? Las leyes de Dios no fueron escritas según la sabiduría del hombre. Por el contrario, fueron dictadas por Dios en Su sabiduría.

Como lo hemos indicado, las ordenanzas en el capítulo veintiuno al veintitrés, así como la ordenanza en cuanto a la adoración al final del capítulo veinte, proporcionan detalles de los Diez Mandamientos. A veces se le añaden detalles a los mandamiento. Hemos mencionado que la ordenanza acerca de la adoración de Dios en el capítulo veinte son los detalles del segundo y tercer mandamiento. Además, algunas ordenanzas complementan los mandamientos. Consideremos ahora las diversas ordenanzas de la ley en 21:7—23:19.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top