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Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 81 de 120 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE OCHENTA Y UNO

TRANSFORMADO

(4)

Vamos a seguir examinando la experiencia de Bet-el. En este mensaje llegamos a la promesa de Dios.

e) La promesa de Dios

Es posible que conozcamos la palabra promesa. Sin embargo, en este pasaje de la Palabra, la promesa de Dios no es algo común. El Dios que da la promesa en el capítulo treinta y cinco es el Dios que todo lo provee (v. 11). Debemos prestar atención a la revelación de los títulos de Dios dada en el libro de Génesis. En el capítulo uno Dios se revela solamente como Elohim; en el capítulo dos vemos el título Jehová (o el Señor en algunas versiones). Elohim es el título de Dios como Creador en relación con Su creación, y Jehová es el título usado en conexión con el hombre, y revela la manera en que Dios se relaciona con él. El título el Dios que todo lo provee, no aparece antes de Génesis 17:1, donde Dios le dice a Abraham: “Yo soy el Dios que todo lo provee; anda delante de Mí y sé perfecto” (heb.). Anteriormente no sabíamos qué significaba este título. Pensábamos que significaba solamente que Dios lo era todo para nosotros. Indudablemente es correcto decir que la capacidad de proveer que tiene Dios significa que El lo es todo para nosotros. En cualquier caso, ¿con qué propósito se revela este título de Dios? He dado muchos mensajes en el pasado sobre este título divino, expresando que denota lo rico que es Dios y el hecho de que El es nuestro suministro suficiente. El lo es todo y, por ende, suple todas nuestras necesidades. En cierto sentido, esto era correcto. Dios todo lo provee. Ahora bien, ¿para qué nos abastece? ¿Nos abastece con el único fin de que seamos salvos o espirituales? No. Si queremos ver el propósito que tiene Dios al presentarse como el Dios que todo lo provee, debemos leer Génesis 35 y compararlo con Génesis 17.

Al revelarse Dios como aquel que todo lo provee, El tiene en la mira Su edificio. Así como Elohim está relacionado con la creación, el Dios que todo lo provee está relacionado con el edificio de Dios. No trate de entender la Palabra santa según su imaginación. Interprete la Biblia con la Biblia misma comparando un pasaje con otro. ¿Cómo sabemos que Elohim está relacionado con la creación? Todos los estudiosos de la Biblia concuerdan en que la primera vez que un asunto se menciona en la Biblia establece un principio en cuanto a dicho asunto. La primera mención de Elohim se encuentra en Génesis 1, donde Dios es revelado al crear. Por consiguiente, esto establece el principio según el cual Elohim alude básicamente al Dios que crea, al Creador.

El significado del título El-Shadai, el Dios que todo lo provee, se revela claramente en Génesis 17:1, donde vemos mencionado por primera vez este título. Antes de ese momento, Abraham había sido llamado por Dios a convertirse en el padre de los muchos llamados de Dios. Dios no deseaba que Abraham cumpliera esto valiéndose de su fuerza natural, y sólo le dio un hijo cuando se le hubo agotado la fuerza natural. Sin embargo, Abraham no entendió a Dios correctamente, ni tuvo fe en cuanto a esto, sino que accedió a la propuesta de su esposa de engendrar un hijo utilizando su capacidad natural, con una concubina. Esta acción ofendió a Dios, quien no habló con Abraham durante trece años. No se imagine que Dios no puede ser ofendido, o que El siempre es paciente con usted. La Biblia no dice en ninguna parte que Dios sea el Dios de toda paciencia. En el caso de Abraham, Dios se ofendió, no porque Abraham hubiese pecado, sino porque se apoyó en su propia fuerza natural. En la economía de Dios, nada ofende más a Dios que la utilización de la fuerza natural de uno. Cuando los llamados de Dios usen su fuerza natural para cumplir el propósito de Dios, El se ofenderá. En cierto sentido, el uso de la fuerza natural es un insulto para Dios. Dios no necesita la ayuda de nosotros. Al ejercer uno su fuerza natural da a entender que uno puede ayudar a Dios, lo cual a su vez indica que Dios no es todopoderoso y necesita que uno lo ayude. Cuando Dios volvió a hablar a Abraham, después de trece años, le dijo: “Yo soy el Dios que todo lo provee”. Si usted lee dicho capítulo detenidamente, verá que Dios todo lo provee para que nosotros produzcamos los materiales para Su casa.

Génesis 17 y 35 armonizan entre sí por lo menos de tres modos. Primero, ambos capítulos revelan que Dios todo lo provee. Dios reveló este título divino tanto a Abraham como a Jacob. Segundo, en ambos capítulos se produce un cambio de nombre; el nombre de Abram fue cambiado por Abraham, y el nombre de Jacob fue cambiado por Israel. En la vida espiritual el cambio de nombre significa transformación, y no solamente cambio de etiqueta. Usted dirá: “Witness Lee, usted ha hecho algo equivocado. De ahora en adelante, usted ya no es Witness Lee sino Carlos Ford”. Este cambio de nombre no significa nada. Según la Biblia, el cambio de nombre denota un cambio del ser. Anteriormente usted era Abram, pero ahora es Abraham. Antes usted era un Jacob suplantador, mas ahora es Israel, un luchador de Dios. Este es el cambio del ser, de constitución, y no sólo de nombre. Por consiguiente, el capítulo diecisiete habla de la transformación de Abraham, y el capítulo treinta y cinco, de la de Jacob.

Tercero, en ambos capítulos vemos la promesa de Dios. La promesa que hizo Dios a Abraham la repite a Jacob. La promesa que Dios hace a Jacob en el capítulo veintiocho era indefinida. En 28:14 Dios dijo: “Será tu descendencia como el polvo de la tierra”. De haber estado yo en el lugar de Jacob, habría dicho: “Señor, no quiero que mis descendientes sean el polvo de la tierra. Prefiero tener unos cuantos reyes en vez de millares de partículas de polvo”. En el capítulo veintiocho, la promesa de Dios habla de polvo, pero en el capítulo treinta y cinco, Su promesa habla de reyes y de naciones (v. 11). Una nación denota un reino. La promesa que Dios da en 35:11 es una repetición de la promesa dada en 17:6. En ambos casos El prometió que se producirían naciones y reyes. En el sueño de Jacob en Bet-el, Dios le dijo que su simiente sería como el polvo. Pero ahora, en la experiencia de Bet-el en el capítulo treinta y cinco, la promesa de Dios ha progresado. Aquí no se menciona el polvo. En lugar de polvo, se habla de naciones y reyes. La promesa de este capítulo está centrada en ser fructíferos y en multiplicarse para producir naciones y reyes. Por tanto, Génesis 17 y 35 son paralelos en tres aspectos: la revelación del título divino, el Dios que todo lo provee; el cambio de nombres humanos; y la promesa de multiplicarse para producir naciones y reyes.

Ahora podemos ver el propósito del título “el Dios que todo lo provee”. El Dios que todo lo provee tiene en mira la edificación de Su casa. Todos debemos recibir este mensaje. El Dios que todo lo provee tiene como fin la edificación de Bet-el. El es el Dios que todo lo provee, por causa de la vida de iglesia, por causa de la edificación de Su casa en la tierra. Ustedes no pueden experimentar individualmente al Dios que todo lo provee. Si usted desea experimentar al Dios que todo lo provee, debe estar en Bet-el, la casa de Dios, la vida de iglesia.

Esta verdad queda demostrada en nuestra experiencia. Antes de entrar en la vida de iglesia, muchos de nosotros experimentamos a Dios en alguna medida. Pero como todos podemos testificar, no le experimentamos como el que todo lo provee. Yo experimenté a Dios en varios aspectos, pero no lo experimenté como el Dios que todo lo provee sino hasta que entré en la vida de iglesia. Pero después de estar en la vida de iglesia por muchos años, puedo decir: “Aleluya, ¡qué experiencia tan grande tengo en la vida de iglesia del Dios que todo lo provee!” El Dios que todo lo provee es demasiado vasto para ser experimentado por unos cuantos creyentes individuales. Como individuos, somos demasiado limitados. La inmensidad de Dios requiere una entidad corporativa. Necesitamos la casa para experimentar este aspecto Suyo.

Hace poco tuvimos una maravillosa reunión de oración aquí en Anaheim. Creo que esa reunión quedará como algo memorable por la eternidad. Todo lo que se declaró en la oraciones fue único. Oramos acerca de la mujer que tiene dolores de parto y acerca del hijo varón prevaleciente y victorioso. ¡Aquello fue maravilloso! Nunca podríamos orar de esta manera solos en nuestro cuarto; para esto debemos estar en la iglesia. Todos los santos locales que no pudieron estar en esta reunión de oración se perdieron de mucho. Esta es una experiencia, no de Elohim ni de Jehová, sino del Dios que todo lo provee. En esa reunión de oración, yo estaba por encima del tercer cielo disfrutando al Dios que todo lo provee. La vida de iglesia es el único lugar donde podemos percibir la completa suministración de nuestro Dios.

Cuando escucho las críticas de algunos opositores, no siento ningún rencor hacia ellos; más bien me inspiran lástima. ¡Cuánto se pierden! Su religión tradicional los detiene y los aparta del mover actual de Dios. ¡Qué Dios tan vasto experimentamos en Su mover actual! Esta no es una enseñanza ni una comprensión doctrinal, sino la experiencia que tenemos de Dios en la vida de iglesia. El Dios que lo suministra todo se revela para que se edifique Bet-el, y es experimentado en la vida de iglesia.

“La iglesia” es la expresión neotestamentaria correspondiente a “la casa de Dios”, del Antiguo Testamento. En 1 Timoteo 3:15 Pablo dijo: “Pero si tardo, escribo para que sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad”. Para nosotros hoy, Bet-el no es historia; es la iglesia del Dios viviente. El Bet-el del Antiguo Testamento es un tipo de la experiencia práctica de la vida de iglesia. ¡Cuánta pobreza hay en el cristianismo actual! Los cristianos en su mayoría piensan que Bet-el es historia. No se dan cuenta de que la vida de iglesia hoy en día es Bet-el. Ellos no entienden esto porque no tienen la vida de iglesia. ¡Alabado sea el Señor porque en el recobro del Señor tenemos la vida de iglesia!

En la vida de iglesia nuestra experiencia del Dios que lo suministra todo crece día tras día y minuto a minuto. Nuestra vida de iglesia en Anaheim se ha incrementado considerablemente en los últimos dos años. Si usted compara el enero de 1977 con el enero de 1975, verá la diferencia. Sin duda alguna, 1977 será un gran año en el recobro del Señor. En octubre de este año habrá una conferencia internacional de iglesias en Taipei. Sólo el Señor sabe lo que sucederá en esa ocasión, o aun en la semana que viene. Creo que están a punto de suceder cosas muy importantes. La vida de iglesia sigue adelante; avanza día y noche. Muchos de nosotros podemos testificar que la vida de iglesia se ha agrandado desde esta tarde. ¡Aleluya, el Dios que todo lo provee tiene como fin la vida de iglesia, el Bet-el actual!


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