Información del libro

Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 54 de 79 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE CINCUENTA Y CUATRO

LA RESURRECCION Y LA ASCENSION
DEL SALVADOR-HOMBRE

(1)

Lectura bíblica: Lc. 24:1-53

En este mensaje examinaremos la sección 24:1-53, la cual trata los eventos cruciales de la resurrección y la ascensión del Salvador-Hombre. Con respecto a la resurrección del Señor Jesús, cada uno de los cuatros evangelios tienen su propia perspectiva. Lucas, escribiendo desde su punto de vista, narra específicamente que el Salvador-Hombre camina y habla con dos discípulos en camino a Emaús (vs. 13-35).

LOS DIFERENTES ASPECTOS DE
LA RESURRECCION DEL SALVADOR-HOMBRE

Antes de abarcar Lucas 24, quiero hablarles de la resurrección del Salvador-Hombre. Después de que el Señor Jesús vivió en la tierra por treinta y tres años y medio, al llevar a cabo Su ministerio por tres años y medio, fue crucificado y sepultado. Si El hubiera permanecido en el sepulcro, eso habría querido decir que Dios no justificó lo que el Salvador-Hombre fue e hizo. No obstante, el Salvador-Hombre sí resucitó.

Dos maneras de presentar
la resurrección de Cristo

Según el Nuevo Testamento, hay dos maneras de presentar la resurrección del Señor. Primero, se nos dice que el Señor Jesús mismo resucitó, es decir, se levantó a Sí mismo. Hablando de Su vida, El dijo: “Nadie me la quita, sino que Yo de Mí mismo la pongo. Tengo potestad para ponerla, y tengo potestad para volverla a tomar” (Jn. 10:18). En Juan 2:19 el Señor dijo que El levantaría Su cuerpo en tres días. El Señor Jesús tenía el poder de morir y de resucitar de entre los muertos. Por tanto, en cierto sentido, El mismo resucitó de entre los muertos. Por otro lado, el Nuevo Testamento también nos dice que Dios le resucitó. Al respecto, el Señor Jesús dijo a los discípulos que El sería resucitado al tercer día (Mt. 16:21), y en otra ocasión dijo de Sí mismo: “Al tercer día resucitará” (Mt. 17:23). Hechos 2:32 dice: “A este Jesús Dios resucitó”, y Hechos 3:15 habla del Señor como el Autor de la vida, “a quien Dios ha resucitado de los muertos”. Además, en Romanos 6:4 Pablo dice: “Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre”. Por un lado, el Señor mismo resucitó, pero por otro, Dios le resucitó de los muertos.

Se vindica la vida y la obra del Señor

El hecho de que el Señor mismo resucitara demuestra Su poder vital, o sea, la capacidad que yacía en la vida de resurrección. Pero el hecho de que Dios le resucitara de los muertos era una señal de que Dios le justificó y vindicó. Dios levantó a Cristo de entre los muertos como prueba de que justificaba lo que Cristo era y lo que Cristo hizo en la tierra.

El Salvador-Hombre vivió de una manera que a otros les parecía extraña. Llevó una vida ajena a la religión, la cultura y la sociedad, ya que vivió y obró de una manera fuera de lo ordinario. Si Dios no le hubiera levantado de entre los muertos, esto habría querido decir que Dios no le justificó. Sin embargo, el hecho de que Dios le levantara de entre los muertos era una señal de que Dios sí le justificó y le vindicó.

Romanos 4:25 dice que Cristo “fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación”. La muerte de Cristo cumplió y satisfizo los justos requisitos que Dios requería de nosotros a fin de que Dios nos justificará mediante la muerte de Cristo (Ro. 3:24). La resurrección de Cristo es una prueba que Dios estaba satisfecho de la muerte que Cristo efectuó por nosotros.

Si Cristo hubiera muerto en la cruz, al ser juzgado por Dios, pero sin haber sido resucitado de entre los muertos, Dios no le habría justificado ni vindicado. Esto afectaría nuestra salvación, porque si hubiera sido así, Dios no le habría vindicado después de Su muerte. Sin embargo, Dios juzgó a Cristo en la muerte y luego le levantó de entre los muertos. El hecho de que Dios levantara a Cristo de entre los muertos prueba que vindicó y justificó lo que Cristo fue y realizó. Basado en esto podemos estar seguros de que Dios aceptó lo que Cristo realizó por nosotros en la cruz. Dios nos justificó debido a la muerte de Cristo, y en Cristo, quien resucitó, somos aceptos delante de Dios.


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