Información del libro

Estudio-vida de Númerospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6614-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 53 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE NÚMEROS

MENSAJE DIECINUEVE

SUS JORNADAS

(4)

Lectura bíblica: Nm. 12

En este mensaje dedicaremos nuestra atención a otro fracaso narrado en el libro de Números: difamar.

C. Difaman

En los capítulos 11 y 12 vemos que entre los hijos de Israel hubo un problema tras otro. En primer lugar, algunos de los que estaban en los extremos del campamento murmuraron malignamente contra Moisés y contra Dios; luego, la gente mixta que estaba entre ellos codició carne. Después de estos eventos, Miriam y Aarón, hermanos de Moisés, los cuales eran mayores que él, siguieron la corriente de murmuración y rebelión oponiéndose a Moisés y difamándolo. En aquel tiempo hubo mucha agitación entre los israelitas; no hubo paz ni tranquilidad. Entre el pueblo deben de haber circulado muchos chismes, y esto pudo haber incitado a Miriam y Aarón a hablar en contra de Moisés. Creo que los motivos que los llevaron a hacer esto habían estado operando en ellos por bastante tiempo; esto no fue algo nuevo que surgió en aquella ocasión.

1. Moisés se había casado con una mujer cusita

En Números 12:1b dice que Moisés se había casado con una mujer cusita. No se nos dice cuándo Moisés hizo esto; tampoco tenemos forma de saber dónde y por qué lo hizo.

2. Miriam y Aarón hablan contra Moisés,
la autoridad delegada de Dios

Por lo visto en Números 12, los hijos de Israel atravesaban por un periodo de murmuración, chismes y rebeliones. Así que, “Miriam y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita con quien se había casado” (v. 1a). Por alguna razón, ellos no estaban contentos con Moisés a causa de esto. Sin embargo, la Biblia no nos dice que Dios estuviera molesto con este matrimonio, ni que tampoco lo hubiera condenado.

Moisés, Aarón y Miriam eran parientes consanguíneos. Para entonces, todos ellos eran mayores de ochenta años. Moisés había sido llamado por Dios, y Aarón también había sido llamado por Él. No se nos dice que Miriam hubiera sido llamada, pero la Biblia sí afirma que ella era una profetisa (Éx. 15:20). Miriam había sido ordenada por Dios, y cuando los hijos de Israel cruzaron el mar Rojo, ella fue quien tomó la delantera en alabar a Dios (v. 21). Los tres eran muy sobresalientes entre el pueblo. Todos ellos habían recibido una buena educación, estaban cerca de Dios, eran conocedores de las cosas de Dios y eran considerados líderes entre el pueblo de Israel. Sin embargo, había “gérmenes” ocultos en Miriam y Aarón que fueron despertados por los “vientos” que soplaban junto con la corriente tormentosa. De esto debemos aprender que en el servicio del Señor no debemos permitir que nada negativo permanezca oculto dentro de nosotros. Toda cosa semejante que no sea desarraigada de nuestro ser, se hará manifiesta tarde o temprano. Debemos estar alertas y atentos a todo germen que aún pudiera estar en nosotros. Tal vez aparentemente seamos muy buenas personas, pero cuando comiencen a soplar ciertos vientos o cuando se levante cierta “tormenta” o agitación, podríamos vernos afectados e involucrados. En tal caso, quedaremos al descubierto al igual que Miriam y Aarón.

a. A causa de los celos

Uno de los gérmenes ocultos dentro de Miriam y Aarón fue los celos. Tanto Miriam como Aarón eran mayores que Moisés, y Miriam probablemente era la mayor de los tres. Por ser mayores que Moisés, es posible que en sus corazones se consideraran superiores a Moisés y sintieran celos de que Moisés fuese más respetado que ellos.

Miriam y Aarón dijeron: “¿Acaso sólo por medio de Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por medio de nosotros?” (Nm. 12:2). Quizás Miriam haya dicho: “Yo soy profetisa, alguien que habla por Dios. Dios no ha hablado únicamente por medio de Moisés, sino también por medio de mí”. Por consiguiente, en realidad la cuestión era quién tenía el oráculo de Dios. Es posible que usted sea usado por Dios para hablar por Él, pero no necesariamente tenga el oráculo de Dios.

En la época de Moisés, el oráculo de Dios estaba con Moisés. Según el Pentateuco, Dios le habló a Moisés en muchas ocasiones. Cada vez que Jehová quería que se hiciera algo, Él primeramente le hablaba a Moisés sobre ello. De hecho, ni Aarón ni Miriam eran el portavoz de Dios; sólo uno, Moisés, tenía el oráculo de Dios. La envidia que ellos tuvieron al respecto fue el germen que provocó la “enfermedad” descrita en Números 12. A través de los siglos, los gérmenes de la envidia y la rivalidad en cuanto a hablar por el Señor han existido entre los siervos de Dios.

Miriam y Aarón, al hablar contra Moisés, hablaron contra la autoridad delegada de Dios. Aunque Moisés era menor que Miriam y Aarón, Dios lo había designado como Su autoridad delegada, Su autoridad representativa. Si bien Dios había llamado a Aarón y había levantado a Miriam, no hay ningún indicio de que Él les hubiera mandado ser Su representante. Pero en cuanto a Moisés, Dios le dijo claramente que lo había escogido para que fuese Su autoridad representativa en la tierra (Éx. 3:10-17; 7:1). Debido a la timidez de Moisés, Dios le dio a Aarón para que fuese su ayudante (4:10-16; 6:30—7:1). Sin embargo, eso no significa que Dios hubiera designado a Aarón para que fuese Su autoridad. Según la administración gubernamental de Dios, Miriam y Aarón debían haberse sujetado a Moisés; pero se rebelaron.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top