Información del libro

Estudio-vida de Colosensespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0342-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 9 de 65 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE COLOSENSES

MENSAJE NUEVE

CRISTO, EL PRIMOGÉNITO DE ENTRE LOS MUERTOS

Lectura bíblica: Col. 1:18-23

Hemos visto que el libro de Colosenses revela que Cristo lo es todo. En el universo tenemos a Dios el Creador y también la creación. Conforme a 1:15, Cristo es la imagen del Dios invisible, lo cual significa que Él no es nada menos que el propio Dios en Su plena expresión. Además, Cristo es el Primogénito de la creación, el primero entre todas las criaturas de Dios.

Dios ha realizado dos creaciones, la vieja creación y la nueva creación. La vieja creación comprende los cielos, la tierra, la humanidad y millones de cosas distintas. La nueva creación es la iglesia, el Cuerpo de Cristo. Los versículos del 15 al 17 revelan que Cristo es el primero en la creación original, como Aquel que tiene la preeminencia entre todas las criaturas. El versículo 18 muestra que Cristo es el primero en la resurrección, y que, como tal, es la Cabeza del Cuerpo. Él tiene el primer lugar en la iglesia.

La primera creación llegó a existir mediante el hablar de Dios. Romanos 4:17 dice que Dios llama las cosas que no son, como si existiesen. Sin embargo, la nueva creación se produjo mediante la resurrección, es decir, mediante la muerte y la resurrección de la vieja creación. En la nueva creación, en la iglesia, Cristo es el Primogénito de entre los muertos.

LOS DOS NACIMIENTOS DE CRISTO

Como Hijo de Dios, Cristo experimentó dos nacimientos. El primer nacimiento tuvo lugar en la encarnación, y el segundo, en Su resurrección. Todos los cristianos saben que Cristo nació mediante la encarnación, pero no muchos consideran que Su resurrección fue también un nacimiento. Hechos 13:33 indica que Cristo fue engendrado, o que nació, en la resurrección. Fue por medio de la resurrección que Cristo fue engendrado como Hijo de Dios. No obstante, antes de la encarnación, en la eternidad, Él ya era el Hijo de Dios. ¿Por qué, entonces, necesitaba nacer como Hijo de Dios en la resurrección? Antes de la encarnación, Cristo no era hombre. Él simplemente era el Dios infinito y eterno. Pero en la plenitud del tiempo, Cristo fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de María, y, nueve meses después, nació en un pesebre de Belén. Según Juan 1:14, el Verbo, quien es Cristo, se hizo carne. Esto quiere decir que Él dio el paso de hacerse hombre. ¡Qué maravilloso es que, por medio de la encarnación, el Dios infinito y eterno se hubiera hecho hombre! Sin embargo, al hacerse hombre, Él no dejó de ser Dios.

Después de vivir en la tierra por treinta y tres años y medio, Cristo fue crucificado. Luego, en la resurrección, Él dio un segundo paso al nacer por segunda vez y convertirse en el Hijo primogénito de Dios. Antes de Su resurrección, Cristo era el Hijo unigénito de Dios (Jn. 3:16). Pero mediante la resurrección, el Hijo unigénito llegó a ser el Primogénito entre muchos hermanos (Ro. 8:29). De acuerdo con Hebreos 2:10, Dios está llevando muchos hijos a la gloria. Estos muchos hijos son los muchos hermanos de Cristo, el Hijo primogénito.

Mediante los dos nacimientos de Cristo, lo divino se introdujo en lo humano, y lo humano en lo divino. Por medio de la encarnación de Cristo, Dios se introdujo en el hombre. Antes de la encarnación, Dios se hallaba fuera del hombre. Sin embargo, por medio de la encarnación de Cristo, Dios se introdujo en la humanidad. Podemos decir que en el nacimiento de Cristo, Dios nació en el hombre. Por consiguiente, mediante el primer nacimiento de Cristo, en la encarnación, Dios se introdujo en el hombre y se hizo uno con el hombre. Luego, mediante la resurrección de Cristo, el hombre fue introducido en Dios. Cuando el Señor Jesús estuvo en la tierra, Dios vivía en un hombre, debido a que Dios estaba en Él. Ahora, mediante la resurrección de Cristo, el hombre ha sido introducido en Dios. ¡Aleluya porque Cristo está en los cielos como hombre! Dios ha sido introducido en el hombre, y el hombre ha sido introducido en Dios. ¡Qué transacción más excelente! ¡Cuán maravilloso es este tráfico de doble sentido! En este tráfico, Dios se introdujo en el hombre mediante la encarnación, y el hombre fue introducido en Dios mediante la resurrección.

¿Ha oído usted alguna vez que Cristo, el Hijo de Dios, tuvo dos nacimientos? Quizás haya escuchado que usted necesitaba un segundo nacimiento, el nacimiento que se efectúa en nuestro espíritu por medio del Espíritu Santo; pero tal vez nunca haya oído que Cristo nació dos veces, primero en la encarnación y después en la resurrección. En la eternidad pasada Cristo era Dios. Por medio de la encarnación, Él se hizo hombre, y mediante la resurrección, Él llegó a ser el Hijo primogénito de Dios.


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