Información del libro

Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 58 de 69 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE CINCUENTA Y OCHO

EL COMER Y EL MANÁ

En este mensaje hablaremos del maná que se encontraba en la urna de oro (He. 9:4).

EL COMER ES UN TEMA BÁSICO EN LA BIBLIA

Si hemos de entender lo que significa el maná, esto es, el maná que estaba en la urna de oro, es preciso que primero entendamos un concepto básico en la Biblia, un concepto que la mayoría de los cristianos hasta ahora no ha captado. Después de que Dios creó al hombre, no hizo nada con él, ni le ordenó que hiciera nada para Él. De acuerdo con Génesis 1 y 2, el requisito indispensable para vivir en la presencia de Dios era comer del alimento adecuado. En la presencia de Dios lo único que cuenta es qué comemos y cómo comemos. Por consiguiente, comer en la Biblia es un concepto básico en cuanto a nuestra relación con Dios. Dios creó todas las cosas, incluyendo al hombre. Si Él es capaz de formar los cielos, la tierra y billones de cosas más, ¿habrá algo que Él no pueda hacer? Para Él es muy fácil hacer cualquier cosa. De hecho, ni siquiera tiene que hacer nada, pues simplemente por medio de Su palabra todo lo que Él desea llega a existir. No obstante, hay algo que Dios no puede hacer: Él no puede comer por nosotros. Aunque una madre es capaz de hacer muchas cosas por sus hijos, no puede comer por ellos. Ellos tienen que comer por sí mismos. En cuanto a nuestra relación con Dios se refiere, lo más básico es comer adecuadamente.

NECESITAMOS COMER PARA RECIBIR
EL SUMINISTRO DE VIDA
Y OBTENER LA REDENCIÓN

En Génesis 2, el comer estaba relacionado con el árbol de la vida, y después de que el hombre cayó, Dios intervino para redimirlo. Sin embargo, cuando Dios introduce la redención en Éxodo 12, el comer ya no está relacionado solamente con el árbol de la vida, pues la necesidad ya no es solamente la de recibir el suministro de vida, sino la de obtener la redención. En Éxodo 12 se les instruyó a los hijos de Israel que comieran un cordero. El árbol de la vida pertenece a la vida vegetal, y el cordero, a la vida animal. Un árbol no tiene sangre, pero un cordero sí. En la Biblia, la sangre tiene como finalidad la redención. En la época del éxodo, los hijos de Israel untaron la sangre en los postes de sus casas para ser redimidos, y comieron del cordero para recibir el suministro de vida. De manera que el comer en la primera etapa tenía como fin brindar al hombre el suministro de vida, mientras que en la segunda etapa, tenía como finalidad efectuar la redención y proveer el suministro de vida.

DEBEMOS COMER LA CARNE DEL SEÑOR
Y BEBER SU SANGRE

Durante los años que estuvieron los hijos de Israel en el desierto se alimentaron del maná. Puesto que el maná no contenía sangre, no estaba relacionado con la redención sino con el suministro de vida. ¿Cómo pudieron los hijos de Israel subsistir y andar por el desierto durante los cuarenta años que estuvieron allí? Ellos subsistieron y pudieron andar de un lugar a otro, gracias al maná que comían diariamente. En el capítulo seis de Juan, el Señor Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida” (v. 35). Esto perturbó a los judíos. Luego, el Señor Jesús añadió: “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis Su sangre, no tenéis vida en vosotros” (v. 53). En este capítulo el Señor primero dijo que Él era el pan de vida, y más adelante añadió que debíamos beber Su sangre. ¿Cómo podía el pan tener sangre? Porque este pan incluye no solamente la vida vegetal, sino también la carne del cordero. En Juan 6:51 el Señor declaró: “El pan que Yo daré es Mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo”. El pan pertenece a la vida vegetal y sólo sirve como alimento; la carne pertenece a la vida animal, y no solamente alimenta, sino que también redime. Antes de la caída del hombre, el Señor era el árbol de la vida (Gn. 2:9), cuyo único fin era alimentar al hombre. Después de que el hombre cayó en el pecado, el Señor llegó a ser el Cordero (Jn. 1:29), cuyo fin no es solamente alimentar al hombre, sino también redimirlo (Éx. 12:4, 7-8).

NECESITAMOS SEGUIR COMIENDO

Quisiera recalcar una vez más que después que Dios creó al hombre, e incluso después de redimirlo, el concepto básico en cuanto a permanecer en la presencia de Dios estaba relacionado con el comer. Es por eso que tenemos que prestar mucha atención a este asunto. No trate de aprender muchas cosas; simplemente siga comiendo y alimentándose adecuadamente en la presencia del Señor. Yo fui cristiano por más de treinta años antes de tener alguna noción sobre el comer espiritual. Nunca me hablaron de este tema. Muchos de nosotros podemos testificar que antes de entrar en la vida de iglesia, nunca llegamos a oír que podíamos comer a Jesús. Sin embargo, la Biblia habla de principio a fin acerca del tema del comer. La Biblia comienza y concluye diciéndonos que debemos comer del árbol de la vida (Ap. 2:7, 22:1-2, 14).


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