Información del libro

Estudio-vida de Gálataspor Witness Lee

ISBN: 0-87083-671-4
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Actualmente disponible en: Capítulo 24 de 46 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GALATAS

MENSAJE VEINTICUATRO

DOS PACTOS Y DOS CLASES DE HIJOS

Lectura bíblica: Gá. 4:21-31; 2:20a; 6:12-13, 15

En el mensaje anterior señalamos que en 4:19 Pablo dice: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. Si consideramos este versículo y su contexto, veremos que es menester que Cristo sea formado en los herederos de la promesa. Aquellos que son hijos de Abraham por medio de la fe son herederos de la promesa, es decir, son quienes heredan la bendición. Es necesario que estos herederos sean llenos, ocupados y saturados con Cristo. Necesitan que Cristo sea formado en ellos.

IMPREGNADOS Y SATURADOS CON CRISTO

Si hemos de saber qué significa que Cristo sea formado en nosotros, debemos considerar no sólo todo el libro de Gálatas, sino también Efesios, Filipenses y Colosenses. El libro de Gálatas indica que la intención de Dios es que Cristo sea forjado en Su pueblo escogido, a fin de que ellos lleguen a ser hijos de Dios. A fin de ser hijos de Dios, necesitamos ser impregnados y saturados con Cristo. Cristo debe ocupar todo nuestro ser. Los gálatas, sin embargo, fueron distraídos de Cristo y llevados a la ley. Por consiguiente, Pablo les dijo muchas veces que era totalmente erróneo dejar a Cristo y volver a la ley. Los creyentes debían volver a Cristo, quien es la simiente que cumple la promesa que Dios le hizo a Abraham y también la buena tierra, el Espíritu todo-inclusivo para nuestro disfrute. Como creyentes, necesitamos el disfrute pleno de esta bendición, el disfrute pleno del Espíritu vivificante. Necesitamos ser impregnados, saturados, poseídos y totalmente tomados por este Espíritu y con este Espíritu. Según el contexto del libro de Gálatas, que Cristo sea formado en nosotros es permitirle que impregne nuestro ser y que sature nuestras partes internas. Cuando Cristo ocupa de esta manera nuestro ser interior, El es formado en nosotros.

OCUPADOS POR EL ESPIRITU TODO-INCLUSIVO

A fin de que Cristo sea formado en nosotros, debemos desechar todo lo que no sea Cristo mismo, sin importar cuán bueno ello pueda ser. Hasta cosas que provengan de Dios y sean bíblicas tal vez no sean Cristo mismo. Aunque la ley fue dada por Dios, debe ser hecha a un lado a fin de que en nuestro ser todo terreno le sea dado a Cristo. Necesitamos permitirle a El que sature cada parte de nuestro ser interior. El debe ocuparnos y saturar nuestra mente, nuestra parte emotiva y nuestra voluntad. Que Cristo posea todo nuestro ser es que El sea formado en nosotros.

En Efesios 3:17 vemos que Pablo pidió en oración que “Cristo haga Su hogar en vuestros corazones”. Sabemos que en el corazón están incluidas la mente, la voluntad, la parte emotiva y la conciencia. Permitir que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones significa que El hace Su hogar en todas estas partes de nuestro ser interior. Si Cristo ha de hacer Su hogar en nuestros corazones, El necesita poder asentarse dentro de nosotros. Una vez más, esto es lo que significa que Cristo sea formado en nosotros.

Tener a Cristo formado en nosotros es permitir que el Espíritu todo-inclusivo ocupe cada parte de nuestro ser interior. La ley no debe tener lugar alguno en nuestra mente, nuestra parte emotiva ni en nuestra voluntad. Todo el terreno dentro de nosotros debe ser para Cristo. Debemos permitirle a Cristo que nos ocupe totalmente. El no sólo debe esparcirse en nuestra mente, parte emotiva y voluntad; en realidad, El debería ser nuestra mente, nuestra parte emotiva y nuestra voluntad. Debemos permitir que Cristo sea nuestro pensamiento, nuestra decisión y nuestro amor. Permitamos que El sea todo para nosotros. Esto es tener a Cristo formado en nosotros. Todo lo que no sea Cristo debe disminuir, y Cristo debe llegar a ser todo para nosotros en nuestra experiencia.

EL DISFRUTE TOTAL
DE LA BENDICION DEL EVANGELIO

Hoy en día Cristo es el Espíritu vivificante como la bendición del evangelio, la bendición que Dios prometió. Disfrutar plenamente esta bendición es permitir que Cristo sea formado en nosotros. Esto quiere decir que si hemos de tener el disfrute total de la bendición del evangelio, es necesario que Cristo sea formado en nosotros. Si Cristo todavía no está totalmente formado en nosotros, entonces nuestro disfrute de la bendición del Nuevo Testamento todavía no es completo. Aunque hemos disfrutado la bendición en parte, debemos seguir adelante hasta permitir que Cristo nos ocupe totalmente, que nos tome completamente y que sature cada parte de nuestro ser consigo mismo. Hacer esto es disfrutar la bendición del evangelio hasta lo sumo. Esta era la meta de Pablo al escribir a los creyentes gálatas. Mientras apelaba al afecto personal de ellos en 4:8-20, Pablo tenía claramente presente esta meta. El apeló al afecto de los creyentes a fin de que Cristo fuera formado en ellos para el cumplimiento de la meta de Dios.

Gálatas 4:21 dice: “Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no oís la ley?”. El libro de Gálatas trata decisivamente con el hecho de desviarse de Cristo mediante regresar a estar bajo la ley. Tal desviación excluye a los creyentes del disfrute de Cristo como su vida y su todo.


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