Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 40 de 120 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE CUARENTA

EL PROGRESO OBTENIDO
AL RESPONDER AL LLAMADO DE DIOS

Como hemos recalcado reiteradamente, casi todos los puntos mencionados en el libro de Génesis son semillas. En este mensaje, llegamos a la semilla de cruzar el río, la experiencia del primer cruzador de ríos. ¿Qué significa cruzar ríos? Significa seguir verdaderamente al Señor. Seguir al Señor es un asunto de cruzar el río. Aunque resulta fácil hablar de cruzar ríos, no es fácil hacerlo, según lo experimentó Abraham. En este mensaje debemos ver cómo cruzó Abraham el río. Su experiencia es un ejemplo para todos nosotros y constituye otra semilla sembrada en Génesis. Esta semilla crece ahora en muchos de nosotros. ¡Cuánto necesitamos el crecimiento de esta semilla!

2) El progreso

a) Llamado la primera vez
en Ur de Caldea, en Mesopotamia

La mejor manera de estudiar la Palabra consiste en comparar pasajes afines. Podemos hacer esto con el llamado de Abraham, pues figura en Génesis 12 y también en Hechos 7. Con la ayuda del Señor, nos resulta fácil establecer una comparación entre estos dos pasajes. En estos dos pasajes de la Palabra, podemos ver que el Dios de gloria se apareció dos veces a Abraham. Dios no lo visitó una sola vez y para siempre. Esta no es una invención nuestra; lo podemos comprobar con Hechos 7:2 donde vemos que el Dios de gloria se apareció a Abraham antes de que éste morase en Harán, todavía estando en Mesopotamia. Luego, Génesis 12:1 indica que después de morar un tiempo en Harán, Abraham recibió una nueva aparición de Dios. En estos dos versículos descubrimos que Dios se apareció a Abraham en dos lugares diferentes: en Ur de Caldea y en Harán. Indudablemente estos dos llamados no ocurrieron al mismo tiempo. El primer llamado sucedió cuando el padre de Abraham todavía vivía, y el segundo ocurrió después de la muerte de su padre. Esto demuestra claramente que Dios se apareció dos veces a Abraham.

Existe una diferencia muy importante entre ambos llamados. En el primer llamado, Dios le pidió a Abraham que saliera de su tierra y de su parentela (Hch. 7:3). En el segundo llamado, Dios le pidió que saliera de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre (Gn. 12:1). Cuando Dios llamó a Abraham por segunda vez, mencionó la parentela de Abraham en general, y la casa de su padre en particular. Dejar su parentela no era suficiente; tenía que salir de la casa de su padre. Más adelante veremos el por qué de eso. Por ahora podemos ver que Abraham experimentó dos llamados diferentes en dos lugares distintos. En el primer llamado, Dios le pidió que saliera de su tierra y de su parentela, y en el segundo llamado, que saliera de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre.

Cuando vemos estos dos llamados, todo queda claro. Cuando yo era joven, algunos maestros me dijeron que Hechos 7 era una cita de Génesis 12. Estos maestros nunca hicieron notar claramente que Dios llamó a Abraham dos veces. Quizás algunos lectores todavía piensen que Hechos 7 es una cita de Génesis 12. Pero el llamado en Hechos 7 ocurrió antes de que Abraham fuese llevado a Harán, y el llamado en Génesis 12 se produjo después de que él había vivido allí durante un tiempo. El llamado mencionado en Hechos 7 precedió el llamado de Génesis 12.

b) No obedeció inmediatamente el llamado de Dios

¿Por qué tuvo Dios que aparecérsele a Abraham dos veces y llamarlo dos veces? ¿Por qué tuvo Dios que repetir Su llamado? Dios no tenía necesidad de repetir Su llamado. Abraham era el que necesitaba la repetición. Es difícil encontrar una persona que experimente un solo llamado de Dios y luego atraviese el río. Ninguno de nosotros ha respondido al llamado de Dios de buena gana. Difícilmente podríamos encontrar alguien que haya respondido inmediatamente al llamado de Dios. Usted dirá: “¿Y qué diremos de Pedro y Juan cuando fueron llamados por el Señor en la orilla del mar de Galilea? El Señor los llamó, y ellos lo siguieron inmediatamente”. Si leen otros pasajes de la Palabra, verán que aun estos discípulos estaban indecisos. Resulta difícil responder de una forma definida al llamado de Dios. Siempre vacilamos y nos quedamos en el lodo y el agua. Nuestros parientes pueden ser el lodo y nosotros mismos el agua. A pesar de haber recibido el llamado de Dios, usted tal vez permita que sus parientes sean el lodo del cual usted no se atreve a salir. Y usted mismo es el agua, lo sucio y las aguas negras. Usted se detiene en este lodo y esta agua.

Mientras Abraham vivía en Ur, el Dios de gloria se le apareció repentinamente. Esta aparición trajo luz (el nombre Ur significa luz). En una tierra demoníaca, una tierra llena de demonios (Caldea significa demoníaco), el Dios de gloria apareció y trajo luz. Esto es muy significativo. Siempre que Dios llama a un hombre, hay luz. Cuando Saulo de Tarso estaba en camino a Damasco para perseguir a los cristianos que estaban allí, resplandeció una luz desde los cielos sobre él (Hch. 9:1-3). En aquel momento, Saulo estaba en Ur. El estaba bajo la luz. Cuando usted fue llamado, también estaba bajo la luz. Usted entendió que su tierra, su entorno y sus circunstancias no eran el lugar adecuado para pasar más tiempo. Usted fue llamado estando en Ur, el lugar de luz.


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