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Estudio-vida de 2 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2362-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 18 de 59 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 CORINTIOS

MENSAJE DIECIOCHO

ADHERIDOS, UNGIDOS, SELLADOS,
CAPTURADOS, SOMETIDOS Y GUIADOS
PARA ESPARCIR EL INCIENSO DE CRISTO

(2)

Lectura bíblica: 2 Co. 1:21-22; 2:14-16

Pablo es un modelo de uno que vive a Cristo por causa de la iglesia. Conforme a lo que escribe en 2 Corintios, si queremos vivir a Cristo por causa de la iglesia, debemos ser adheridos, ungidos, sellados, capturados, sometidos y guiados para poder esparcir el incienso de Cristo. En 2:14 Pablo declara: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en el Cristo, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de Su conocimiento”. En este versículo Pablo usa dos metáforas: la de ser cautivos en el desfile triunfal y la de ser portadores de incienso que esparcen el incienso en dicho desfile. Por ser portadores de incienso, los apóstoles esparcen el olor del conocimiento de Cristo en el ministerio triunfal de Cristo como en un desfile triunfal. Los apóstoles son tales portadores de incienso en el ministerio de Cristo y son también cautivos en el séquito de Su triunfo. Pablo fue adherido, ungido, sellado, capturado, sometido y guiado para que esparciera el incienso de Cristo. Nosotros también debemos experimentar todos estos asuntos para que podamos esparcir el incienso de Cristo.

ESPARCEN EL INCIENSO

Los versículos 1:21 y 22, y 2:14-16 de 2 Corintios son versículos maravillosos. Estos cinco versículos contienen varias verdades maravillosas. Según 1:21 y 22, debemos ser adheridos firmemente a Cristo, debemos ser ungidos por Dios y debemos ser sellados con el Espíritu. Además, según 2:14-16, debemos ser capturados, sometidos y guiados. Todo eso tiene como fin que esparzamos el incienso de nuestro Salvador, el incienso de Aquel a quien amamos a lo sumo. En mi ministerio, yo no soy meramente un maestro o un predicador; soy uno que esparce el incienso de mi Señor. Casi no puedo contenerme del amor que siento por Él, y deseo esparcir Su incienso. Todo aquel que está en el recobro del Señor debe ser una persona que esparce el incienso de Cristo. Adondequiera que vayamos, debemos esparcir este incienso.

Algunos se han preguntado por qué muchos cristianos de este país han recibido con solicitud mi ministerio. La razón es que esparzo el incienso de Cristo. Ésta es mi única ocupación, mi única profesión. Mi especialidad en la universidad celestial fue en esparcir el incienso de Cristo. Espero que en los años venideros muchos de entre nosotros, y particularmente los jóvenes, respondan al Señor y esparzan el incienso de Cristo. Jóvenes, su aspiración debe ser esparcir el incienso de Cristo. Con respecto a esto, deben decir: “Por la gracia del Señor, me convertiré en uno que esparce el incienso de Cristo por dondequiera que vaya”.

Tengo fe de que en los próximos diez años, muchos jóvenes se convertirán en personas que esparcen el incienso de Cristo. Tengo la convicción de que todavía habrá tiempo para que los jóvenes crezcan y sean usados por el Señor. A causa de la inmadurez de los cristianos, la novia todavía no está preparada para la venida del Señor. El Señor no vendrá por la novia hasta que ésta sea madura y esté lista para Él. Mientras que la novia no esté lista, el Señor seguirá ejecutando el gobierno de Dios y llevando a cabo Su ministerio celestial para acelerar el proceso de nuestra madurez. No podemos alcanzar la madurez de la noche a la mañana. Todo lo que tiene vida necesita tiempo para crecer. Uno puede confeccionar centenas de flores artificiales en un día, pero las flores auténticas necesitan tiempo para crecer. Soy de la creencia de que durante el tiempo requerido para que la novia crezca y madure, muchos jóvenes esparcirán el incienso de Cristo. En los años venideros, el Señor quizás enviará a algunos a distintos lugares. Adondequiera que vayamos, debemos esparcir el incienso.

Puedo testificar que la oposición al recobro del Señor de hecho es una señal positiva. Es una señal de que el recobro verdaderamente es del Señor y que es Su mover en la tierra. ¡Aleluya, estamos en el recobro del Señor! Estamos creciendo y estamos siendo preparados para esparcir el incienso de Cristo.


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