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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 172 de 185 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO SETENTA Y DOS

LA RELACION DEL SABADO
CON LA ERECCION DEL TABERNACULO

Lectura bíblica: Ex. 31:12-17

Después de un largo relato acerca de la edificación de la morada de Dios, hemos repetido el mandamiento acerca de la observancia del Sábado, en Exodo 31:12-17. Todos sabemos que la observancia del día de sábado es uno de los diez mandamientos (el cuarto). Analicemos por qué este mandamiento específico viene repetido, después de la plena revelación acerca de la morada de Dios.

El versículo 18, que termina el capítulo treinta y uno, nos revela que el Señor entregó a Moisés dos tablas del testimonio, tablas de piedra, que El escribió con Su dedo. Este versículo concluye una larga sección que empezó desde el capítulo veinte. Cuando el Señor pidió a Moisés que subiera al monte, El le dio primeramente la ley. Luego El le reveló a Moisés la edificación de Su morada en la tierra. Esta sección presenta el diseño del tabernáculo, su mobiliario y una plena revelación acerca del sacerdocio, así como un relato con respecto a los constructores del tabernáculo. Después de todo eso El Señor repite el requisito de la observancia del Sábado.

Los seis versículos acerca de la observancia del día de sábado se encuentran en Exodo 31:12-17, y están intercalados entre los versículos 11 y 18 de este capítulo. ¿Cuál es la razón de esta inserción? En este mensaje, debemos ver primeramente la razón por la que se repite el relato del día de sábado después de la exhortación a erigir el tabernáculo (véase 20:8-11).

Esta inserción acerca del día de sábado sigue inmediatamente la exhortación a erigir el tabernáculo. Esto indica que el Señor pide a los constructores, a estos obreros, que aprendan cómo descansar con El. No debían obrar ni olvidar el descanso con el Señor. Por consiguiente, al exhortarles a edificar Su morada, El Señor les recordaba que mientras ellos trabajaban, debían aprender cómo descansar con El. Si sólo sabemos como trabajar por el Señor sin saber cómo descansar con El, estamos actuando de manera opuesta al principio divino.

El día de sábado ha sido el tema de muchos debates entre los cristianos, y particularmente el día en que se debe observar este sábado: ¿el séptimo o el octavo día? Los adventistas del séptimo día insisten en el hecho de observar el sábado el séptimo día. En realidad, el principio del Sábado no tiene nada que ver con la observancia de un día específico. El principio del sábado es éste: cuando trabajamos con El Señor debemos aprender a descansar con El.

EL SIGNIFICADO DEL SABADO

Algunos piensan que el sábado significa simplemente dejar de trabajar. Este no es el verdadero significado del sábado en la Biblia. La Biblia enfatiza el hecho de que Dios descansó en el séptimo día. Leamos Génesis 2:2 “y acabó Dios en el séptimo día la obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo”. El libro de Génesis revela que el sábado es el séptimo día para Dios, pero el primer día para el hombre. En seis días Dios creó los cielos, la tierra y todo lo que el hombre necesitaba para su existencia a fin de cumplir el propósito de Dios. El hombre fue creado en el sexto día, después de que fueron hechas todas las cosas. Esto significa que al salir de la mano creadora de Dios, el hombre iba a empezar su primer día, el cuál era el séptimo día de Dios. Por tanto, el séptimo día para Dios fue el primero para el hombre. Esto significa que Dios consideraba el sábado como un descanso después del trabajo, y que el hombre empezaría a descansar antes de iniciar su labor. Primero Dios trabajó seis días y luego descansó el séptimo día, pero el hombre descansó en su primer día y luego empezó a trabajar.

Dios fue refrescado

Estoy contento de que Exodo 31:17 nos revele que “en el séptimo día, El descansó y fue refrescado (hebreo)”. Esto indica que el sábado no fue solamente un descanso para Dios sino también un tiempo de refrigerio. Génesis y Exodo declaran que Dios descansó en el séptimo día, pero Exodo 31:17 añade las palabras “y fue refrescado” (en el original hebreo). Esto revela que aún Dios necesita ser refrescado.

Una cosa es descansar y otra cosa más profunda es ser refrescado. Nuestro descanso no involucra nada particular. Podemos sentarnos o acostarnos, pero el refrigerio requiere algo de comer o de beber. A menudo nos referimos a los alimentos o a las bebidas como algo que nos refresca. El punto es éste: si deseamos ser refrescados, necesitamos algo refrescante. Pasa lo mismo con Dios. Dios necesita que algo lo refresque. ¿Sabe usted lo que refresca a Dios? ¿Qué puede refrescar a Dios? Quizá usted haya leído Exodo 31 muchas veces sin quedar impresionado por el hecho de que Dios debe ser refrescado. Puedo testificar que he explicado el libro de Exodo más de una vez, pero hace muy poco que he visto el significado de la palabra “refrescado” en Exodo 31:17. La Biblia revela que después de terminar Su obra de creación, Dios descansó y fue refrescado. ¿Sobre qué descansó Dios? El descansó sobre Su creación. Ilustremos eso y supongamos que un artesano pase mucho tiempo haciendo una silla muy especial. Cuando se termina un trabajo, él quizá descanse sobre la silla que El hizo, disfrutándola y meditando al respecto. A menudo he experimentado esta clase de descanso después de completar mis escritos. Cuando acabo de escribir algo, a veces miro lo que escribí y lo disfruto. Disfruto particularmente la luz que recibo del Señor a través de Su palabra. Del mismo modo, las hermanas que confeccionan su propia ropa disfrutarán de un buen descanso después de confeccionar una prenda. En el mismo principio, Dios descansó después de crear al hombre. El pudo contemplar Su obra: los cielos, la tierra, y todas esas cosas vivientes, particularmente el hombre, y decir: “¡Bien hecho!” Entonces Dios pudo descansar y ser refrescado.

¿Qué pudo refrescar a Dios? Dios fue refrescado por el hombre. El hombre fue el refrigerio de Dios. Dios amaba al hombre. El lo creó a Su imagen con un espíritu para que el hombre pudiese tener comunión con El. Por lo tanto, el hombre fue el refresco de Dios.

En Génesis 2:18, Dios dijo: “no es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Esta palabra tiene un significado en tipología e indica que no era bueno que Dios estuviera solo. Antes de crear al hombre, Dios podía ser comparado a un soltero. Algunas personas nos criticarán por aplicar la palabra soltero a nuestro Dios santo, pero creo que Dios está contento de oir esta palabra que usamos acerca de El. Quizá Dios diga: “hijo mío, esta palabra toca Mi corazón. Es cierto que Yo era soltero antes de crear a la humanidad”. La Biblia revela que en la eternidad pasada, Dios era “soltero”, pero en la eternidad futura, El tendrá una esposa, la nueva Jerusalén, llamada la esposa del Cordero (Ap. 21:9-10). Por tanto, me atrevo a usar la palabra soltero acerca de Dios porque la Biblia revela que la nueva Jerusalén es la esposa del Cordero.

Cuando Dios vio al hombre que El creó, El pudo descansar y ser refrescado. El hombre se parecía a un refrigerio que satisfacía la sed de Dios. Cuando Dios terminó Su obra y empezó a descansar, El tenía al hombre por compañero. El séptimo día fue un día de descanso y de refrigerio para Dios. No obstante, el primer día fue un día de descanso y de refrigerio para el hombre, compañero de Dios. El primer día del hombre fue un día de disfrute.


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