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Estudio-vida de Hechospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1419-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 61 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HECHOS

MENSAJE SESENTA Y UNO

LA PROPAGACION EN
ASIA MENOR Y EUROPA MEDIANTE
EL MINISTERIO DE LA COMPAÑIA DE PABLO

(27)

Lectura bíblica: Hch. 22:1-21

EL BAUTISMO DE PABLO

En 22:1-21, Pablo se defiende ante la turba de los judíos. En este mensaje prestaremos atención a las palabras de Ananías a Pablo, mencionadas en el versículo 16: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando Su nombre”.

En el caso de Pablo, como en el del eunuco etíope, se le da énfasis al bautismo en agua. Debemos prestar atención al bautismo en agua y al bautismo en el Espíritu. El bautismo en agua representa la identificación de los creyentes con la muerte y la resurrección de Cristo (Ro. 6:3-5; Col. 2:12), y el bautismo en el Espíritu produce la realidad de la unión que tienen los creyentes con Cristo en vida esencialmente, y en poder económicamente. El bautismo en agua es la afirmación que hacen los creyentes acerca de la realidad del Espíritu. Ambos son necesarios, y el uno no puede reemplazar al otro. Todo creyente debe experimentar adecuadamente ambos aspectos.

De acuerdo con las palabras del Señor en Marcos 16:16, una persona debe creer y ser bautizada para ser salva. Creer significa recibir al Señor (Jn. 1:12), no sólo para obtener el perdón de pecados (Hch. 10:43), sino también para ser regenerados (1 P. 1:21, 23). Los que así creen llegan a ser hijos de Dios (Jn. 1:12-13) y miembros de Cristo (Ef. 5:30), en una unión orgánica con el Dios Triuno (Mt. 28:19). Ser bautizado es afirmar esto al ser sepultado para poner fin a la vieja creación por medio de la muerte de Cristo y al ser resucitado, para ser la nueva creación de Dios por medio de la resurrección de Cristo. Tal bautismo es mucho más avanzado que el bautismo de arrepentimiento predicado por Juan (Mr. 1:4; Hch. 19:3-5).

Creer y ser bautizado así son dos partes de un paso completo que se da para recibir la plena salvación de Dios. Ser bautizado sin creer es simplemente un rito vacío; y creer sin bautizarse es sólo ser salvo interiormente, sin dar una afirmación exterior de la salvación interior. Estos dos aspectos deben ir a la par.

TRASLADADOS DE ADAN A CRISTO

El bautismo es en realidad un gran traslado. Por esta razón, el ministerio neotestamentario empezó con el bautismo. Hemos subrayado el hecho de que el bautismo significa primeramente terminación y luego germinación. Mediante la terminación y la germinación, se produce un verdadero traslado. No es de sorprender que el Nuevo Testamento empiece con el bautismo, lo cual indica que todo lo relacionado con el Antiguo Testamento debe ser desechado, a fin de tener un nuevo comienzo. Sin embargo, para muchos cristianos hoy, el bautismo es simplemente un ritual por medio del cual las personas se hacen miembros de una religión.

Cuando fuimos bautizados, fuimos trasladados de Adán a Cristo. Muchos cristianos nunca han recibido la debida enseñanza acerca del bautismo. Otros, a pesar de que saben que fueron trasladados de Adán a Cristo por medio del bautismo, lo toman como una simple doctrina; y no lo aplican de forma práctica en su vida cristiana. Como cristianos, debemos encontrarnos fuera de Adán, y en Cristo. No debemos vivir más en la esfera de Adán, sino totalmente en la esfera de Cristo.

PABLO INVOCA EL NOMBRE DEL SEÑOR

En 22:16, Ananías dijo a Pablo que se bautizara y lavara sus pecados invocando el nombre del Señor. La frase “invocando Su nombre” modifica los verbos “bautízate” y “lava”. Ananías parecía decir: “Pablo, levántate y bautízate. Al bautizarte, debes invocar el nombre del Señor. El requisito para que te bautices es que invoques el nombre del Señor”.

Sería bueno que siempre que bauticemos a nuevos creyentes les exhortemos a que invoquen el nombre del Señor Jesús, es decir, que mientras se bautizan, estén invocando. Así como es posible respirar y comer a la vez, también es posible ser bautizado e invocar al Señor al mismo tiempo. Invocar el nombre del Señor hace más dinámico el traslado que se efectúa mediante el bautismo. Por tanto, sugiero que exhortemos a los que se bautizan a que invoquen el nombre del Señor Jesús, para que experimenten de forma más dinámica el traslado de Adán a Cristo.


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