Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 70 de 120 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE SETENTA

BAJO LA MANO DE DIOS
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Al leer acerca de Jacob en el libro de Génesis, debemos recordar que la Biblia en su totalidad es la palabra de vida. La Biblia contiene enseñanzas, historias, profecías y tipologías, y la mayoría de ellas aparentemente no se relacionan con la vida. Puesto que toda la Biblia es la palabra de Dios como vida, no debemos considerar las historias que contiene como simples historias. Debemos acudir al Señor para que nos muestre la vida contenida en todos los relatos. La mayoría de los cristianos ha pensado que los relatos del libro de Génesis son simplemente historias, y no han hecho caso de la vida que hay en ellas. Cuando éramos jóvenes, a muchos de nosotros nos gustaba escuchar historias bíblicas. Indudablemente esas historias son las mejores. Que el Señor nos permita recibir la nutrición de la vida que hay en todas las historias de la Biblia.

Hicimos notar que en cuanto a la experiencia de vida, Abraham, Isaac, Jacob y José no deben considerarse cuatro individuos separados. En la experiencia de vida, estas cuatro personas constituyen una unidad única y completa. En Abraham vemos el llamamiento de Dios, la justificación por la fe, y el vivir por fe en Dios y en comunión con El. Pero al experimentar a Dios, no sólo tenemos Su llamamiento, la justificación, la fe y la comunión, sino que también fuimos escogidos y predestinados. En Abraham, Isaac y Jacob vemos varios aspectos de la experiencia de vida. Unicamente vemos la experiencia completa de vida cuando juntamos a estas tres personas y a José. Vimos ya que Jacob necesita que José lo complete. El Nuevo Testamento revela claramente que fuimos predestinados para ser hijos de Dios (Ef. 1:5), hijos reales de Dios. Todos los hijos de Dios serán reyes. En el libro de Apocalipsis, vemos que los santos serán correyes de Cristo y regirán a las naciones en el reino (Ap. 2:26-27; 20:4, 6). No vemos el reinado ni en Abraham ni en Isaac. Inclusive cuando vemos a Jacob, no podemos ver el reinado. Pero está claramente revelado en José. En los últimos capítulos de Génesis, el mundo entero se encontraba bajo el dominio del faraón. No obstante, el faraón era simplemente una figura decorativa. El que verdaderamente gobernaba la tierra en aquel tiempo era José. Ya que José representaba a Jacob, el que verdaderamente reinaba sobre la tierra era Jacob. Este regía por medio de su hijo José, quien era el aspecto gobernante de la vida de Jacob. Por consiguiente, las experiencias de Abraham, Isaac, Jacob y José constituyen una experiencia completa de la vida. Experimentar a Dios empieza con la elección y llega a su consumación en el reinado.

Génesis 1:26 revela que el propósito de Dios al crear al hombre era que éste lo expresara a El en Su imagen y lo representara en Su dominio. Aunque vemos algo de Dios en Abraham, no vemos en él mucho de la imagen de Dios. Además, ni en Abraham ni en Isaac vemos el dominio de Dios. Ni siquiera en el mismo Jacob vemos el dominio de Dios, el cual se ve en José. En Jacob y José la imagen y el dominio de Dios son claramente revelados. Finalmente, Jacob fue llamado Israel, príncipe de Dios. Su nombre incluye el nombre de Dios. En el nombre transformado de Jacob, tenemos el nombre de Dios. Jacob fue verdaderamente transformado a la imagen de Dios; por esta razón, en su ser estaba la expresión de Dios. Jacob tenía la expresión, mientras que José tenía el dominio. Por consiguiente, como unidad única y completa, ellos expresaban a Dios y lo representaban. Para poder ver esto, debemos ser iluminados espiritualmente. Debemos orar diciendo: “Señor, abre nuestros ojos. No queremos leer solamente las historias bíblicas para obtener conocimiento. Queremos ver la luz de vida en estas historias y ser nutridos por la vida que con tienen”.

En Abraham no vemos que Dios lo discipline mucho. Tampoco vemos que Dios haga tal cosa en Isaac, pues Dios jamás los afligió. A Isaac sencillamente le agradaba comer. A nuestro parecer, ninguno de nosotros estaría de acuerdo con eso, y diría: “Dios, ¿por qué me disciplinas constantemente? ¿Por qué no disciplinaste a Isaac? Isaac hasta vendió Tu bendición por carne guisada”. En Génesis 27:3 y 4 Isaac dijo a Esaú: “Sal al campo y traeme caza; y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera”. Si un hermano hiciera eso ahora, nosotros diríamos: “Hermano, no deberías hacer tal cosa. Eso es demasiado carnal y mundano”. No obstante, Isaac no fue reprendido por hacer eso. De hecho, aunque Isaac bendijo ciegamente y de manera incorrecta, Dios honró su bendición. Esto indica claramente que Isaac no representa la vida que Dios ha tocado. Es la vida de Jacob la que representa la disciplina de Dios. Dios no dejó en paz a Jacob, sino que mantuvo Su mano sobre él.

En el capítulo veintinueve Jacob, después de llegar a la casa de Labán, fue puesto en la cámara de transformación. Ya vimos que Isaac, Rebeca y Esaú colaboraron para que Jacob se viera obligado a escapar de su casa. Isaac era una persona simple, se llevaba bien con todos, y no se inclinaba a ejercitar su discernimiento. Esta era su manera de ser y su carácter. No obstante, Rebeca era inteligente, ingeniosa y manipuladora. Como esposa y madre fuerte, ella manipulaba a toda la familia. Esaú, el hermano, no era muy sagaz, pero sí era físicamente fuerte y parecía decir: “Jacob, no sé utilizar mi mente como lo haces tú, pero sí sé usar mis puños. Tú quizá seas astuto, pero yo un día te mataré”. Estas tres personas trabajaron como equipo para forzar a Jacob a abandonar a su madre amorosa y la casa de su padre. Sabemos que Jacob sufrió durante su viaje por el hecho de que cuando vio a su prima Raquel “alzó su voz y lloró” (29:11). Jacob había estado muy solo. Todo lo que había experimentado antes de llegar a la casa de Labán lo conducía a la cámara de transformación. En el capítulo veintinueve Jacob entró en dicha cámara.


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