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Estudio-vida de 2 Corintiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2362-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 59 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 2 CORINTIOS

MENSAJE CINCO

EL MINISTERIO DEL NUEVO PACTO

(1)

Lectura bíblica: 2 Co. 2:12-17

Después de la introducción (1:1—2:11), Pablo presenta el ministerio del nuevo pacto (2:12—3:11). Este ministerio difiere totalmente de los dones externos y milagrosos. En 1940, el hermano Nee dio unos mensajes sobre 2 Corintios en los que hizo hincapié en la diferencia que existe entre 1 y 2 Corintios. El hizo notar que el primer libro habla de los dones externos y milagrosos, particularmente el don de hablar en lenguas. El hermano Nee, usó el ejemplo del asno de Balaam, que hablaba en el lenguaje de los hombres, haciendo notar que esto fue un verdadero don milagroso. El hecho de que un asno recibiera repentinamente la capacidad de hablar fue, sin duda, un milagro. El hermano Nee añadió que uno puede recibir un don repentinamente; sin embargo, se necesita por lo menos veinte años para que se produzca un ministerio.

En cuanto al ministerio, el hermano Nee declaró que Cristo debe ser entretejido en nuestro ser. Esto significa que Cristo debe forjarse en nosotros de modo que llegue a ser nuestra propia constitución. En esto consiste el ministerio, o sea, lo que Cristo es, lo que El ha hecho y lo que ha logrado y obtenido debe forjarse en nosotros. Cristo ha obtenido el trono, la gloria y el poder más elevado. Cristo también ha obtenido ciertos logros, los cuales son el resultado de lo que El ha realizado y alcanzado. Ahora, lo que Cristo es, lo que El ha realizado y obtenido, y lo que ha logrado se encuentran en el Espíritu vivificante. Esto da a entender que el Espíritu vivificante y todo-inclusivo es la corporificación de Cristo con relación a estos cuatro asuntos. El Espíritu todo-inclusivo es la corporificación de lo que Cristo es, y de lo que El ha realizado, obtenido y logrado. Este Espíritu todo-inclusivo es una bebida todo-inclusiva que contiene muchos ingredientes.

Hemos señalado en varias ocasiones que el Espíritu todo-inclusivo es tipificado por el ungüento mencionado en Éxodo 30. Este ungüento se compone de aceite mezclado con cuatro especias distintas: mirra, canela, cálamo y casia; como tal, es un cuadro del Espíritu vivificante y todo-inclusivo. Ahora este Espíritu está forjándose en nosotros, dando por resultado una constitución compuesta del Dios procesado y los hombres redimidos. Un creyente en quien está forjado el Espíritu todo-inclusivo llegará a ser un ministro de Cristo, y su labor y servicio serán el ministerio del Nuevo Testamento.

El ministerio neotestamentario es único; el Nuevo Testamento tiene un solo ministerio. Pablo y Pedro tenían parte en este ministerio, y todos los apóstoles también participaban de este único ministerio neotestamentario. Este único ministerio, que es el ministerio del nuevo pacto, no se obtiene con ayuno y oración, pues todo lo que se produce de esa manera sería un don y no un ministerio. El ministerio se produce como resultado de que el Espíritu vivificante y todo-inclusivo se forje en nosotros hasta llegar a ser nuestra propia constitución. Cristo, con todo lo que Él es, todo lo que Él tiene, y todo lo que Él ha obtenido y logrado, debe forjarse en lo más profundo de aquellos que Dios ha escogido y redimido. Solamente así se produce un ministerio.

Mi carga no consiste únicamente en predicar el evangelio ni en enseñar la Biblia, sino en llevar a cabo este ministerio neotestamentario y ayudar a los que buscan sinceramente al Señor y les interesa el deseo de Su corazón, a que participen de este ministerio. Éste es el ministerio del que habla Pablo en 2 Corintios, particularmente en el capítulo tres, donde en varias ocasiones se usa la palabra “ministerio”. Pablo comparó este ministerio con el del antiguo pacto. El ministerio del nuevo pacto supera por mucho al del antiguo. El nuevo pacto no sólo tiene que ver con la vida divina, sino que también es una constitución en vida y de vida. Por consiguiente, el tiempo es un requisito necesario para que este ministerio crezca y madure en la vida divina.

En 1943 me enfermé con tuberculosis y estuve al borde de la muerte. Le doy gracias al Señor que por causa de Sí mismo y de Su ministerio, me resguardó y me ha mantenido hasta hoy día. El hermano Nee solía decirnos que puesto que se toma muchos años para que el Señor se forje por completo en una persona, debemos cuidar debidamente nuestra salud. Esto significa que debemos hacer todo lo posible por evitar una muerte prematura. Si somos verdaderamente espirituales, aprenderemos a cuidar nuestra salud con el fin de vivir muchos años.

No basta con unos cuantos años para crecer en vida y para que el Dios Triuno se forje en nosotros hasta darnos una nueva constitución. Por haber pasado por muchas cosas en el transcurso de los años, puedo testificar que una persona debe vivir por lo menos sesenta años antes de que esta constitución sea forjada plenamente en ella. Además, para que esto le suceda a dicha persona, ella debe de haber sido salva antes de los veinte años de edad. Una persona que haya sido salva a los cuarenta años probablemente no llegue a madurar en la vida divina al cumplir sesenta años. Durante los primeros veinte años de nuestra vida cristiana, debemos aprender ciertas cosas; luego necesitaremos otros veinte años más para que el Espíritu vivificante se forje en nosotros.

Los jóvenes quizás se desanimen al oír que se necesita tanto tiempo para llegar a ser ministros del nuevo pacto. Jóvenes, les aliento a que no se desanimen por el hecho de que necesiten veinte años para aprender ciertas cosas y otros veinte años más para que su constitución cambie. Estamos hablando de la vida más elevada, la vida divina, la cual se está forjando en nuestra vida humana. Ciertamente esto requiere tiempo. Aun en la vida humana natural, un hombre no llega completamente a la madurez a los cuarenta años de edad. Indudablemente, yo no confiaría en un presidente que solamente tenga cuarenta años de edad. En todo lo que hagamos, necesitamos experiencia. Esto es verdad aun con relación a conducir un automóvil. Cuanto más años llevemos conduciendo, más experiencia y habilidad tendremos. No creo que una persona menor de sesenta años de edad tenga la madurez suficiente como para ejercer correctamente las funciones de un presidente o de un jefe de estado. Esto muestra que para crecer en la vida divina se requiere tiempo.

Necesitamos más santos maduros entre nosotros, y espero que en los años venideros se produzcan muchos padres en el recobro del Señor. Es una bendición tener padres así, o sea, personas maduras entre nosotros. El hecho de que están presentes con nosotros es una gran bendición.

Quisiera repetir de nuevo que el ministerio no puede formarse en poco tiempo. Estoy contento de haber escuchado hablar del ministerio por boca del hermano Nee en 1940. Aproximadamente veinte años más tarde, el Señor me envió a este país.

Ahora sí estamos preparados para examinar los versículos del 12 al 17 del capítulo dos, los cuales forman parte de la introducción a la sección que trata del ministerio del nuevo pacto. El pasaje de 1:1—2:11 es la introducción de todo el libro de 2 Corintios, mientras que 2:12-17, es la introducción de la sección que habla del ministerio. Después de esta sección, sigue un pasaje extenso que trata de los ministros del nuevo pacto (3:12—7:16).


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