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Estudio-vida de Gálataspor Witness Lee

ISBN: 0-87083-671-4
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Actualmente disponible en: Capítulo 29 de 46 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE GALATAS

MENSAJE VEINTINUEVE

COMO RESTAURAR AL CAIDO,
COMO CUMPLIR LA LEY DE CRISTO
Y COMO SEMBRAR

Lectura bíblica: Gá. 6:1-10

Gálatas 6:1-10 es una continuación del mensaje de Pablo al final del capítulo cinco. En 5:25 Pablo nos encarga que andemos por el Espíritu. En 6:1-10 Pablo desarrolla este asunto de andar por el Espíritu. En estos versículos él abarca tres cosas: cómo restaurar al caído, cómo cumplir la ley de Cristo y cómo sembrar para el Espíritu. Para estas tres cosas, necesitamos tornarnos a nuestro espíritu y andar por el Espíritu.

I. COMO RESTAURAR AL CAIDO

Gálatas 6:1 dice: “Hermanos, si alguno se encuentra enredado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que también tú seas tentado”. Los que son espirituales son aquellos que viven y andan por el Espíritu. Esta es la única manera de ser genuinamente espirituales. Aquellos que son espirituales deben restaurar, con espíritu de mansedumbre, a aquel que ha caído. Este es nuestro espíritu regenerado, en el cual mora el Espíritu Santo y con el cual éste está mezclado. Tal espíritu de mansedumbre es fruto de vivir y andar por el Espíritu. Notemos que Pablo habla de un espíritu de mansedumbre. La mansedumbre que necesitamos tiene que estar en nuestro espíritu. La fuente de lo que hagamos debe ser el espíritu, no simplemente nuestro corazón bondadoso. Por consiguiente, este versículo indica que todo lo que hagamos en nuestro andar cotidiano debe ser hecho en nuestro espíritu y debe provenir del mismo.

II. COMO CUMPLIR LA LEY DE CRISTO

En 6:2 Pablo continúa: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumpliréis así la ley de Cristo”. Algunos expositores dicen que la ley de Cristo en este caso se refiere al mandamiento del Señor respecto a que nos amemos unos a otros. Según ellos, la ley de Cristo es la ley del amor. Esto es correcto. No obstante, tenemos que ir más adelante y ver que la ley de Cristo es la ley de vida, la cual es mejor y más elevada y obra por medio del amor (Ro. 8:2; Jn. 13:34). La ley del amor, la cual es la ley de Cristo, es la ley de vida. El amor es la expresión, pero la vida es la substancia. El verdadero amor es aquel que procede de la vida divina. El amor que Pablo describe en 1 Corintios 13 es la expresión de la vida divina. Además, el hecho de que el amor es fruto del Espíritu indica que la substancia del amor tiene que ser el Espíritu (Gá. 5:22). De hecho, todas las virtudes espirituales deben tener como sustancia el Espíritu con la vida divina. La ley de Cristo, que es la ley del amor, tiene que ser hecha tangible por la vida divina. Esta es la razón por la cual decimos que la ley de Cristo mencionada en 6:2 denota la ley de vida. Expresada por la ley del amor, la ley de vida hará que llevemos unos las cargas de los otros. De este modo cumpliremos la ley de Cristo.

En el versículo 3 Pablo dice: “Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña”. Aparentemente no existe conexión entre el versículo 3 y el versículo 2; en realidad, existe una conexión muy real y significativa. Aquellos que se creen ser algo no estarán dispuestos a llevar las cargas de otros. Solamente aquellos que no se consideran importantes llevarán las cargas de otros. Quizás usted diga que algunos que se consideran importantes parecen llevar las cargas de otros. Sin embargo, esto es solamente una demostración exterior, una exhibición del yo; en realidad no están llevando las cargas de otros. Ante los ojos de Dios, tal persona en realidad no lleva la carga de nadie. Por el contrario, creyéndose ser algo, aprovecha la oportunidad de exhibirse.

Sin duda alguna, Pablo escribió estos versículo conforme a su experiencia. Por experiencia Pablo se dio cuenta de que sólo cuando no nos consideramos nada podemos espontáneamente, incluso inconscientemente, llevar las cargas de otros. No ponemos una gran estimación en lo que hacemos. Simplemente lo hacemos porque andamos en el Espíritu y por el Espíritu. Al andar por el Espíritu, El nos guía a que hagamos ciertas cosas. El resultado es que llevamos unos las cargas de otros sin siquiera darnos cuenta. Las palabras de Pablo son simples y breves, pero están llenas de experiencia.

En 6:6 Pablo dice: “El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye”. Las cosas buenas se refieren a lo que es bueno para esta vida, a lo que es necesario para el sustento diario. Incluso en el asunto de compartir tales cosas podemos cumplir la ley de Cristo, cumpliendo así la ley del amor según la ley de vida.


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