Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

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ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE ONCE

EL PROPOSITO DEL LLAMADO DE DIOS

Moisés tipifica a los que han sido llamados por Dios en la actualidad. No piense, como muchos otros, que Moisés era muy superior a nosotros. La mayoría de los cristianos piensan que Moisés era el siervo más importante de Dios del Antiguo Testamento y que Pablo lo fue en el Nuevo Testamento. Al compararse con Moisés y con Pablo, se consideran a sí mismos muy inferiores. Esta actitud está equivocada. El llamado que Dios nos hace es el mismo, en principio, que el de Moisés y Pablo. Lo que Moisés experimentó en tipología, Pablo lo experimentó en la realidad. En la actualidad tanto la tipología como la realidad deben llegar a ser nuestra experiencia.

En el Estudio-vida de Efesios, señalamos que todos los santos pueden ser perfeccionados para hacer la obra de apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores y maestros. Así como el maestro de matemáticas perfecciona a sus alumnos para que hagan lo que él puede hacer, también los que llevan la delantera perfeccionan a los santos para que hagan lo mismo que ellos. Pablo era un representante de los miembros del Cuerpo de Cristo. Por muy grande que fuese Pablo, él era solamente un miembro del Cuerpo. En principio, todos los demás miembros deben ser capaces de hacer lo que él hacía. Esto indica que todos los miembros deben ser llamados como fue llamado Pablo. Por esta razón, todos debemos conocer el propósito del llamado de Dios.

I. LIBERAR AL PUEBLO ESCOGIDO DE DIOS
DE LA MANO USURPADORA DE FARAON
Y DE LA TIRANIA DE EGIPTO

El propósito del llamado de Dios consiste primeramente en liberar a Su pueblo escogido de la usurpación y de la tiranía de Faraón y de Egipto (3:8, 17). Faraón tipificaba a Satanás, y Egipto al mundo. Tal como Faraón gobernaba en Egipto, así también Satanás es el príncipe de este mundo (Jn. 12:31). Dios sigue queriendo liberar a Su pueblo escogido de las manos usurpadoras de Satanás y de la tiranía del mundo. Como los que han sido llamados por Dios, necesitamos entender claramente lo que es el mundo. El mundo no es una fuente de disfrute, sino un lugar de tiranía. En el mundo, Satanás mantiene al pueblo escogido de Dios, a los que están destinados a cumplir el propósito de Dios, bajo su mano usurpadora.

Cada aspecto del mundo es una forma de tiranía. En Exodo, Faraón mantuvo a los hijos de Israel bajo la tiranía del trabajo forzado. El mismo principio opera hoy en día. Mientras la gente trabaja, sufre bajo diferentes formas de tiranía. Aún el tener que conducir por largo tiempo para llegar al trabajo en una autopista congestionada, constituye una forma de tiranía. Del mismo modo, la competencia por la promoción y la inseguridad de perder su empleo también son formas de tiranía. No obstante, todo aquel que no labora para Faraón en el mundo no recibirá el suministro del Nilo. Para ganarse el sustento en el mundo, el pueblo escogido de Dios debe servir bajo la tiranía de Faraón.

El ir de compras constituye otra forma de tiranía del mundo. Muchas jóvenes están apresadas sutilmente por esta tiranía de comprar lo que está de moda.

Hace poco algunos santos me dijeron que no tienen tiempo para orar ni para leer la Biblia. Les mencioné que pasan mucho tiempo en el teléfono o leyendo el periódico. Esto indica que aún el teléfono o el periódico pueden ser un medio de tiranía.

Es fácil predicar a la gente, pero es muy difícil sacarlos de la usurpación y tiranía de Satanás y del mundo. Como veremos, Moisés no predicó a los hijos de Israel, pero él fue capaz de rescatarlos de Faraón. En la actualidad nosotros también debemos tener la autoridad de sacar al pueblo de Dios de las manos usurpadoras de Satanás. Un aspecto del propósito de Dios al llamarnos es usarnos para sacar a otros de la usurpación y tiranía de Satanás y del mundo.

II. LLEVAR AL PUEBLO ESCOGIDO DE DIOS
A VIAJAR POR EL DESIERTO DURANTE TRES DIAS

Otro aspecto del llamado de Dios consiste en llevar a Su pueblo escogido al desierto por un viaje de tres días (3:18). En otra parte de la Biblia, la palabra desierto no es un término positivo. Pero en 3:18 se usa de una manera positiva, pues aquí el desierto se opone al mundo. Es un lugar de separación del mundo. Apenas alguien se salva, debe ser sacado del mundo e introducido en el desierto donde no existe ningún elemento egipcio. Cuando los hijos de Israel entraron al desierto, fueron liberados de Egipto. En el mismo principio, si queremos salir del mundo, debemos entrar al desierto. Sin embargo, pocos cristianos han entrado al desierto. Esto significa que algunos han sido salvos, pero no han sido liberados ni separados del mundo.

Como un joven que estaba sumergido en el mundo, yo tenía muchas ambiciones acerca de mi futuro. Pero cuando fui salvo, no sólo fui salvo del lago de fuego, sino también del mundo. En el día de mi salvación, todos mis elementos mundanos se apartaron de mí, y fui llevado al desierto. Debemos orar para que el Señor nos conceda la capacidad de sacar a Sus hijos del mundo e introducirlos en el desierto.

Según 3:18, Moisés y los ancianos de Israel debían decirle al rey de Egipto: “El Señor Dios de los hebreos ha salido a nuestro encuentro: y ahora déjanos ir, te pedimos, tres días de viaje en el desierto, para que presentemos sacrificios al Señor nuestro Dios”. En la Biblia, tres días representan la resurrección. Una salvación perfecta y completa debe involucrar un viaje de tres días, es decir, un viaje en resurrección. Nuestra predicación del evangelio debe contener el poder de la resurrección. Sin embargo, nuestra predicación del evangelio hoy en día carece de impacto. La gente puede escuchar nuestra predicación y hasta arrepentirse y recibir al Señor, y aún permanecen en sus tumbas en Egipto. Debemos tener el poder de resurrección en nuestra predicación para que los demás sean levantados de sus tumbas y llevados al desierto por un viaje de tres días. Este viaje es representado por el bautismo. Todo creyente en Cristo debe ser bautizado para dar testimonio de que está dejando el mundo y entrando a otra esfera en resurrección.

Debemos orar para que nuestro ministerio de la Palabra tenga impacto. No queremos dar solamente conocimiento a la gente. Al contrario, deseamos que algo de nuestra predicación toque sus corazones y los motive a dejar el mundo y a viajar al desierto en resurrección.


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