Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 157 de 185 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO CINCUENTA Y SIETE

EL ACEITE DE LA UNCION SANTA
(1)

Lectura bíblica: Ex. 30:22-33; Sal. 133:2; 1 Jn. 2:20, 27

En este mensaje, comenzaremos el estudio del aceite de la unción santa. Este aceite se compone de cuatro especias mezcladas con aceite. En primer lugar debemos considerar la posición de este ungüento en el relato divino de Exodo. Debemos averiguar porque se revela al final del capítulo treinta. Si entendemos la posición del ungüento, entonces conoceremos la relación que tiene con el tabernáculo.

LA POSICION DEL UNGÜENTO

El libro de Exodo empieza con los sufrimientos del pueblo escogido de Dios y esclavizado en Egipto. Finalmente los hijos de Israel emprendieron un gran éxodo de su cautiverio, atravesaron el mar Rojo, fueron al desierto y disfrutaron del suministro de Dios. Aún cuando estaban en Egipto, disfrutaban de la Pascua. Experimentaron también la salvación poderosa de Dios, pues Dios los liberó de Egipto y los rescató de la mano fuerte de Faraón y de su ejército. En el desierto, el pueblo de Dios probó los alimentos celestiales, a saber, el maná y el agua viva de la roca hendida. La misericordia de Dios les permitió experimentar muchos milagros.

Los hijos de Israel fueron llevados al monte Sinaí donde permanecieron probablemente diez meses o más. En el monte Sinaí, recibieron la revelación de Dios pidiéndoles que erigieran un tabernáculo que sería Su morada en la tierra. Además, este tabernáculo facilitó la comunión entre Dios y Su pueblo. Por tanto, en el monte Sinaí Dios proporcionó a Moisés el diseño celestial del tabernáculo.

A partir del capítulo veinticinco de Exodo, vemos una descripción detallada del tabernáculo con su mobiliario y utensilios. Este relato termina en el capítulo veintisiete. El capítulo veintiocho habla acerca de los sacerdotes. Primero vemos un relato acerca de la vestimenta de los sacerdotes, luego en el capítulo veintinueve, Dios revela la clase de alimentos que ellos debían comer. Ese capítulo muestra cómo los sacerdotes son santificados y llenos de las riquezas que Dios exige. Por consiguiente, al final de Exodo 29 los sacerdotes están listos.

En el capítulo treinta, vemos primeramente el altar del incienso y luego el censo para la incorporación divina en el ejército de Dios. En los mensajes anteriores, mencionamos señalado la razón por la cual la incorporación en el ejército de Dios se menciona después de la descripción del altar de incienso. La razón es sencilla: el altar de incienso es el factor que motiva el mover de Dios, el cual requiere un ejército. El ejército debe luchar por el mover de Dios y permitir así que Dios siga adelante.

Exodo 30 nos presenta también el lavacro que se encontraba cerca de la entrada del tabernáculo. Antes de entrar en el tabernáculo y servir a Dios, los sacerdotes debían lavarse las manos y los pies en el lavacro.

Después de la descripción del lavacro, vemos el aceite de la unción santa, el ungüento compuesto. Este ungüento santificaba a los sacerdotes, al tabernáculo, a todo el mobiliario y utensilios. En otras palabras, el tabernáculo, el mobiliario, los utensilios y los sacerdotes debían ser ungidos con este aceite. Antes del capítulo treinta, el tiempo no era propicio para que Dios hablara del aceite de la unción santa. Ahora podemos entender por qué el relato de la unción santa se encuentra al final del capítulo treinta.

La revelación de Dios es progresiva. Procede etapa tras etapa y aún sección tras sección. En Egipto los hijos de Israel disfrutaban del cordero pascual. En el desierto disfrutaban del maná y del agua de la roca.

UNA VERDAD PROFUNDA

Muchos cristianos saben acerca del cordero pascual, del maná celestial y del agua viva. Se han escrito muchos himnos acerca de estos asuntos. Sin embargo, muchos cristianos jamás han leído un libro o escuchado un mensaje acerca del ungüento compuesto.

Hace poco investigué acerca del ungüento compuesto en Exodo 30. En su sinopsis, J. N. Darby hace un breve comentario sobre el ungüento y el incienso. En sus notas sobre el Pentateuco, C. H. Mackintosh declara que en el aceite de la unción santa: “discernimos una de las numerosas gracias del Espíritu Santo, que encontraban toda Su plenitud divina en Cristo”, pero no menciona estas gracias. C. A. Coates va más a fondo. En cuanto al ungüento, él usa a menudo la expresión “el Espíritu de Cristo”. Pocos autores usan esta expresión; la mayoría hablan del Espíritu de Dios, del Espíritu Santo. Además, Coates habla de “El Espíritu del hombre del beneplácito de Dios” y también el “Espíritu de otro Hombre, aún el Hombre que está a la diestra de Dios”. Estos indica que Coates vio que el Espíritu de Cristo no es solamente el Espíritu de Dios, sino también el Espíritu de otro Hombre. En cuanto a las cuatro especias, Coates afirma que “representan todas las características de la gracia tan perfectamente mezclada y armonizada en el Espíritu de Cristo”. Coates vio algo acerca de la mezcla de las especias con el aceite de oliva. El ungüento se componía de cuatro clases de especias mezcladas con aceite de oliva.

El aceite de la unción santa en Exodo 30 representa ciertamente una de las verdades más profundas de la Biblia. Me preocupa el hecho de que algunos entre nosotros todavía no comprendan esta verdad tan profunda. Por tanto, debemos conocer el significado del ungüento compuesto.


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