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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
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ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO SETENTA Y CINCO

DESTRUYE AL IDOLO Y A LOS IDOLATRAS

Lectura bíblica: Ex. 32:7-14, 19-29

En los mensajes anteriores, hemos considerado el quebrantamiento de la ley y el principio del ídolo del becerro de oro. Ahora proseguimos y veremos cómo Moisés destruyó al ídolo y a los idólatras.

LA PETICION DE MOISES POR LOS IDOLATRAS

La palabra de Jehová acerca de los idólatras

Moisés no fue el primero en enterarse de que los hijos de Israel practicaban la idolatría al pie del monte. Dios le habló al respecto: “anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido” (v. 7). Dios dijo claramente a Moisés que el pueblo se había corrompido.

¿Cree usted que existe grupos de cristianos que no se han corrompido en la tierra hoy en día? El enemigo de Dios usa los ídolos para corromper a los cristianos. Los ídolos corrompen. Nada nos puede corromper más que los ídolos. Todo lo que usted ama por encima de Dios constituye un ídolo, y eso lo corrompe a usted. La corrupción por idolatría trae muchas cosas pecaminosas. Si amamos algo por encima de Dios, eso se convertirá en un factor corruptible que nos inducirá a pecar. Por consiguiente, debemos estar en alerta y no amar a nada por encima de Dios, porque eso se convertiría en ídolo corruptible.

En cuánto a los idólatras, el Señor prosigue y dice a Moisés: “Pronto se han apartado del camino que Yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto” (v. 8). Los hijos de Israel estuvieron bajo los tratos de Dios y fueron entrenados durante un año aproximadamente. Vieron los muchos milagros que cumplió Dios. Resulta difícil creer que pudieron apartarse tan rápidamente del camino de Dios.

¿Cuál es la situación de los cristianos contemporáneos acerca del camino de Dios? Los cristianos poseen la Biblia, pero muy pocos toman el camino de Dios. Por el contrario, muchos se han apartado haciendo un becerro de oro y adorándolo.

El versículo 9 relata lo que el Señor añadió: “Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz”. Eso significa que el pueblo era terco y que no estaba dispuesto a someterse o a convencerse de la necesidad de cambiar. Eran duros de cerviz, y además todo su ser era insumiso. Pasa lo mismo con muchos cristianos contemporáneos. ¿Quien puede someter a estos cristianos que adoran a un becerro de oro? ¿Quién puede convencerlos de actuar de otro modo? Si usted intenta hablar con ellos, lo considerarán como hereje.

En el versículo 10, el Señor declara: “ahora, pues, déjame que se encienda Mi ira en ellos, y los consuma; y de ti Yo haré una nación grande”. Esto indica que Dios consideraba destruir a los hijos de Israel. Ciertamente El no habría hablado así con Moisés para atemorizarlo. Ciertamente el Señor pensaba lo que decía. El pensaba preservar a Moisés y su familia y hacer de Moisés una nación que cumpliría Su propósito y Su promesa a los antepasados Abrahán, Isaac, y Jacob.

La intercesión de Moisés

En Exodo 32:11-13, Moisés intercede por los idólatras. Leamos el versículo 11 “Entonces Moisés apaciguó el rostro de Jehová su Dios y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá Tu furor contra Tu pueblo, que Tú sacaste de la tierra de Egipto, con gran poder y mano fuerte?” (Hebreo). La palabra hebrea traducida por “apaciguó” significa ablandar, intervenir en favor de. El significado literal es hacer que el rostro de una persona parezca dulce o agradable. Dios tenía una expresión de ira en Su rostro, y Moisés intentaba apaciguar el rostro de Dios, hacer que Su rostro exprese felicidad. Moisés procuraba que Dios estuviese en favor de los idólatras. Esta fue la intercesión de Moisés.

Parece que a Moisés no le cautivó la posibilidad de convertirse en gran nación, según la palabra de Dios. El Señor estaba diciendo que el pueblo se encontraba en una situación irremediable, que El los consumiría, y que haría de Moisés una gran nación. Si yo hubiera estado allí, quizá me hubiese tentado esta situación. Nos resulta fácil decir: “Amén, Señor. Todo el que diga, Señor”, en actitud de Humildad. No obstante, Moisés no sucumbió a esta clase de pensamiento. Por el contrario, él apaciguó la cara de furor de Dios en favor de los idólatras.

En el versículo 7, el Señor declara a Moisés que el pueblo es suyo y que él los había sacado de la tierra de Egipto, pero en el versículo 11, Moisés pregunta al Señor: “¿por qué se encenderá Tu furor contra Tu pueblo, que Tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?” Aquí Moisés parece decir: “Señor, Tú afirmas que son mi pueblo y que yo los saqué de Egipto, pero Señor, éste es Tu pueblo, no el mío. Tú los sacaste de la tierra de Egipto; yo no lo hice. No tuve la fuerza de hacerlo”. Moisés fue un verdadero mediador, uno de los primeros abogados, en su intercesión con Dios.

Moisés prosigue : “¿por qué han de hablar los egipcios diciendo: para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra Tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac, y de Israel tus siervos, a los cuáles has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre” (vs. 12-13). Moisés dijo al Señor que si El consumiera a Su pueblo, los egipcios lo calumniarían a El. El señor debía cuidar Su nombre y no permitir que los egipcios lo calumniaran.

Después de decir eso, Moisés instó al Señor a que se arrepintiera, y luego le recordó Su pacto con Abrahán, Isaac, Israel. Moisés oraba sobre una base firme. El se mantuvo sobre la palabra fiel de Dios, la promesa incambiable, en forma de pacto con los antepasados de Moisés. Moisés parecía decir: Señor, si Tú consumes a este pueblo, vas a quebrantar Tu palabra. Quebrantarás el pacto que hiciste con nuestros antepasados. Permitirás que los Egipcios te calumnien, y además actuarás en contra de Ti mismo. Tú eres el Dios de fidelidad, y no puedes olvidar Tus palabras".

El versículo 14 indica que la intervención de Moisés fue eficaz: “entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo qué había que hacer a Su pueblo”. Jamás pensaríamos que Dios se arrepentiría, pero Moisés era un intercesor muy eficaz. El pudo convencer a Dios a que se arrepintiera. Dios cambió de parecer y decidió que no consumiría al pueblo. El rostro del Señor cambió de expresión y pasó del furor a algo placentero.

En lugar de Moisés, habríamos actuado de otro modo. Al oir las palabras de furor del Señor, habríamos bajado rápidamente al pie del monte para destruir a los idólatras. Sin embargo Moisés apaciguó al Señor antes de bajar. El arregló este asunto en la corte celestial. Bajó después para destruir el ídolo y los idólatras.


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