Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

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ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE CIENTO ONCE

EL VIVIR DE JOSE CORRESPONDE A SU VISION

Podemos considerar que el libro de Génesis, en el cual casi todas las verdades bíblicas son sembradas como semillas, es la biografía de ocho hombres importantes: Adán, Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob y José. Estos hombres están distribuidos en dos grupos de cuatro. Adán, Abel, Enoc y Noé forman el primer grupo; y Abraham, Isaac, Jacob y José, el segundo. El primer grupo representa el linaje creado, el linaje adámico, mientras que el segundo grupo representa el linaje llamado, el linaje de Abraham. Debido al fracaso del linaje creado, Dios tuvo un nuevo comienzo con el linaje llamado. El linaje creado empezó con Adán y terminó con Noé. Tanto al principio como al final, el linaje creado fue un fracaso. Adán, la cabeza y el representante del linaje creado por Dios, cayó. En Abel vemos el regreso a Dios. En Adán el hombre cayó y se apartó de Dios. Pero por medio de la redención efectuada por Dios, Abel volvió a El. Enoc, quien vino después de Abel, no sólo volvió a Dios, sino que también caminó con El. El resultado de su vida tipifica el arrebatamiento. Enoc fue arrebatado de la muerte y entró en Dios. La vida de Enoc produjo a Noé, quien también caminó con Dios y experimentó el reinado, aunque su reinado no fue suficiente ni completo. Pero el reinado de Noé dio como resultado una caída. Los descendientes de Noé se rebelaron contra Dios en Babel, y por esta rebelión Dios abandonó el linaje creado. Dios se vio obligado a tener un nuevo comienzo y visitó a Abraham y lo llamó a salir del linaje creado rebelde. Esto marcó el comienzo de una nuevo género, el linaje llamado, los descendientes de Abraham.

Con el linaje llamado, Dios ciertamente tuvo gran éxito. A partir de Abraham y luego con Isaac y Jacob, el camino se elevó más y más. Finalmente, vemos el reinado completo en Jacob. Como ya mencionamos, Abraham, Isaac, Jacob y José, no deben considerarse individuos separados. Ellos representan cuatro aspectos de un santo completo y maduro. En ellos vemos la elección de Dios, el llamado de Dios y la justificación por la fe. Vemos cómo un santo llamado y justificado puede vivir en la presencia de Dios por la fe para disfrutar todas las riquezas de la herencia. Aun así, esta persona se sigue esforzando por obtener la primogenitura. Sin embargo, todos sus esfuerzos le causan sufrimientos. En los sufrimientos, la mano de Dios se extiende sobre él para disciplinarlo y llevarlo a la madurez. ¡Aleluya, en el linaje llamado vemos la madurez de vida! La vida madura tiene un aspecto reinante, un aspecto descrito por la vida de José. Esta es la razón por la cual en el libro de Génesis, José es tan excelente y maravilloso.

Cuando yo era joven, mi madre solía contarnos historias de la Biblia. Ella pasaba mucho tiempo en la historia de José. ¡Cuánto me compadecía de este excelente personaje cuando oía que había sido echado en un pozo y vendido como esclavo! Quería a José y me daba cuenta de que él era alguien especial, pero no sabía por qué era excelente. Sólo sabía que José era muy bueno y yo quería ser como él. Después de ministrar la Palabra durante años, todavía no sabía la razón por la cual José era tan excelente. No obstante, ahora puedo afirmar con confianza que José era excelente porque era el aspecto reinante de la vida madura. El era el aspecto reinante de un Israel maduro, no de Jacob. Por lo tanto, José era la crema de la vida madura.

Por supuesto, lo que vemos en José es simplemente una sombra. En realidad, el aspecto reinante tipificado por José es Cristo forjado en nuestro ser. Todos somos Jacob, pero estamos constituidos de Cristo. El día en que fuimos regenerados, Cristo se forjó en nosotros. Con el tiempo, Cristo llega a ser nuestra constitución. La parte de nuestro ser que está constituida de Cristo no es ni nuestra carne ni nuestra mente, sino nuestro espíritu. En 2 Timoteo 4:22 se afirma que Cristo está con nuestro espíritu. Esto significa que Cristo constituye lo profundo de nuestro ser. El aspecto de nuestro ser regenerado que está constituido de Cristo es plenamente representado, descrito y tipificado por José. Puesto que José representa el aspecto reinante de una vida victoriosa y madura, su vida se relata en la Biblia de una manera excelente.


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