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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 26 de 185 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE VEINTISEIS

EL EXODO DE ISRAEL FUERA DE EGIPTO
(1)

Lectura bíblica: Ex. 12:29-42, 51; 13:1-22

En los mensajes anteriores estudiamos acerca de la Pascua. Ahora estudiaremos el éxodo de Israel fuera de Egipto, este evento sucedió después de la Pascua. Como todos sabemos, la palabra éxodo significa salida.

Los puntos que abarcaremos en este mensaje en cuanto al éxodo fuera de Egipto se pueden ver en el Nuevo Testamento. Sin embargo, si leemos lo que aparece en el Nuevo Testamento sin prestar atención al cuadro que se presenta en el Antiguo Testamento, nuestra impresión no será tan profunda. Por lo tanto, debemos estudiar tanto lo que se dice en el Nuevo Testamento como el cuadro presentado en el Antiguo Testamento.

A menudo se nos hace más fácil entender las cosas espirituales por medio de cuadros que con palabras. Usando la terminología del Nuevo Testamento, el éxodo representa el salir del mundo. Sin embargo, si no tuviésemos el cuadro que aparece en el libro de Exodo, sería difícil decir como podemos salir del mundo. Hablar acerca de esto sin hacer referencia al cuadro puede causar confusión. Por lo tanto, le damos gracias al Señor tanto por el cuadro del Antiguo Testamento como por las palabras del Nuevo Testamento.

I. DIOS SOMETE A FARAON Y A LOS EGIPCIOS

Los hijos de Israel no salieron de Egipto por su propia iniciativa ni por su propia fuerza. Si hubiese dependido de ellos, nunca hubiesen salido de Egipto. El éxodo fue llevado a cabo por el Dios salvador. Primero, Dios sometió a Faraón, el que había usurpado a los hijos de Israel y después sometió a todos los egipcios (12:29-33). A medida que aplicamos este principio a nuestra experiencia, vemos que Dios viene a someter a Satanás, a todo y a todos los que estén de su lado, y también nuestro alrededor. Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, todo el ambiente había sido sometido por Dios. Todo estaba dispuesto para que salieran de Egipto. Aún si hubieran querido permanecer en Egipto, el entorno no se lo habría permitido. No tenían otra alternativa más que irse.

Según el cuadro presentado en el libro de Exodo, la salvación que Dios efectúa incluye el aspecto de la Pascua y el del éxodo. Era fácil para los hijos de Israel celebrar la Pascua, pero no tan fácil llevar a cabo el éxodo. La dificultad estriba en que para salir se necesitaba el ambiente apropiado. Suponga que la situación en Egipto no permitía que el pueblo de Dios saliera de allí. ¿Cómo habrían salido? Hubiese sido imposible. El éxodo requería que el ambiente fuese sometido completamente. El éxodo de Israel fue el resultado de una larga lucha entre Moisés y Faraón. Antes de éste se llevaron a cabo doce negociaciones con diez plagas. Esto indica que no le es fácil a Dios liberar a Su pueblo de la usurpación de Satanás y del mundo. Todos los cristianos genuinos han tenido la experiencia de la Pascua, pero sólo la minoría han tenido la experiencia del éxodo. La razón de esto es que algunos aspectos de su entorno no han sido sometidos.

Si nuestro ambiente no está sometido, podemos participar de la Pascua, pero no del éxodo. Tal vez su esposa, esposo o parientes necesiten ser sometidos. Cuando algunas personas escuchan que su ambiente debe ser sometido, se desaniman y se dan por vencidos. Sin embargo, ni siquiera el asunto de darnos por vencidos depende de nosotros; sino depende completamente del Señor. En lugar de darnos por vencidos, deberíamos cooperar con El. Para ser librados de la mano usurpadora de Satanás y del mundo, necesitamos que la mano de Dios someta nuestro ambiente.

En este relato se nos dice en dos ocasiones que Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto “con mano fuerte” (13:3, 14). El pueblo de Dios no sólo fue salvado por la sangre del cordero pascual, sino también por la mano de Dios. La sangre los salvó del justo juicio de Dios, pero la mano los salvó de la usurpación de Faraón. Es lo mismo en cuanto a nosotros hoy. Por medio de Cristo como nuestra Pascua somos salvados del juicio de Dios, pero por la mano sometedora de Dios somos salvados de Satanás y del mundo.

II. FARAON Y LOS EGIPCIOS
ECHAN DE EGIPTO A LOS HIJOS DE ISRAEL

Faraón y los egipcios estaban sometidos a tal grado que ellos mismos echaron de Egipto a los hijos de Israel (12:33, 39; 11:1). Los egipcios ya no podían tolerar la presencia del pueblo de Dios en su país ni un momento más. Cuando Moisés y Aarón le pidieron a Faraón por primera vez que dejara ir al pueblo de Dios, éste se rehusó. Pero en 12:33 “los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra”.

Esta no es sólo una historia bíblica, sino un principio que se aplica a nuestra experiencia cristiana. Tarde o temprano, nuestro ambiente nos estimulará, hasta obligarnos a salir del mundo. Nuestra esposa, esposo o parientes nos pedirán que salgamos nos dirán que es mejor que dejemos el mundo a que permanezcamos en él. Esto significa que el mundo nos sacará. Si no estamos dispuestos a salir de allí, el mundo mismo nos echará. Mientras continuemos en el mundo, los del mundo no tendrán paz. Finalmente ellos se darán cuenta de que sólo obtendrán la paz y nosotros el gozo cuando hayamos dejado el mundo. Yo puedo testificar que esta ha sido mi experiencia. Si yo tratara de regresar al mundo, ellos me suplicarían que no lo hiciera. En lo que respecta al mundo, mientras más lejos esté de él, es mejor. Que el mundo desee que salgamos de él es el resultado de la mano fuerte del Señor.


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