Información del libro

Estudio-vida de 1 y 2 Tesalonicensespor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2821-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 13 de 31 Sección 1 de 5

ESTUDIO-VIDA DE 1 TESALONICENSES

MENSAJE TRECE

EL FOMENTO DEL CRECIMIENTO TRAE RECOMPENSA

Lectura bíblica: 1 Ts. 2:13-20

En el capítulo uno encontramos la estructura y el origen de una vida santa para la vida de iglesia. En el capítulo dos vemos la manera de fomentar el crecimiento de esta vida. Al leer el capítulo dos, puede parecernos que Pablo hace demasiado hincapié en la entrada que los apóstoles tuvieron entre los tesalonicenses y en la manera en que vivieron entre ellos. Quizás pensemos que Pablo debió haber impartido a los nuevos creyentes más doctrinas, enseñanzas e instrucciones. Pero en vez de ello vemos que él hizo énfasis en la llegada de los apóstoles, en la manera en que ellos predicaron y enseñaron la palabra, y en cómo los nuevos creyentes recibieron esta palabra. Pablo hizo resaltar la conducta de los apóstoles, su vivir y estilo de vida porque su deseo era nutrir a los creyentes, brindarles un cuidado tierno que fomentara el crecimiento de ellos. La intención de Pablo no era impartirles mucho conocimiento, y su carga no consistía en enseñarles tantas cosas. Es por eso que los veinte versículos del capítulo dos tratan muy poco las enseñanzas. Si bien en el versículo 12 él dice que Dios llamó a los creyentes a Su reino y gloria, no desarrolla estos temas ni los explica. En lugar de ello, Pablo menciona versículo por versículo la manera en que vivía y predicaba, y cómo él era un modelo para los creyentes.

LA OBRA DE FOMENTAR EL CRECIMIENTO DE VIDA

Lo que vemos en el capítulo dos de 1 Tesalonicenses es la manera en que se fomenta el crecimiento en la etapa inicial de la vida cristiana. En este capítulo, Pablo nutre y cuida con ternura a los creyentes. Según lo que escribe, él se desempeña como una madre que amamanta y como un padre que exhorta. Por un lado, él es una madre que cuida con ternura y, por otro, es un padre que exhorta. Su principal interés no era enseñar, sino cultivar algo en los nuevos creyentes que fomentaría el crecimiento de ellos.

La mayoría de los obreros cristianos desconocen que su obra no debiera consistir principalmente en impartir enseñanzas, sino en fomentar con un cuidado tierno el crecimiento de los creyentes. Pablo consideraba que su obra consistía en ayudar a los creyentes a crecer. Por ello, en 1 Corintios 3 él dijo que él plantaba, que Apolos regaba y que luego Dios daba el crecimiento. Esto indica que Pablo consideraba que la obra cristiana era una obra de vida. No es como la obra que se realiza en una escuela, sino más bien como la que se realiza en una labranza, en una huerta o jardín. De ahí que no sea una obra en la que se enseña a otros o se les educa. Sin embargo, actualmente la obra realizada por la mayoría de los cristianos se centra en la educación y, en cierta medida, en la edificación. No obstante, esta edificación no tiene que ver directamente con la vida; más bien, tiene que ver con la ética, la moralidad o el perfeccionamiento del carácter. Sin embargo, el concepto que tenía Pablo respecto de la obra cristiana era totalmente diferente.

Según lo que Pablo dice en el capítulo dos, él consideraba a los creyentes como miembros de una numerosa familia. Por supuesto, en una familia es necesario impartir ciertas enseñanzas. Tanto la madre como el padre enseñan a sus hijos. Sin embargo, en una familia lo principal no es enseñar a los hijos, sino criarlos, es decir, proveerles un cuidado tierno, nutrirlos y fomentar su crecimiento. Ellos no crecen primordialmente en conocimiento sino en vida. A medida que los niños crecen, espontáneamente reciben más educación. El conocimiento que ellos adquieren siempre corresponde a su etapa de crecimiento. No se les debe dar conocimiento de forma prematura. En otras palabras, su conocimiento no debe exceder su nivel de crecimiento. Éste es el concepto adecuado de lo que es la obra cristiana.

Con respecto a este asunto, nosotros, quienes estamos en el recobro del Señor, tenemos que cambiar nuestra manera de pensar. No debemos pensar que en el recobro del Señor damos más importancia a la obra que a la vida. No, debemos concentrarnos en la vida. La iglesia es una familia. La iglesia también puede compararse con una labranza, un huerto. Una familia es un lugar donde los niños crecen, y un huerto es un lugar donde crecen árboles que dan fruto. Lo que a Pablo le preocupaba en el capítulo dos era el crecimiento de sus hijos. Él cuidaba de los creyentes jóvenes de tal modo que fomentara el crecimiento de ellos. También podríamos decir que aquí él estaba regando, nutriendo y cuidando con ternura las plantitas para que crecieran en vida. Es por eso que en lugar de impartir a los creyentes muchas enseñanzas, les presentó un modelo de vida. Este modelo de vida era, de hecho, Pablo mismo.


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