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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 28 de 185 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE VEINTIOCHO

LA ULTIMA LUCHA DE FARAON

Lectura bíblica: Ex. 14:1-31

La plena salvación de Dios para Su pueblo escogido incluye la Pascua, el éxodo fuera de Egipto, y el cruce del mar Rojo. La Pascua representa la redención; el éxodo representa la salida del mundo; y el cruce del mar Rojo representa el bautismo. La plena salvación con todos estos aspectos es exactamente lo que necesitamos y disfrutamos hoy en día.

Dios necesitaba una persona como Faraón, para cumplir estos tres aspectos de la salvación. Sin él, faltaría el entorno, las circunstancias y las situaciones necesarias. Si vemos este asunto, alabaremos al Señor por Su soberanía. La oposición de Faraón creó un entorno que posibilitó la Pascua. No podemos decir que Faraón fue la fuente de la Pascua. No obstante, podemos asegurar que sin él, no habría el entorno necesario para la institución de la Pascua.

La Pascua incluía la provisión para la redención, que los hijos de Israel necesitaban por sus pecados. No obstante, la Pascua incluía mucho más que la redención. Los cristianos reconocen la necesidad de la redención pero quizás no vean la necesidad de la Pascua. Durante la noche de la Pascua, los hijos de Israel fueron salvos, y además los egipcios y el poder maligno de las tinieblas fueron juzgados. En una experiencia normal de salvación, somos redimidos, y el poder de las tinieblas dentro de nosotros y a nuestro alrededor es juzgado. Sin embargo, muchos cristianos no son salvos de una manera normal. Ellos experimentan la redención, pero no experimentan el juicio de Dios sobre el poder de las tinieblas.

Hemos visto que Faraón luchaba contínuamente en contra del Señor, resistiendose a Su exigencia de dejar ir a los hijos de Israel. Pero cuanto más luchaba Faraón, más contribuía a introducir el entorno necesario para cumplir la salvación de Dios.

Aunque Faraón se resistía continuamente a las exigencias de Dios, Moisés siguió negociando con él. Ninguno de nosotros habría tenido la paciencia que Moisés necesitó. Posiblemente después de los primeros conflictos habríamos renunciado. Esto es a menudo lo que hacemos con la gente. Por ejemplo, quizás queramos que una persona se salve. Podemos esperar que todo aquel que ha sido escogido por Dios se tornaría al Señor después de que hayamos hablado con él unas pocas veces. Pero si él sigue resistiendose al Señor, quizás renunciemos, pensando que desperdiciamos nuestro tiempo. Al contrario, Moisés fue paciente y perseveró en sus tratos con Faraón.

Como resultado del contacto que estableció Moisés con Faraón y la lucha de éste en contra del Señor, la situación en Egipto llegó a ser muy tensa. Finalmente, la Pascua se hizo necesaria. Cuando Faraón y los egipcios demostraron que estaban totalmente en contra del Señor, había llegado el tiempo para que el Señor ejerciera Su juicio sobre los egipcios rebeldes y liberara a Su pueblo. Mientras los hijos de Israel disfrutaban de la Pascua, los egipcios sufrían bajo el juicio de Dios. No obstante, los egipcios no tenían ningún derecho de echarle la culpa a Dios en este aspecto. Ellos trajeron el juicio de Dios sobre ellos mismos. Eran responsables por producir el entorno que exigía la institución de la Pascua, con su redención y su juicio.

De manera similar, el pueblo de Dios emprendió su éxodo fuera de Egipto con la ayuda de Faraón. De otro modo, los hijos de Israel probablemente nunca habrían dejado Egipto. Si Faraón y los egipcios hubiesen sido amables con ellos, no habrían sentido ningún deseo de dejar Egipto. Pero la opresión de Faraón sobre los hijos de Israel creó el entorno para su éxodo fuera de Egipto y luego los obligó a irse. Finalmente, Faraón echó al pueblo de Dios fuera de Egipto. Por lo tanto, Faraón fue usado por Dios para cumplir el éxodo de su pueblo.

Según el arreglo de Dios y Su economía, en Su salvación se necesita el bautismo, el cual es representado por el cruce del mar Rojo. Para cumplir este aspecto de la salvación, Dios no condujo directamente a Su pueblo a la tierra de Canaán por el territorio de los filisteos. Al contrario, como mencionamos en el mensaje anterior, El los llevo por un camino de desvíos. El los hizo ir por el sur y dar vuelta hacia el mar Rojo, aparentemente no tenían salida. No obstante, el Señor sabía lo que El estaba planeando. Su intención consistía en usar el mar Rojo para bautizar a Su pueblo y sepultar a Faraón y su ejército. Si los hijos de Israel hubiesen ido directamente a la tierra de Canaán por el territorio de los filisteos, no habrían cruzado el mar Rojo y el ejército egipcio no habría sido sepultado. Por lo tanto, en el cruce del mar Rojo, Dios volvió a usar a Faraón, para crear una situación que propiciara el bautismo de Su pueblo. Por medio de la columna de nube y la columna de fuego, Dios los llevó por un desvío. Al caminar detrás de la columna que los guiaba, ellos fueron llevados a acampar cerca del mar (14:2).

Según 14:3, el Señor sabía que Faraón diría acerca de los hijos de Israel: “Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado”. A los ojos de los egipcios, los israelitas eran muy insensatos al tomar este camino indirecto. Por lo tanto, la situación de los hijos de Israel en el desierto tentó a Faraón a perseguirlos. Por lo tanto, el campamento de los hijos de Israel cerca del mar y la persecusión por Faraón y sus carros produjeron un entorno ideal para el bautismo del pueblo de Dios y para la sepultura de Faraón y su ejército.

Según el concepto de la gente mundana, muchos de nosotros estábamos vagando sin un objetivo durante el momento de nuestra conversión y nuestro bautismo. Antes de ser salvos, teníamos una meta clara, un propósito en la vida. Pero después de ser salvos, aparentemente no teníamos ninguna meta y habíamos empezado a vagar sin un objetivo. Por supuesto, nosotros teníamos una meta espiritual. Pero a los ojos de la gente mundana, no teníamos ninguna meta en vida y ya no teníamos claro nuestro futuro. Esta situación a menudo suscita persecusión. Otros podrán acusarnos de no saber lo que estamos haciendo, ni adónde vamos. Algunos pensarán aún que hemos perdido nuestra capacidad mental. Muchos de nosotros hemos pasado por esta clase de persecución.

Sin embargo, esta persecución nos ayuda a tener un bautismo adecuado y completo. Si no somos perseguidos debido a nuestro vagar, nuestro bautismo puede ser un simple procedimiento con poco significado. Pero si somos perseguidos por haber perdido nuestra meta, nuestro bautismo tendrá mucho significado. Por lo tanto, debemos darle gracias al Señor por esa clase de persecución. Puedo testificar que los mejores bautismos que he presenciado fueron los de aquellas personas que habían sido perseguidas por sus parientes y amigos. En esos casos los nuevos conversos tenían mucho que sepultar. No obstante, cuando no hay ninguna persecución, el bautismo quizás no sea tan significativo, pues cuando los nuevos conversos están siendo sepultados, nada es sepultado con ellos.

Cuando los hijos de Israel fueron bautizados en el mar Rojo, llevaron el ejército egipcio al agua. En principio, debe pasar lo mismo cuando un nuevo converso es bautizado. El ejército del mundo debería ser introducido en el bautisterio y sepultado en las aguas del bautismo.

Hemos visto que Faraón ayudó a los hijos de Israel en los tres aspectos de la salvación de Dios. El los ayudó a tener la Pascua, a emprender su éxodo fuera de Egipto, y a tener un bautismo completo. Según la tipología, este cuadro lo incluye todo. Si consideramos la tipología y la aplicamos a nuestra situación actual, podemos ayudar a los nuevos conversos a ser bautizados correctamente.

Hace muchos años, predicaba mucho el evangelio, y muchos fueron salvos por medio de esto. Siempre esperaba que los recién convertidos fuesen bautizados poco después de su conversión. Yo pensaba que tomarían un camino derecho, de la conversión al bautismo. Pero según la tipología del libro del Exodo, esperar esto es algo equivocado. Dios no condujo a Su pueblo directamente a la tierra prometida. Como dijimos, El los llevó a tomar un camino de desvíos. En el mismo principio, Dios quizás no conduzca a los salvos por medio de nuestra predicación del evangelio a tomar un camino directo hacia el bautismo. Al contrario, quizás El los conduzca a tomar un desvío. A los ojos del mundo es ridículo seguir este camino, pues aparentemente conduce a un callejón sin salida. No obstante, esta es la dirección de Dios y da por resultado un bautismo adecuado que termina con el ejército del mundo.

Si estudiamos la tipología en Exodo, ya no esperaremos que los nuevos conversos tomen un camino directo, de la conversión al bautismo. Nos daremos cuenta de que la manera en que Dios los conduce puede tener muchos problemas. No obstante, es la manera en que Dios se introduce a los conversos en una situación donde se ven obligados a bautizarse correcta y completamente.

Consideremos ahora algunos detalles de la última lucha de Faraón, una lucha que fue usada claramente por Dios para la plena salvación de Su pueblo.


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