Información del libro

Estudio-vida de 1 y 2 Tesalonicensespor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2821-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 25 de 31 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE 2 TESALONICENSES

MENSAJE UNO

PALABRAS DE ALIENTO

Lectura bíblica: 2 Ts. 1:1-12

La manera en que empieza 2 Tesalonicenses es muy similar a la manera en que comienza 1 Tesalonicenses. En 2 Tesalonicenses 1:1 y 2, Pablo dice: “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Esta epístola y la primera epístola de Pablo a los tesalonicenses fueron dirigidas a la iglesia local en Tesalónica, una ciudad del Imperio Romano, ubicada en la provincia de Macedonia, al norte de la provincia de Acaya. Esta iglesia se componía de todos los creyentes de Cristo que vivían en esa ciudad. Tal iglesia local pertenece a los creyentes y está en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. Esto indica que nace de Dios el Padre con Su vida y naturaleza y está unida orgánicamente al Señor Jesucristo en todo lo que Él es y ha hecho. Por un lado, pertenece a seres humanos, en este caso, a los tesalonicenses; por otro lado, está en Dios y en el Señor Jesucristo. La unión orgánica en la vida y la naturaleza divinas es la base vital sobre la cual los creyentes pueden llevar una vida santa para la vida de iglesia. Éste es el tema de las dos epístolas escritas a los tesalonicenses.

En el primer capítulo de 1 Tesalonicenses vemos la estructura de la vida santa necesaria para la vida de iglesia. Esta estructura se compone de fe, amor y esperanza. Como veremos, 2 Tesalonicenses también posee la misma estructura.

ALIENTO Y CORRECCIÓN

El libro de 2 Tesalonicenses es un libro en el que se imparte aliento y corrección. Los nuevos creyentes de Cristo que vivían en Tesalónica necesitaban más aliento, y también necesitaban un poco de corrección. Pablo ya había alentado a estos creyentes en su primera epístola; no obstante, en la segunda epístola, él les da más palabras de aliento, y, al mismo tiempo, también los corrige con respecto a ciertos asuntos.

De hecho, 2 Tesalonicenses puede considerarse un libro de corrección más que un libro de aliento. Pablo era sabio, tierno y amable; él no empezaba dando corrección a los creyentes, sino que primero los alentaba y después los corregía. Si leemos esta epístola detenidamente, veremos que después de las palabras de aliento, se dan las palabras de corrección. Después de esto, vemos que se imparte más aliento, y luego, más corrección. Por lo tanto, este libro consta de dos secciones en las que se da aliento, y dos en las que se imparte corrección, y además tiene una introducción y una conclusión. En este mensaje examinaremos las primeras palabras de aliento que Pablo dirige a los creyentes de Tesalónica.

LA FE, EL AMOR Y LA ESPERANZA

En 1:3 Pablo declara: “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es propio, por cuanto vuestra fe crece sobremanera, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con el otro”. Hemos subrayado el hecho de que la estructura básica de la vida cristiana genuina consta de la fe, el amor y la esperanza. Esta vida no tiene su origen en la capacidad del ser natural de los creyentes, sino en la infusión de todo lo que Dios es en ellos. Además llevan tal vida mediante su sacrificio de amor hacia su Señor, quien los amó y se dio a Sí mismo por ellos, y hacia los miembros de Su Cuerpo, a quienes Él redimió por medio de Su muerte en amor. Esta vida perdura y permanece inmutable por el poder sostenedor de la esperanza con la cual los creyentes aguardan con anhelo a su amado Señor, quien prometió que vendría a tomarles a Sí mismo. Esta vida es el contenido de 1 y 2 Tesalonicenses.

En 1:3 Pablo menciona la fe y el amor de los tesalonicenses. En la primera epístola, la fe y el amor eran considerados parte de la estructura de la vida que los creyentes llevan por causa de la iglesia. Aquí, en la segunda epístola, la fe y el amor crecen y abundan en la vida cristiana de ellos.

En el versículo 4, Pablo continúa diciendo: “Tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros entre las iglesias de Dios, por vuestra perseverancia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis”. La perseverancia mencionada en este versículo provenía de la esperanza en el regreso del Señor y era sostenida por la misma. La perseverancia fundada en la esperanza va siempre acompañada de la fe; de ahí la expresión “vuestra perseverancia y fe”. En las persecuciones y tribulaciones se necesita tanto la perseverancia como la fe.


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