Información del libro

Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 58 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE CINCUENTA Y OCHO

EL REY CELESTIAL ES PROBADO Y EXAMINADO

(2)

En este mensaje llegamos a Mateo 22:1-14, donde se presenta la parábola de la fiesta de bodas. Esta parábola forma parte de la respuesta que el Señor dio a los principales sacerdotes y ancianos del pueblo con respecto a Su autoridad. En Su respuesta el Señor usó tres parábolas: la parábola de la transferencia de la primogenitura, la parábola de la viña, y la parábola de la fiesta de bodas. La primera parábola revela que la primogenitura, la cual había pertenecido al pueblo de Israel, les había sido quitada y transferida a la iglesia. La parábola de la viña indica que lo mismo ocurriría con el reino de Dios. Así que, estas dos parábolas son paralelos. Sin la primogenitura es imposible participar en el reino. Con esto vemos que la primogenitura y el reino no se pueden separar. Estas primeras dos parábolas se refieren a Israel por el lado negativo, porque tanto la primogenitura como el reino le fueron quitados a Israel.

Si la respuesta del Señor hubiera terminado aquí, habría estado incompleta; habría enfocado solamente el lado negativo, sin dar un resultado positivo. Cuando llegamos al final del capítulo veintiuno, nos damos cuenta de que allí hay algo más. Es por eso que el Señor, después de dar las primeras dos parábolas, añadió la parábola de la fiesta de bodas con el fin de completar Su respuesta. Al presentar esta parábola, El cambió del lado negativo al lado positivo.

G. La parábola de la fiesta de bodas

1. Un rey hace fiesta de bodas para su hijo

Mateo 22:2 dice: “El reino de los cielos ha venido a ser semejante a un rey que hizo fiesta de bodas para su hijo”. La parábola de la viña que se encuentra en el capítulo veintiuno se refiere a los tiempos del Antiguo Testamento en los cuales estaba presente el reino de Dios (21:43), mientras que la parábola de la fiesta de bodas hace alusión a los tiempos del Nuevo Testamento, en los cuales el reino de los cielos está presente. El rey aquí es Dios, y el hijo es Cristo.

En la parábola anterior (21:33-46), el Señor mostró cómo los judíos, quienes estaban en el reino de Dios, serían castigados, y cómo el reino de Dios les sería quitado y dado al pueblo del reino. Era necesaria otra parábola para mostrar por cuál criterio el pueblo del reino, es decir, aquellos que están en el reino de los cielos, sería juzgado. Ambas parábolas nos muestran que el reino es algo muy serio.

En la parábola anterior, el Antiguo Testamento fue comparado con una viña, y el enfoque era el trabajo bajo la ley; en esta parábola, el Nuevo Testamento es comparado con una fiesta de bodas, y el enfoque es el disfrute que se tiene bajo la gracia. La viña principalmente tiene que ver con labor y no disfrute, pero la fiesta de boda no exige un labor; más bien, trae deleite y disfrute. Nadie asiste a una fiesta de boda con el propósito de trabajar; sólo piensa en disfrutar y gozarse. Así que, la parábola de la viña representa la labor que se realiza bajo la ley, y la parábola de la fiesta de bodas representa el disfrute que se tiene bajo la gracia. Nosotros quienes estamos en el recobro del Señor no estamos trabajando bajo la ley; más bien, estamos en el disfrute de la gracia. ¡Qué gran contraste existe entre estas dos parábolas! Hoy no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. No estamos trabajando, sino disfrutando. Este es el principio fundamental con el cual entender estas parábolas.

2. El rey envía a sus siervos
una y otra vez a llamar a los
invitados a las bodas

El versículo 3 dice: “Y envió a sus esclavos a llamar a los invitados a las bodas; mas éstos no quisieron venir”. Los esclavos mencionados en este versículo componen el primer grupo de apóstoles neotestamentarios. El versículo 4 añade: “Volvió a enviar a otros esclavos, diciendo: Decid a los invitados: He aquí, he preparado mi banquete; mis novillos y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas”. Estos esclavos son los apóstoles que el Señor envió más tarde. Los novillos y los animales engordados representan a Cristo, quien fue inmolado para que el pueblo escogido de Dios pudiera disfrutarlo como un banquete. Cristo tiene muchos aspectos que podemos disfrutar. En calidad del becerro y los animales engordados, El fue inmolado y preparado a fin de que pudiéramos disfrutarle. Aunque todo había sido preparado y los esclavos habían sido enviados una y otra vez, los invitados se rehusaron a asistir al banquete y aun echaron mano de los esclavos, los afrentaron y mataron (vs. 5-6).


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